Google anclar¨¢ por primera vez uno de sus cables submarinos en Espa?a

En 2022, un nuevo cable de telecomunicaciones por debajo del mar unir¨¢ Espa?a (desde Bilbao), Reino Unido (desde Bude) y Estados Unidos (desde Shirley, Nueva York), seg¨²n ha anunciado este martes Google. El cable es la primera inversi¨®n impulsada en solitario por la compa?¨ªa estadounidense en una ruta submarina a Espa?a y el vig¨¦simo octavo de estos tendidos en anclarse en alg¨²n punto del territorio espa?ol, de acuerdo con los datos de TeleGeography, relativos a aquellas redes que permanecen activas.

¡°Hoy en d...

En 2022, un nuevo cable de telecomunicaciones por debajo del mar unir¨¢ Espa?a (desde Bilbao), Reino Unido (desde Bude) y Estados Unidos (desde Shirley, Nueva York), seg¨²n ha anunciado este martes Google. El cable es la primera inversi¨®n impulsada en solitario por la compa?¨ªa estadounidense en una ruta submarina a Espa?a y el vig¨¦simo octavo de estos tendidos en anclarse en alg¨²n punto del territorio espa?ol, de acuerdo con los datos de TeleGeography, relativos a aquellas redes que permanecen activas.

¡°Hoy en d¨ªa, el 98% del tr¨¢fico internacional de Internet circula a trav¨¦s de cables submarinos¡±, se?ala Bikash Koley, vicepresidente de Google Global Network en un post de la compa?¨ªa. No en vano, este tendido sumar¨¢ su recorrido a un entramado que ya supera las 200.000 leguas de cables submarinos (m¨¢s de 1,1 millones de kil¨®metros) y que son las que nos permiten ¨Dahora m¨¢s que nunca¨D trabajar, comunicarnos, entretenernos y aprender en Internet sin renunciar a que todo ello ocurra en tiempo real. ¡°Una conectividad de confianza es m¨¢s importante que nunca¡±, a?ade Koley.

La nueva ruta se llamar¨¢ Grace Hopper, en honor a la c¨¦lebre estadounidense pionera del campo de la inform¨¢tica, y se sumar¨¢ a las otras tres conexiones submarinas privadas que el gigante de Mountain View ha anunciado durante los ¨²ltimos tres a?os: Curie, Dunant y Equiano. ¡°Los cables submarinos privados nos permiten planificar de forma efectiva las necesidades de capacidad futuras de nuestros clientes y usuarios de todo el mundo, as¨ª como agregar una capa de seguridad que va m¨¢s all¨¢ de lo que est¨¢ disponible en la red p¨²blica¡±, se?ala Koley.

Grace Hopper y sus predecesores se enmarcan en la estrategia de Google de reforzar su infraestructura global y en concreto la regi¨®n de Google Cloud en Madrid, anunciada el pasado mes de junio, junto al compromiso de la compa?¨ªa con Telef¨®nica para colaborar en el proyecto. ¡°Esto integra a¨²n m¨¢s en nuestra infraestructura global la pr¨®xima regi¨®n de Google Cloud¡±, asegura Koley.

?Por qu¨¦ en solitario? En cierto sentido, se parece al debate entre vivir de alquiler y comprarse una casa. El acceso a los recursos de un cable submarino puede lograrse de tres maneras. Una es adquirir capacidad de un cable existente, previsiblemente m¨¢s barata, pero tambi¨¦n m¨¢s limitada. Otra opci¨®n es construir uno nuevo junto a un grupo de socios con necesidades similares. Este es el modelo que trajo a Facebook a Espa?a, a lomos de Marea y junto a Telxius y Microsoft. Amazon y la propia Google son otras dos grandes tecnol¨®gicas que en el pasado tambi¨¦n han apostado por esta colaboraci¨®n. ¡°El inter¨¦s est¨¢ en que sus consumos son elevad¨ªsimos, con lo que por coste, van a amortizar la inversi¨®n en un tiempo razonable y que con infraestructura propia se ahorran dolores de cabeza en caso de conflicto¡±, explica C¨¦sar C¨®rcoles, profesor de los Estudios de Inform¨¢tica, Multimedia y Telecomunicaci¨®n de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

La opci¨®n final es ir un paso m¨¢s all¨¢ del consorcio y asumir la construcci¨®n del cable de principio a fin, como un proyecto individual. Las ventajas de esta ¨²ltima opci¨®n para Google son adaptar las rutas a las necesidades de latencia ¨Cel tiempo necesario para que la informaci¨®n llegue de un punto a otro de la red¨C de los clientes que se encuentran en los mercados de inter¨¦s, crear nuevas conexiones (como ocurri¨® con Curie) y ofrecer mayor estabilidad en esos recorridos que tienen una vida ¨²til de entre 15 y 25 a?os.

Salto cualitativo (y cuantitativo)

En el lecho marino, estos t¨²neles de Internet no tienen mucho m¨¢s di¨¢metro que el de una manguera a trav¨¦s de la cual la informaci¨®n viaja por fibras no m¨¢s gruesas que un pelo. Por la nueva manguera de Google pasar¨¢n concretamente 16 pares de fibras (32 pelos). ¡°Esto supone una actualizaci¨®n de la infraestructura de internet que conecta actualmente Estados Unidos y Europa¡±, se?ala Koley. Si comparamos este proyecto con Marea, que sigue un recorrido similar (sin parada en Reino Unido) y es el ¨²ltimo cable transoce¨¢nico anclado en Espa?a (2018), Grace Hopper tiene 24 fibras m¨¢s, todas para Google.

El nuevo cable incorporar¨¢ adem¨¢s tecnolog¨ªas de conmutaci¨®n de fibra ¨®ptica, que contribuyen a ¡°mejorar la fiabilidad de las comunicaciones¡±, al facilitar el movimiento del tr¨¢fico en caso de cortes. ¡°Grace Hopper es el primer cable submarino del mundo en usar esta tecnolog¨ªa y esperamos implementarla en otros sistemas en el futuro¡±, a?ade el vicepresidente de Google Global Network. Con este proyecto hecho a medida y cuya construcci¨®n ya ha encargado al proveedor estadounidense de cable submarino Subcom, esperan ¡°impulsar¡± servicios como Meet, Gmail y Google Cloud.

De Espa?a al mundo

De acuerdo con los datos de TeleGeography, la nueva ruta ser¨ªa la vigesimoctava conexi¨®n activa anclada en alg¨²n punto de Espa?a y el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una historia que va m¨¢s all¨¢ de la conexi¨®n con Estados Unidos. De las costas espa?olas salen (o saldr¨¢n) cables que viajan hasta Brasil, Argentina, Egipto o Somalia. Esta ¨²ltima parada forma parte de los planes de futuro de 2Africa, una red intercontinental que pondr¨¢ el primer gran cable transoce¨¢nico en Barcelona, si se cumplen los plazos, en 2023. Estos 37.000 kil¨®metros de cable (Marea mide 6.000) convertir¨¢n a 2Africa en el segundo cable m¨¢s largo del mundo y, esta vez s¨ª, ser¨¢n obra de un consorcio en el que figuran Facebook, Vodafone y Orange, entre otros.

En el otro extremo de los largos viajes que parten de Espa?a est¨¢n los relativamente peque?os cables que unen la pen¨ªnsula y los archipi¨¦lagos, as¨ª como las islas de estos. Unos pocos cientos de kil¨®metros que garantizan que los rincones m¨¢s alejados no dependan exclusivamente de las limitadas velocidades de la conexi¨®n satelital.