Androides en el espejo: el investigador espa?ol que intenta crear robots conscientes de su propia presencia
Pablo Lanillos ha dedicado los ¨²ltimos cinco a?os a poner los cimientos para que las m¨¢quinas puedan aprender de su entorno y responder con flexibilidad ante escenarios de incertidumbre
Los robots actuales son incapaces de reconocer su propia existencia y, por ende, de identificarse en un espejo. Aunque era de esperar, lo han demostrado emp¨ªricamente proyectos como el del estudio creativo Waltz Binaire, que plant¨® ante el azogue a un robot equipado un sistema de reconocimiento de im¨¢genes. Narciss ¡ªas¨ª se llamaba la m¨¢quina¡ª alcanz¨® a ver una tostadora, un ¨¢rbol, una se?al de stop y una bicicleta aparcada en frente de un televisor. Pero nunca se reconoci¨® a s¨ª mismo.
Este test de Turing de la concien...
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Los robots actuales son incapaces de reconocer su propia existencia y, por ende, de identificarse en un espejo. Aunque era de esperar, lo han demostrado emp¨ªricamente proyectos como el del estudio creativo Waltz Binaire, que plant¨® ante el azogue a un robot equipado un sistema de reconocimiento de im¨¢genes. Narciss ¡ªas¨ª se llamaba la m¨¢quina¡ª alcanz¨® a ver una tostadora, un ¨¢rbol, una se?al de stop y una bicicleta aparcada en frente de un televisor. Pero nunca se reconoci¨® a s¨ª mismo.
Este test de Turing de la conciencia de uno mismo lo propuso el psic¨®logo Gordon Gallup en 1970. En su experimento y despu¨¦s de una exposici¨®n prolongada a sus im¨¢genes en espejos, los chimpanc¨¦s demostraron ser capaces de reconocerse en el reflejo e identificar que hab¨ªan sido marcados con tinta roja. La misma prueba la han superado delfines mulares, elefantes asi¨¢ticos, urracas comunes, beb¨¦s de 20 meses en adelante y, ahora, gracias al los esfuerzos de Pablo Lanillos (Madrid, 1981), un selecto grupo de robots.
Por mediaci¨®n de este investigador espa?ol, profesor del instituto Donders para el Cerebro, Cognici¨®n y Comportamiento, un androide desarrollado por la empresa barcelonesa Pal Robotics, se vio a s¨ª mismo saludando ante un espejo. Nao, de Softbank, ha sido el ¨²ltimo en lograrlo, al dar se?ales de identificar una nota adhesiva pegada en su cara. ¡°Lo del espejo es la punta del iceberg¡±, matiza el cient¨ªfico, parte del departamento de Inteligencia artificial de la Universidad Radboud (Holanda). Lanillos considera este experimento una mera demostraci¨®n de sus avances hacia el desarrollo de robots capaces de reconocer su propia presencia y basar en ella sus interacciones con el entorno. ¡°En un coche aut¨®nomo o un robot social, lo que ocurre es que entra la imagen, se detecta el entorno y se ejecuta una acci¨®n totalmente involuntaria, aprendida por datos. El robot no es consciente de lo que est¨¢ haciendo¡±.
Llevar a las m¨¢quinas a ese nivel de autoconocimiento exige determinar primero qu¨¦ hace que los humanos y otros animales sean capaces de reconocerse en el espejo y moverse por el mundo con tanto desparpajo, ajenos a la mayor¨ªa de los procesos que se est¨¢n ejecutando en la trastienda. ¡°Nuestro cerebro funciona como una m¨¢quina de predicci¨®n. Aprende patrones y sabe m¨¢s o menos lo que va a ocurrir¡±, razona Lanillos. Para el investigador, dotar a los robots de esta capacidad se reduce a encontrar la manera de dar respuesta cuatro preguntas: ?D¨®nde est¨¢ mi cuerpo?, ?c¨®mo deber¨ªa moverme?, ?c¨®mo s¨¦ que soy yo?, ?esto lo he hecho yo?
