Llega la hora de la verdad para las ¡®apps¡¯ de rastreo (tambi¨¦n en Espa?a)
Alemania es por ahora el ¨²nico posible caso de ¨¦xito de una soluci¨®n tecnol¨®gica para contener la expansi¨®n del coronavirus con m¨²ltiples intentos fracasados
Las aplicaciones para rastrear los contagios de la covid-19 llevan semanas llenando titulares: desde el peculiar rol que han desempe?ado en Asia al gran desembarco de Apple y Google para impulsar un protocolo com¨²n que permita interactuar a las ...
Las aplicaciones para rastrear los contagios de la covid-19 llevan semanas llenando titulares: desde el peculiar rol que han desempe?ado en Asia al gran desembarco de Apple y Google para impulsar un protocolo com¨²n que permita interactuar a las apps de los diferentes pa¨ªses. Pero su camino sigue lleno de fracasos y silencios. El desconfinamiento ya est¨¢ aqu¨ª y la gran soluci¨®n tecnol¨®gica no ha triunfado a¨²n en ning¨²n pa¨ªs del mundo.
Esta semana ha llegado Corona Warn, la opci¨®n alemana, con la intenci¨®n de cambiar esa tendencia. ¡°No es la primera¡±, dijo en la presentaci¨®n Helge Braun, jefe de gabinete de la canciller, Angela Merkel, ¡°pero estoy convencido de que es la mejor¡±. De momento este s¨¢bado llevaba m¨¢s de 10 millones de descargas, m¨¢s de un 10% de alemanes. Un m¨ªnimo de descargas es solo el primer paso para el ¨¦xito: luego hay que ver si funciona.
El optimismo alem¨¢n esta semana ha contrastado con el desastre brit¨¢nico: Reino Unido ha admitido que su app no funciona. Los brit¨¢nicos la probaron en Isla de Wight, con cierto ¨¦xito de descargas. Pero como no emplea el sistema de Apple y Google, la app no estaba siempre activa en los m¨®viles. Sobre todo en el caso de Apple, sin su protocolo es muy dif¨ªcil lograr que las se?ales de Bluetooth se emitan cuando se usa otra aplicaci¨®n o el m¨®vil est¨¢ en reposo: funcionaba en un 75% de m¨®viles Android pero solo en un 4% de iPhones.
La mayor¨ªa de estas apps funciona por Bluetooth. Los m¨®viles con la app emiten cada pocos minutos un c¨®digo que detectan otros dispositivos a menos de dos metros. Cuando alguien da positivo por coronavirus y lo notifica en la aplicaci¨®n, los c¨®digos que su m¨®vil ha ido mandando se suben a un servidor. El resto de m¨®viles con la app consultan ese servidor una vez al d¨ªa. Cuando un dispositivo detecta que ha estado m¨¢s de 15 minutos a menos de dos metros del m¨®vil de un contagiado, le salta una notificaci¨®n: ¡°Has estado cerca de alguien que ha dado positivo¡±. Esa persona no sabe qui¨¦n es, ni las autoridades sanitarias saben cu¨¢ntos ni qui¨¦nes reciben esa alerta.
Esta distinci¨®n es central en el fracaso brit¨¢nico y en la batalla francesa contra Apple y Google. Ambos Gobiernos creyeron que el modelo descentralizado de las tecnol¨®gicas respeta demasiado la privacidad. Ellos optaron por otro modelo, en el que las autoridades sanitarias deb¨ªan saber cu¨¢ntos y qui¨¦nes hab¨ªan estado cerca de un contagiado. Y era el Gobierno quien deb¨ªa avisarles, no al rev¨¦s.
La gran consecuencia de esta batalla va mucho m¨¢s all¨¢ de la pandemia. ?Qui¨¦n ha ganado el combate entre Francia y Reino Unido, dos pa¨ªses que est¨¢n en el consejo de seguridad de Naciones Unidas, y Apple y Google? Apple y Google. Un Gobierno, sin tanta urgencia como ahora, podr¨ªa usar la regulaci¨®n para presionar a dos corporaciones a cumplir sus leyes. Pero no es sencillo. Si Apple y Google iban a hacer un protocolo para ayudar a rastrear contactos, ten¨ªa que ser uno solo para todo el mundo: Gobiernos democr¨¢ticos y autoritarios.
La privacidad deb¨ªa ser por tanto la m¨¢s exigente. ?Una ley francesa o brit¨¢nica hubiera cambiado esa decisi¨®n? No est¨¢ nada claro. ?Se atrever¨ªa un Gobierno a empujar a las dos corporaciones a riesgo de que pudieran dejar sin servicio a sus ciudadanos? Es una escalada impensable, pero solo la opci¨®n de imaginarlo limita la capacidad de presi¨®n de un Ejecutivo.
Hay un Gobierno de un pa¨ªs peque?o que se ha planteado seriamente ventajas e inconvenientes de ambos modelos: Letonia. Empez¨® muy pronto, en abril, y su app, en el mercado desde finales de mayo, opt¨® por Google y Apple. Pero no sin advertir y discutir con ambas compa?¨ªas sobre la incapacidad de escoger, seg¨²n explica a EL PA?S Ieva Ilvesa, asesora digital de la presidencia, que ha estado en todo el proceso. ¡°Mantuvimos un debate muy serio y agradezco a ambas compa?¨ªas su predisposici¨®n, pero tuvimos que seguir sus reglas¡±, dice por email. ¡°Comparto las preocupaciones de ambas compa?¨ªas al construir una soluci¨®n global que puede ser objeto de abuso [en pa¨ªses autoritarios, porque podr¨ªa servir para saber con qui¨¦n se relaciona cada persona]. Pero conf¨ªo en el sistema democr¨¢tico de mi pa¨ªs y si hubiera alguna desviaci¨®n hay responsabilidad p¨²blica, algo que no es necesariamente igual en empresas privadas¡±, a?ade.
