¡°?Quieres volver al f¨²tbol? B¨¢jate esta app¡±. Los sistemas de rastreo que Espa?a a¨²n no debate
Australia logra 4,5 millones de descargas de una aplicaci¨®n para trazar los contagios, Noruega ha conseguido que el 25% de la poblaci¨®n use la suya y otros pa¨ªses empiezan sus pruebas
Australia lleva m¨¢s de 4 millones de descargas de su app de rastreo de contagios y sus ministros la ponen como condici¨®n para volver al f¨²tbol. Noruega ha logrado que m¨¢s de un 25% de la poblaci¨®n emplee la suya. Reino Unido empieza este lunes un test en la Isla de Wight que deber¨ªa lleva...
Australia lleva m¨¢s de 4 millones de descargas de su app de rastreo de contagios y sus ministros la ponen como condici¨®n para volver al f¨²tbol. Noruega ha logrado que m¨¢s de un 25% de la poblaci¨®n emplee la suya. Reino Unido empieza este lunes un test en la Isla de Wight que deber¨ªa llevar a un lanzamiento oficial en dos semanas. Francia ha desarrollado su propio protocolo y lo empezar¨¢ a probar el 11 de mayo. Alemania, Italia, Austria, Estonia, Portugal, Irlanda y Suiza han anunciado ya que su apuesta ser¨¢ un modelo de app descentralizado. B¨¦lgica y Pa¨ªses Bajos han declarado formalmente que de momento no usar¨¢n ninguna aplicaci¨®n de rastreo de contagios. India usa una app con m¨¢s de 50 millones de descargas y que ya es obligatoria para empleados de oficinas. Mientras, en Espa?a ni siquiera se debate p¨²blicamente el asunto.
Apple y Google han creado una alianza in¨¦dita para facilitar la interoperabilidad de algunos de estas aplicaciones entre m¨®viles iOS y Android y m¨¢s all¨¢ de las fronteras de cada pa¨ªs. Los pa¨ªses asi¨¢ticos han creado sus propios modelos de rastreo de contactos, la mayor¨ªa con sistemas mucho m¨¢s intrusivos que estas apps. En Corea del Sur, por ejemplo, ese rastreo se hace con datos de GPS, tarjetas bancarias y c¨¢maras de videovigilancia.
Fuera de Asia, Australia es el primer pa¨ªs adem¨¢s de Noruega cuyo Gobierno se lanza a una promoci¨®n agresiva de su app de rastreo. A pesar de lo que prometen estos sistemas es dif¨ªcil lograr su ¨¦xito, pero la app Covid Safe est¨¢ la primera en descargas de su pa¨ªs desde el pasado jueves. Adem¨¢s del caramelo del f¨²tbol lanzado por el ministro de Sanidad, el primer ministro australiano la compara con la crema solar: ¡°No puedes ponerte bajo el sol a no ser que lleves protecci¨®n¡±. Esa protecci¨®n ser¨ªa la app: si quieres volver a la calle, desc¨¢rgala. Es un nivel de optimismo extraordinario en un sistema que no ha demostrado a¨²n su validez.
Espa?a, de momento, debate de puertas adentro y espera a ver si emerge alg¨²n consenso. Es probable que esta semana se aclaren detalles. ¡°Se est¨¢ oyendo por muchas partes la existencia de aplicaciones que permiten detectar contactos autom¨¢ticamente. Estas aplicaciones son complicadas. Tienen que demostrar un valor a?adido dentro de nuestro sistema sanitario para que realmente tenga sentido utilizarlas¡±, dijo este lunes Fernando Sim¨®n, director del Centro de Coordinaci¨®n de Alertas y Emergencias del Ministerio de Sanidad.
Sus palabras eran similares a las de su ministro, Salvador Illa, el jueves: ¡°Usar una aplicaci¨®n porque la usan otros pa¨ªses o utilizarla por utilizarla, no. La usaremos en la medida en que encaje con nuestra estrategia¡±, dijo Illa. Al margen de esta tecnolog¨ªa est¨¢ por ver que Espa?a tenga a punto el necesario ¡°ej¨¦rcito¡± de rastreadores humanos, verdadera clave del ¨¦xito en pa¨ªses como Corea del Sur.