Las dos primeras son relativamente f¨¢ciles y traducibles a sistemas rob¨®ticos. ¡°Si no vemos nuestro brazo, sabemos m¨¢s o menos d¨®nde est¨¢¡±, explica el cient¨ªfico. En el caso de los robots, esta habilidad se reproduce mediante la incorporaci¨®n de sensores que permitan identificar la posici¨®n original y las modificaciones necesarias en esta para alcanzar un nuevo estado. Pero los sistemas actuales est¨¢n limitados por su escasa flexibilidad.
Para una persona acostumbrada a usar todos los d¨ªas la misma escalera mec¨¢nica, encontrarla detenida exige un reajuste de la realidad conocida y un cambio en la acci¨®n: subir los pelda?os en lugar de dejarnos llevar. Para un robot cuyas habilidades se limitan al desplazamiento de forma aut¨®noma y basado en par¨¢metros conocidos, la incertidumbre es fatal. ¡°A final tienes el robot en un entorno controlado. Y si ocurre algo fuera de lugar, se para¡±, resume Lanillos.
En este sentido, el investigador defiende que un robot consciente de su propio cuerpo es el primer paso en el camino hacia sistemas que sean tambi¨¦n conscientes del entorno que les rodea y puedan modificar sus interacciones con este en funci¨®n de c¨®mo var¨ªa. Esto nos lleva al espejo y a la respuesta de la tercera pregunta: ?c¨®mo s¨¦ que soy yo? ¡°Lo interesante aqu¨ª es que neurocient¨ªficos como Michael Graziano dicen que esta capacidad deriva de un desarrollo social en el cual queremos entender lo que ocurre en la mente de otra persona. Para eso necesitas desarrollar la diferenciaci¨®n entre el yo y el otro¡±.
El ¨²ltimo paso es ser conscientes de nuestros actos ¡ª?esto lo he hecho yo?¡ª, perogrullada entre humanos, pero santo grial del camino hacia una rob¨®tica capaz de integrar una inteligencia general ¨Cadaptable y no centrada en una ¨²nica tarea¨C. ¡°Desde mi punto de vista este proceso tiene lugar a nivel de organizaci¨®n y de entender lo que haces en el mundo, pero tambi¨¦n es una forma de evaluar¡±, precisa Lanillos. En teor¨ªa, un robot capaz de identificar sus actos, tambi¨¦n podr¨ªa valorar su rendimiento y aprender de sus errores. ¡°Hay gente que dice que no es importante. Yo pienso que la simple evaluaci¨®n del efecto que vas a producir en el mundo sirve para que el aprendizaje sea m¨¢s seguro¡±.
Lanillos no busca inteligencias capaces de resolver ecuaciones diferenciales ¡ª¡±eso ya lo pueden hacer las m¨¢quinas¡±¡ª, sino la que permite adaptarse al entorno. ¡°Esa inteligencia que hace que no seas bueno en el ajedrez, pero puedas cruzar un pasillo y hablar con una persona mientras entiendes lo que est¨¢ ocurriendo¡±, sentencia. ?La veremos pronto en el interior de un robot? Probablemente no. Adem¨¢s de una progresiva escalada hacia procesos mucho m¨¢s complejos que reconocerse ante un espejo, estos sistemas exigen avances en muchas disciplinas. ¡°Son muchas l¨ªneas de investigaci¨®n que tienen que moverse en paralelo: materiales, sensorizaci¨®n, actuaci¨®n, inteligencia artificial, matem¨¢ticas, computaci¨®n¡¡±.
Sin embargo, con la referencia de los ¨²ltimos cinco a?os de avances, el investigador se muestra optimista. ¡°Al final, a los cient¨ªficos nos pasa que cada vez que terminamos algo parece que era f¨¢cil¡±, comenta. Para ¨¦l el punto de inflexi¨®n fue implementar su modelo algor¨ªtmico por primera vez en un robot. ¡°Esa fue la primera vez que conseguimos tener una m¨¢quina con una percepci¨®n inspirada en la de los humanos¡±.
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