La aplicaci¨®n de rastreo estar¨¢ operativa desde el 10 de agosto en varias comunidades
El Gobierno asegura que en la prueba piloto de La Gomera el sistema dobla en eficacia la detecci¨®n de contagios de los rastreadores manuales
Los rebrotes y la presi¨®n del turismo han alterado los planes del Gobierno. La aplicaci¨®n de rastreo de contagios en la que trabaja el Ejecutivo desde hace meses, bautizada como Radar COVID, estar¨¢ disponible para todo el territorio nacional a partir del 15 de septiembre. Sin embargo, el repunte de infecciones ha llevado a que la semana que viene se ponga en marcha una versi¨®n no definitiva de la app en ¡°dos o tres¡± comunidades aut¨®nomas que todav¨ªa est¨¢n por decidir. As¨ª lo ha asegurado este mediod¨ªa la secretaria de Estado de Digitalizaci¨®n e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, du...
Los rebrotes y la presi¨®n del turismo han alterado los planes del Gobierno. La aplicaci¨®n de rastreo de contagios en la que trabaja el Ejecutivo desde hace meses, bautizada como Radar COVID, estar¨¢ disponible para todo el territorio nacional a partir del 15 de septiembre. Sin embargo, el repunte de infecciones ha llevado a que la semana que viene se ponga en marcha una versi¨®n no definitiva de la app en ¡°dos o tres¡± comunidades aut¨®nomas que todav¨ªa est¨¢n por decidir. As¨ª lo ha asegurado este mediod¨ªa la secretaria de Estado de Digitalizaci¨®n e Inteligencia Artificial, Carme Artigas, durante la rueda de prensa convocada para valorar los resultados de la prueba de la aplicaci¨®n, que ha estado activa durante un mes en la isla de La Gomera.
No se ha hecho oficial cu¨¢les ser¨¢n las comunidades aut¨®nomas que pondr¨¢n en marcha la versi¨®n no acabada de la app. La decisi¨®n depende de Sanidad, seg¨²n ha destacado Artigas, si bien ha se?alado a las islas Baleares y a Canarias como dos firmes candidatas a ello debido al volumen de turismo extranjero que acogen. Son las propias regiones las que deciden si quieren o no contar con la aplicaci¨®n. Seg¨²n Artigas, el inter¨¦s en ella ha sido ¡°masivo¡±.
Radar COVID se ha probado durante el mes de julio en La Gomera. Durante este tiempo se ha simulado una oleada de 300 contagios entre 3.000 usuarios de la aplicaci¨®n para probar la eficacia del sistema. Seg¨²n Artigas, el 61% de las personas a las que se les comunic¨® el contagio ficticio llegaron hasta el final del proceso, notificando a las autoridades su contagio y cumpliendo la cuarentena.
La secretaria de Estado destac¨®, asimismo, que la eficacia de la aplicaci¨®n dobla a la del rastreo manual: ha sido capaz de registrar 6,4 contactos estrechos de riesgo por positivo ficticio confirmado frente a los 3,5 detectados mediante el sistema manual en Canarias. Tambi¨¦n se han acortado los tiempos de reacci¨®n a menos de 24 horas, lo cual se subraya como fundamental para controlar posibles rebrotes. La capacidad de retenci¨®n de Radar COVID (la proporci¨®n de usuarios que mantuvieron y usaron la aplicaci¨®n de descargarla) ha sido del 83%.
La app ya se puede descargar en las tiendas de aplicaciones ¨Daunque a¨²n no est¨¢ operativa¨D y no ser¨¢ de uso obligatorio ni utilizar¨¢ datos de localizaci¨®n. Cuando los tel¨¦fonos de dos usuarios est¨¦n durante al menos 15 minutos a una distancia inferior a dos metros, intercambiar¨¢n unos ficheros a trav¨¦s del bluetooth, que se guardar¨¢n durante 14 d¨ªas. Si un usuario es diagnosticado de covid-19, el m¨¦dico le suministrar¨¢ un c¨®digo alfanum¨¦rico aleatorio. Al introducirlo en su aplicaci¨®n ¨Dalgo que tambi¨¦n es voluntario¨D los usuarios con los que haya tenido ese contacto estrecho ¨Dcuyos tel¨¦fonos revisan dos veces al d¨ªa la lista de esos c¨®digos¨D recibir¨¢n una alerta. En ning¨²n caso se revelar¨¢ la identidad de la persona infectada.
Indra ha sido la empresa encargada de desarrollar la aplicaci¨®n y el proyecto piloto por un contrato que asciende a 330.000 euros. La aplicaci¨®n es de c¨®digo abierto y parte del trabajo viene ya hecho desde Suiza por un equipo que lidera la ingeniera espa?ola Carmela Troncoso. Adem¨¢s, utiliza los protocolos que establecieron de forma conjunta Google y Apple y que solo puede utilizar una app por pa¨ªs.
?Una herramienta ¨²til?
Hay dos preguntas clave en torno a estas aplicaciones. La primera es si la privacidad de los usuarios est¨¢ garantizada: la mayor¨ªa de expertos est¨¢ de acuerdo en que el modelo descentralizado adoptado ¡ªen el que todo el proceso ocurre en los m¨®viles de los usuarios, sin intervenci¨®n de las autoridades¡ª es el m¨¢s respetuoso con esa privacidad. La Comisi¨®n Europea est¨¢ trabajando adem¨¢s para que las aplicaciones que comparten este modelo ¡ªcomo la alemana o la italiana¡ª sean interoperables, es decir, que se comuniquen unas con otras.