Todos estos protocolos y apps funcionan con bluetooth: los m¨®viles de los ciudadanos intercambian c¨®digos an¨®nimos si est¨¢n m¨¢s de 5 minutos a menos de 2 metros. El tiempo y la distancia pueden variar seg¨²n el pa¨ªs. Una vez que alguien da positivo por la covid-19, las personas que han estado cerca recibir¨¢n un aviso. C¨®mo son advertidas, qu¨¦ informaci¨®n re¨²nen las autoridades, d¨®nde y cu¨¢ndo fue el contacto, qu¨¦ deben hacer cuando reciben el aviso, son preguntas que ser¨¢n respondidas de maneras distintas en cada pa¨ªs. Este lunes se ha sabido, por ejemplo, que la app de Reino Unido permitir¨¢ el autodiagn¨®stico, quiz¨¢ por la falta de capacidad para hacer tests a todos los ciudadanos que hubieran estado en contacto con un contagiado.
Apple y Google tambi¨¦n han ense?ado este lunes por primera vez ejemplos de c¨®mo podr¨ªa ser una app y sus temidas notificaciones, que ser¨¢n desarrolladas por autoridades nacionales.
Los dos debates paralelos
Hay dos debates paralelos en marcha en el mundo. Primero, ?estas aplicaciones ser¨¢n ¨²tiles? No se sabe. Nadie las ha probado antes. No sabemos cu¨¢nta gente debe descargarlas en el m¨®vil para que sean eficaces. El rastreo de contactos es algo tradicional en salud p¨²blica. La tecnolog¨ªa nunca se hab¨ªa metido. Ahora s¨ª, y m¨¢s con una pandemia que parece que se contagia mucho entre pacientes sin s¨ªntomas.
Segundo, ?cu¨¢ntos datos personales deben obtener los gobiernos de estas apps? En esto hay dos l¨ªneas de respuesta. Una dice que es mejor limitarse a avisar a la persona presuntamente contagiada en su m¨®vil sin que ni siquiera el gobierno sepa qui¨¦n es. Esto funcionar¨ªa as¨ª: cuando alguien es infectado sube a un servidor los c¨®digos que su tel¨¦fono ha emitido. El resto de m¨®viles se descargan esos c¨®digos una vez al d¨ªa. Si coincide ese c¨®digo con alguno que tiene guardado se le notifica que ha estado expuesto al virus.
Esa persona decide qu¨¦ hacer en funci¨®n de las instrucciones que las autoridades sanitarias le den. Pero nadie le obliga a nada. ¡°Una app as¨ª requiere de la confianza del ciudadano. Es uno de esos casos en los que es muy importante respetar la privacidad y ser muy claro con su finalidad. Las autoridades sanitarias ya tienen otras formas de acceder a datos epidemiol¨®gicos¡±, dice Gemma Gald¨®n, experta en pol¨ªticas tecnol¨®gicas y directora de Eticas Research & Consulting, que asesora a 10 pa¨ªses europeos y latinoamericanos.
Este primer modelo descentralizada es el que funciona con el sistema de Apple y Google. En la segunda opci¨®n, centralizada, el gobierno sabe a qui¨¦n avisa y puede hacer el seguimiento. Australia, Noruega, Reino Unido y Francia, entre los pa¨ªses occidentales, han optado este ¨²ltimo sistema, que les permite conocer mejor focos y ritmos de contagio. As¨ª explica sus pretensiones el secretario de Estado franc¨¦s de asuntos digitales, C¨¦dric O: ¡°Parece imposible controlar el n¨²mero total de notificaciones diarias en el caso de una soluci¨®n descentralizada debido al tipo mismo de los avisos [que ocurren en el m¨®vil de cada individuo y no los ve nadie m¨¢s] o una aproximaci¨®n de aprendizaje de la autoridad sanitaria al mando de la gesti¨®n de la crisis¡±. El protocolo de Apple y Google funciona mal en esos pa¨ªses, que necesitan hackeos para que la bater¨ªa no se agote o para que la pantalla no deba estar siempre encendida con la app activa.
