Siga a esa duna: c¨®mo salvar un ecosistema por tierra, mar y aire
Los avances en t¨¦cnicas de teledetecci¨®n y procesamiento de datos abren la puerta a niveles de monitorizaci¨®n y gesti¨®n impensables hace unas d¨¦cadas
En la era de la vigilancia ubicua, no todo tiene que ser siniestro. Al otro lado del reconocimiento facial y los sistemas de rastreo que tanto recelo alimentan est¨¢ la posibilidad de chequear la salud de una planta, detectar la presencia de una especie o seguir la migraci¨®n de las dunas. Tan distinta es esta otra manera de vigilar, que su historia comienza con algo tan alegre y despreocupado como un globo. Este medio de transporte, en su versi¨®n aerost¨¢tica, es el que emple¨® en 1859 Gaspard-F¨¦lix Tournachon -m¨¢s conocido como Nadar- para tomar una fotograf¨ªa a¨¦rea de Par¨ªs y dar por inaugurado el campo de la teledetecci¨®n.
Ahora el trabajo de recopilaci¨®n de im¨¢genes lo hacen sat¨¦lites, aviones y drones. Y las c¨¢maras comparten espacio sensores cada vez m¨¢s complejos. La foto de Nadar palidece ante el alcance de la definici¨®n de las im¨¢genes que pueden captarse ahora. Miguel Pe?a, responsable del proyecto de recuperaci¨®n de la Reserva Natural Especial de las dunas de Maspalomas (Masdunas), da fe del alcance de estas herramientas. ¡°Para que te imagines la precisi¨®n, cuando nosotros abr¨ªamos las im¨¢genes del vuelo L¨ªdar, se ve¨ªa la textura de las cuerdas¡±, sentencia, refiri¨¦ndose a las marcas de balizamiento de los senderos que se trazaron en el transcurso de la intervenci¨®n.
Los avances de estas t¨¦cnicas han sido constantes en las ¨²ltimas d¨¦cadas. As¨ª lo confirma Francisco Eugenio, responsable del grupo de investigaci¨®n de Procesado de Im¨¢genes y Teledetecci¨®n de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). ¡°En 1995 normalmente trabaj¨¢bamos con sat¨¦lites de baja resoluci¨®n espacial. De un kil¨®metro¡±, recuerda. En este contexto, la ¨²nica opci¨®n era estudiar los fen¨®menos en exoescala -el color del mar, su temperatura-, sobre mapas en los que un solo p¨ªxel representaba la extensi¨®n de un kil¨®metro. Ahora las mediciones de un sat¨¦lite pueden bajar a escalas de metros. Y si hablamos de drones, podemos descender hasta los cent¨ªmetros.
Por tierra
En el proyecto Masdunas, cuya primera fase concluy¨® en diciembre de 2019, el apoyo de tecnolog¨ªas adaptadas a las necesidades del terreno ha sido clave desde el inicio. ¡°El primer reto tecnol¨®gico fue qu¨¦ maquinaria usar para mover la arena¡±, recuerda pe?a. Estas tareas, cuyo objetivo era recuperar la arena del lugar donde se estaba perdiendo y devolverla al inicio del sistema dunar, ¡°en una especie de baip¨¢s¡±, se ejecutan con frecuencia en dunas h¨²medas, pero de acuerdo con la bibliograf¨ªa consultada por el equipo de Pe?a, nunca se hab¨ªan hecho en dunas ¨¢ridas, como las de Maspalomas. ¡°El primer d¨ªa se nos enterr¨® todo¡±.
Superado este escollo, con tractores de cadena y camiones con ruedas que el director de Masdunas recuerda m¨¢s altas que ¨¦l mismo, los movimientos de arena se complementaron con sistemas de captaci¨®n -tambi¨¦n adaptados a las particularidades del terreno- y un sistema de seguimiento pensado para monitorizar la efectividad y potenciales consecuencias de los trabajos por tierra, mar y aire. ¡°La gesti¨®n de los espacios protegidos tiene que hacerse con base en el mejor conocimiento cient¨ªfico disponible. Se hac¨ªan levantamientos topogr¨¢ficos de alta precisi¨®n cada 15 d¨ªas para ver c¨®mo iba creciendo la arena. Con todas las variables se sacaban vol¨²menes, rampas de cartograf¨ªa con color y se iban elaborando gr¨¢ficas para entender qu¨¦ modelos de captaci¨®n funcionaban mejor¡±, explica Pe?a.
Por aire
Estos procedimientos de recogida de informaci¨®n fueron constantes durante el transcurso del proyecto: se hac¨ªa un vuelo l¨ªdar con un dron profesional antes de cada movimiento de arena, otro inmediatamente despu¨¦s y uno m¨¢s pasados un mes y medio. Al cabo de esta primera fase, los drones sobrevolaron las dunas 16 veces.