Un estudio de la Universidad de Oxford considera que, para lograr una m¨¢xima eficacia, el porcentaje de descargas deber¨ªa ser del 60% en la poblaci¨®n de un pa¨ªs, aunque cualquier porcentaje inferior tambi¨¦n ayudar¨ªa a frenarla. Seg¨²n Pablo Rodr¨ªguez, asesor t¨¦cnico del proyecto, ¡°un uso del 20% podr¨ªa ayudar a reducir la pandemia en un 30%, y a partir de ah¨ª su contribuci¨®n es lineal¡±, asegura. El Ejecutivo no se ha marcado un objetivo en cuanto a descargas.
Desde la Secretar¨ªa de Estado aseguran que durante la prueba en La Gomera no se detect¨® ning¨²n falso positivo, aunque admiten que eso no quiere decir que no se produzcan cuando la aplicaci¨®n se generalice. De hecho, las caracter¨ªsticas de la isla, poco urbanizada y con escasa densidad de poblaci¨®n hacen que algunas conclusiones sean dif¨ªcilmente trasladables al resto del pa¨ªs.
Para Ramon L¨®pez de M¨¢ntaras, investigador del CSIC, el asunto de los falsos positivos es muy importante porque en todos los pa¨ªses donde se utilizan estas aplicaciones hay muchos casos. Cita como ejemplo el de dos personas, una de ellas infectada, que pasen 15 minutos a menos de dos metros, pero separadas por una pared. Te¨®ricamente no puede haber contagio, pero el m¨®vil del usuario sano s¨ª recibir¨ªa la alerta. ¡°Y eso podr¨ªa crear un mont¨®n de alarmas innecesarias y sobrecargar la atenci¨®n primaria¡±, advierte.
A L¨®pez de M¨¢ntaras le parece incorrecta la denominaci¨®n ¡°aplicaciones de rastreo¡±, que se ha impuesto para denominar a estos sistemas. ¡°No rastrean, detectan contactos. Los que rastrean son personas que adem¨¢s tienen que estar convenientemente entrenadas para hacerlo bien¡±, explica. El cient¨ªfico considera que ¡°bien utilizadas, estas apps pueden ser un buen complemento del rastreo manual¡±. Pero que este ¨²ltimo sistema es imprescindible y que ser¨ªa un error relajarlo por muchas soluciones tecnol¨®gicas que se desplieguen. ¡°De hecho las aplicaciones obligar¨¢n a reforzar el sistema anal¨®gico, ya que al detectarse m¨¢s contactos de riesgo ser¨¢ necesario tener m¨¢s personas para rastrearlos¡±, concluye.
Resultados discretos en la mayor¨ªa de pa¨ªses
Las aplicaciones de rastreo de contagios no han resultado decisivas para trazar los contactos de los infectados en ning¨²n pa¨ªs del mundo. Han servido, como mucho, como complemento al rastreo manual, pero las dudas sobre la privacidad en algunos casos, el bajo porcentaje de descarga o la existencia de falsos positivos han lastrado su eficacia. Singapur fue pionero en adoptar esta soluci¨®n pero, en junio, el aumento de los brotes llev¨® a la ciudad-Estado a abandonar la aplicaci¨®n y sustituirla por un dispositivo port¨¢til.
En Europa, el pa¨ªs donde se ha implantado con m¨¢s ¨¦xito ha sido Alemania. El instituto de epidemiolog¨ªa de referencia alem¨¢n, el Robert Koch, considera la aplicaci¨®n que se descarga en los m¨®viles un instrumento clave en la lucha contra la expansi¨®n de la pandemia, informa Ana Carbajosa. El uso es voluntario y, hasta ahora, 16,4 millones de usuarios se la han descargado en un pa¨ªs de 83 millones de habitantes.
La app fue presentada por el Gobierno alem¨¢n a mediados de junio y ha sufrido algunos tropiezos operativos en su corta vida. Los problemas t¨¦cnicos, junto con las limitaciones que impone el anonimato, merman la efectividad de una herramienta con enorme potencial. As¨ª, por ejemplo, la protecci¨®n de datos impide identificar a un supercontagiador, algo que podr¨ªa resultar clave desde un punto de vista epidemiol¨®gico.
En Francia, la aplicaci¨®n StopCovid lleva funcionando ya dos meses, pero no acaba de despegar, informa Silvia Ayuso. El 30 de julio se la hab¨ªan descargado entre dos y 2,5 millones de personas (un 3% de la poblaci¨®n). Para el Gobierno, resulta ¡°un poco temprano¡± para valorar su ¨¦xito, aunque la prensa francesa ya habla de ¡°fiasco¡±.
Seg¨²n Le Monde, a finales de junio, la aplicaci¨®n hab¨ªa sido descargada por 1,9 millones de personas pero solo 14 usuarios hab¨ªan recibido una alerta. Ante el aumento de los contagios en las ¨²ltimas semanas, las autoridades francesas han incrementado los llamamientos a descargarse StopCovid.
El Reino Unido no prev¨¦ tener una aplicaci¨®n para m¨®viles efectiva antes del invierno, despu¨¦s de una fracasada intentona de crear la suya, en la que ha perdido unos meses valiosos y millones de libras informa Patricia Tubella. A principios de mayo, el Gobierno brit¨¢nico anunci¨® que estaba trabajando para crear una aplicaci¨®n centralizada por el servicio p¨²blico de salud, pero, en un giro de 180 grados, se desdijo a mediados de junio ante los fallos de ese sistema operativo (en el banco de pruebas de la isla de Wight, el sistema reconoc¨ªa al 75% de los Android pero s¨®lo al 4% de los iPhone).
La consiguiente decisi¨®n de elaborar una aplicaci¨®n basada en el modelo desarrollado por Apple y Google ha topado desde entonces con muchos problemas. El Gobierno de Boris Johnson admite ahora que ¡°no hay fecha¡± para su implementaci¨®n.