Las peticiones de las autoridades sanitarias pueden sin embargo multiplicarse r¨¢pido, como explica Rub¨¦n Cuevas, profesor de la Universidad Carlos III. ¡°Los epidemi¨®logos tienen que definir qu¨¦ datos necesitan para conseguir el objetivo de trazar perfectamente a los nuevos contagiados. Entre estos datos se me ocurren pueden estar contacto de proximidad (bluetooth), presencia en un mismo establecimiento durante una ventana temporal donde se puede producir contagio indirecto (por tocar una misma superficie, que no se podr¨ªa detectar con bluetooth pero si con dato de geoposicionamiento), identificaci¨®n de ¡°puntos de alto riesgo¡± (de nuevo mediante geoposicionamiento)¡±, explica.
En el fondo, el debate es hasta d¨®nde puede llegar la tecnolog¨ªa respecto a la labor humana de rastreo de contactos. Quienes defienden m¨¢s la privacidad piden que esa labor la hagan humanos por tel¨¦fono. Los m¨¢s partidarios de la ayuda tecnol¨®gica se preguntan por qu¨¦ si esa informaci¨®n ya est¨¢ disponible para las grandes tecnol¨®gicas no la podemos usar para salvar vidas. Hay especialistas que creen que podr¨ªa haberse trabajado en la interoperabilidad entre soluciones m¨¢s y menos respetuosas con la privacidad: ¡°Deber¨ªa haber discutido y puesto esfuerzo en hacer que las distintas opciones interoperen en lugar de intentar imponer una opci¨®n¡±, dice ?ngel Cuevas, investigador Ram¨®n y Cajal de la Universidad Carlos III.
¡°Los datos que necesiten las autoridades sanitarias depender¨¢n de lo que quieran hacer con la app, pero es importante recordar que no todo lo que se les ocurra o parezca de utilidad es necesariamente una buena idea¡±, explica Gloria Gonz¨¢lez Fuster, profesora investigadora de la Vrije Universiteit de Bruselas. ¡°La pregunta de qu¨¦ datos ser¨ªan ¨²tiles para las autoridades tiene que venir acompa?ada en cualquier caso de una reflexi¨®n sobre qu¨¦ datos sabemos que no es conveniente que tengan en general¡±, a?ade.
Este debate es algo que se est¨¢ produciendo sin tiempo y sin garant¨ªa de ¨¦xito. ¡°No he visto estudios que demuestren que sea imprescindible disponer de una app de rastreo¡±, dice Gonz¨¢lez Fuster.
El consenso creciente, al menos en los pa¨ªses principales de Europa, se dirige hacia que es m¨¢s bien necesario porque de alg¨²n modo puede ayudar. ¡°Dada la especial incidencia de la covid-19 en Espa?a, ser¨ªa irresponsable no tener una app: no aprovechar¨ªamos una posibilidad que la tecnolog¨ªa nos brinda para intentar cortar el contagio de la epidemia¡±, dice Manuel Carro, director del Instituto Imdea Software en Madrid. ¡°Esto es a¨²n m¨¢s relevante cuando otros pa¨ªses europeos s¨ª la tendr¨¢n en breve. Para asegurar que la app pueda ser examinada por la mayor cantidad de expertos posible, ser¨ªa muy recomendable que su c¨®digo fuente estuviese libremente disponible¡±, a?ade.
Cuando la tecnolog¨ªa se pone en marcha, las ocurrencias se multiplican. Hay posibles fuentes de contagio que el bluetooth puede no detectar: los lugares donde hemos tocado algo, por ejemplo. Para paliar este problema adem¨¢s del GPS podr¨ªa recurrirse a c¨®digos QR a la entrada de lugares. Cada usuario deber¨ªa escanear un c¨®digo al llegar a un recinto. Si alguien resulta contagiado y comparte la lista de lugares donde ha estado, podr¨ªan tomarse medidas. ¡°La ventaja del c¨®digo es que nada sale de tu tel¨¦fono si nunca das positivo y si te infectas siempre puedes decidir qu¨¦ sitios no quieres compartir. Adem¨¢s, no es necesario que tanta gente lo use para que sea ¨²til, por ejemplo si mucha gente se ha infectado en un gimnasio, con que un porcentaje peque?o use la app, se podr¨¢ identificar que hubo un contagio all¨ª¡±, explica Manuel G¨®mez Rodr¨ªguez, investigador del Instituto Max Planck de Sistemas de Software. ¡°La desventaja es que tiene menos resoluci¨®n que el bluetooth y guarda informaci¨®n de localizaci¨®n absoluta¡±, a?ade, con lo que en lugares grandes es menos preciso.