Los avances t¨¦cnicos de estas tareas han estado en la agenda de Eugenio durante los ¨²ltimos 25 a?os. ¡°En el a?o 2015 conseguimos medir desde sat¨¦lites a 700 kil¨®metros de altura qu¨¦ es lo que hay en el fondo del mar y cu¨¢l es la batimetr¨ªa (distribuci¨®n de plantas y animales en diversas capas) o la calidad del agua¡±, comenta. De estas mediciones pueden derivarse los efectos del clima, la presi¨®n antropol¨®gica, el turismo¡ Ese fue uno de los logros del proyecto nacional ARTeMISAT I, que tambi¨¦n aplic¨® estos sistemas en las Ca?adas del Teide y las dunas de Maspalomas. En su segunda edici¨®n, ARTeMISAT II, este proyecto de an¨¢lisis de recursos terrestres y marinos mediante el procesado de im¨¢genes de sat¨¦lites de alta resoluci¨®n ha pasado del uso de sensores multiespectrales a incorporar sensores hiperespectrales: los primeros suelen operar con un m¨¢ximo de siete bandas espectrales, los segundos alcanzan las 150. ¡°Es como la diferencia entre ver 64 colores y 256¡±, resume Eugenio. Donde antes solo se pod¨ªan recoger unas pocas variables, entra ahora un abanico de mediciones que permiten profundizar mucho m¨¢s en la caracterizaci¨®n del ecosistema: detectar y ubicar especies invasoras, determinar la calidad del agua, identificar variedades de una misma especie, conocer el estado de salud de la vegetaci¨®n¡
En la recolecci¨®n de los datos necesarios los investigadores de ARTeMISAT combinaron los trabajos sobre el terreno con el de los drones equipados con los nuevos sensores, un vuelo de un avi¨®n del INTA y el paso de un sat¨¦lite. Todo esto, adem¨¢s, ten¨ªa que ocurrir en la misma jornada, para obtener informaciones comparables.
?Y luego? Procesamiento, el otro avance clave, una vez ajustadas las posiciones de las diferentes fuentes y aplicadas las correcciones atmosf¨¦ricas toca sacar conclusiones: ¡°Tenemos algoritmos que nos permiten obtener, por ejemplo, la cartograf¨ªa de alta resoluci¨®n de la cobertura vegetal, simplemente en funci¨®n de la reflexi¨®n solar¡±, concluye el Eugenio.
Por mar
El medio marino es clave en el ecosistema de las dunas. Por un lado, porque parte de la reserva est¨¢ sumergida, en forma de paisaje dunar submarino. Y por otro, porque era fundamental garantizar que los movimientos de la arena no iniciaran un efecto domin¨® que acabara por perjudicar los h¨¢bitats cercanos. ¡°Lo que no quer¨ªamos era crear un problema tratando de arreglar otro¡±, resume Pe?a.
En este contexto, se establecieron tres estaciones de muestreo desde las que se controlaron, entre otros, la densidad del sedimento, la claridad de las aguas, el estado de los sebadales y su velocidad de crecimiento. ¡°La conclusi¨®n fue que no hab¨ªa impacto de la obra¡±, concluye Pe?a.
Otro ecosistema acu¨¢tico e integrado en las dunas que ha concentrado tanto la atenci¨®n del proyecto Masdunas como la de ARTeMISAT: la charca de Maspalomas. Para el proyecto de teledetecci¨®n y procesamiento de datos, la laguna ha servido de campo de pruebas para demostrar la alta precisi¨®n de las mediciones de calidad del agua tomadas mediante drones con sensores hiperespectrales.
Para Pe?a ha sido el escenario de la batalla contra la tilapia de Mozambique, una especie invasora com¨²n en el cultivo dulceacu¨ªcola para la obtenci¨®n de biomasa y con una capacidad reproductora ¡°espectacular¡±. ¡°Cuando iba a la bibliograf¨ªa te encontrabas un mont¨®n de cosas de c¨®mo producir, c¨®mo vender la tilapia, pero no c¨®mo controlarla¡±, recuerda el bi¨®logo. La victoria en esta ocasi¨®n no la trajo la ¨²ltima tecnolog¨ªa, sino la rudimentaria pesca con nasa, cuyo uso est¨¢ documentado desde el siglo XVI. ¡°Nos funcion¨® tan bien que durante el proyecto sacamos 14.000 ejemplares¡±.
Drones, la dif¨ªcil soluci¨®n
Las limitaciones de los sat¨¦lites y lo prohibitivo de recurrir a aviones convierten el uso de drones en la aparente alternativa m¨¢s razonable, por asequible y efectiva, pero no es oro lo parece. El potencial de su uso para tomar mediciones en este ¨¢mbito contrasta con las dificultades que entra?a no solo poner las aeronaves en el aire sino contar con medios suficientemente avanzados. ¡°Sigue siendo complicado a nivel de reglamentaci¨®n y sigue siendo complicado a nivel de que pocas empresas lo tienen¡±, resume Eugenio.
Por un lado, los permisos necesarios para emplearlos, alargan y complican los preparativos. ¡°Eso conlleva unos costos¡±, comenta el investigador. Por otro, la aparente democratizaci¨®n de este mercado no alcanza este ¨¢mbito. ¡°A nivel de investigaci¨®n sigue siendo un poco caro. Se est¨¢n empezando a dar los primeros pasos, pero falta competencia. Todo el mundo puede comprarse un dron, pocos pueden ponerlo en el aire y menos a¨²n pueden emplearlos en investigaci¨®n sin que esto suponga una gran inversi¨®n.
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