Apturi Covid, la app letona, lleva 70.000 descargas en un pa¨ªs de 1,9 millones de habitantes y esperan llegar a un 15-20% de la poblaci¨®n. ¡°En cierto modo, las buenas noticias van en contra de la app¡±, dice Ilvesa. ¡°Durante algunos d¨ªas hubo cero nuevos casos en Letonia, con lo que nuestras autoridades tienen poca experiencia en rastrear casos digitalmente y tambi¨¦n hay menos inter¨¦s por la app¡±, a?ade.
Menos de 60% ya vale
Durante estas semanas se repiti¨® que para que la app tuviera impacto deb¨ªa usarla el 60% de la poblaci¨®n, una cifra que procede de un estudio de la Universidad de Oxford. Los autores se sienten sin embargo malinterpretados: ese porcentaje permitir¨ªa eliminar la pandemia ¡°sin ninguna otra intervenci¨®n¡±. Para llegar al 60% de la poblaci¨®n, un 80% de usuarios de m¨®viles deber¨ªan descargar la app. Son cifras extraordinarias. Pero en esa afirmaci¨®n faltaba la segunda parte de la frase, dijeron los autores a la Tech Review: ¡°Incluso con n¨²meros inferiores, estimaremos a¨²n una reducci¨®n en el n¨²mero de casos de coronavirus¡±.
En Italia, la empresa Bending Spoons desarroll¨® la app Immuni que, igual que en Letonia, se hizo gratis por la iniciativa privada durante meses de trabajo. All¨ª el Gobierno calcula que el universo de personas con acceso a Internet y de mayores de 14 a?os con m¨®vil es de unos 30 millones, la mitad de la poblaci¨®n. Esta semana llevaban 2,7 millones de descargas, cerca de un 10% del universo posible.
Tanto Letonia como Italia han usado protocolos similares al suizo DP-3T, que es el que dice el Gobierno que emplear¨¢ Espa?a en su app, que est¨¢ en una fase mucho menos avanzada que las de sus vecinos. Portugal est¨¢ tambi¨¦n a la espera de fecha concreta de lanzamiento con todo a punto. Ese protocolo, que es el que utilizan Google y Apple, permitir¨¢ la interoperabilidad de la aplicaci¨®n m¨¢s all¨¢ de las fronteras estatales, excepto de momento con Francia, que insiste con su modelo propio y que este mi¨¦rcoles llevaba 1,7 millones de descargas tras dos semanas.
Espa?a no tiene app a¨²n pero ya se ha adjudicado a Indra un contrato para desarrollarla, y deber¨¢ estar disponible para un piloto en La Gomera pr¨®ximamente. EL PA?S ha preguntado repetidamente al Gobierno cu¨¢ndo se adjudic¨® el contrato a Indra y por cu¨¢nto valor, pero al cierre de este art¨ªculo no hab¨ªa obtenido respuesta. Desde Indra remiten a la Secretar¨ªa de Estado de Inteligencia Artificial como ¨²nico interlocutor acerca de la app. Espa?a ha tomado un camino propio, con muchas dudas por parte de Sanidad. El Ministerio tem¨ªa que la app provocara un exceso de falsos positivos ¨Dusuarios con notificaciones de posible contagio en el m¨®vil que colapsaran atenci¨®n primaria¨D y nadie impuls¨® con claridad un proyecto propio. El ministro de Sanidad alem¨¢n, Jens Spahn, dijo por ejemplo que eso le preocupaba poco: ¡°Prefiero testar a demasiados que a demasiado pocos¡±.
Tampoco est¨¢ nada claro que la app espa?ola termine lanz¨¢ndose: una nota del Gobierno de Canarias esta semana destacaba que todo depende del ¨¦xito del piloto. El presupuesto para la app es algo que var¨ªa mucho seg¨²n el pa¨ªs. La cifra oficial alemana es de 20 millones y casi tres al mes para su funcionamiento, mientras que otros pa¨ªses han contado con la iniciativa privada o de institutos t¨¦cnicos p¨²blicos casi gratuita. En Espa?a, Tecnalia e Iberm¨¢tica han desarrollado adem¨¢s Epidig, una app a partir del protocolo suizo DP-3T, para comercializarla a grandes empresas que quieren conocer la exposici¨®n entre sus empleados.
En esta oleada de apps que pueden marcar el ¨¦xito o hundimiento definitivo del rastreo de contactos digital hay que destacar que en Estados Unidos nadie lo ve claro: en una encuesta a altos cargos de los 50 Estados, solo tres dijeron que iban a desarrollar la app con el protocolo de Apple y Google. El fracaso estrepitoso de su esfuerzo para ayudar con la pandemia es algo que las compa?¨ªas deben querer evitar. Algo que s¨ª han conseguido es que apenas haya alternativas. Noruega llevaba meses con su app por GPS y acaba de retirarla porque Amnist¨ªa dijo que era igual de intrusiva que las de Bahr¨¢in y Kuwait. Mientras, el gran modelo de estas apps, Singapur, la ha arrinconado y ha pasado directamente a probar con una pulsera.