El inventor de productos del futuro que ense?¨® a un r¨ªo a escribir poes¨ªa
Matteo Loglio es el fundador del estudio creativo Oio, especializado en el desarrollo de aplicaciones accesibles con tecnolog¨ªas emergentes. Habla de su relaci¨®n con estas herramientas, sus fuentes de inspiraci¨®n y su plan para, poco a poco, cambiar el mundo
Una fr¨ªa ma?ana de septiembre de 2017, una boya roja estuvo flotando por las aguas del Somerset Coal Canal a su paso por Bath (Reino Unido). En sus tripas viajaba un pu?ado de sensores ambientales gracias a los cuales se sabe que eran las 8.25, hab¨ªa una luminosidad del 10%, el term¨®metro marcaba 9 grados y se tienen las coordenadas exactas del peque?o nav¨ªo (N 51? 21¡ä 35,744¡ä' y O 2? 18¡ä 45.086¡ä'). Aquel d¨ªa, el canal escribi¨® sus primeros versos:
El brumoso r¨ªo lleno de hojas,
bati¨® el Somerset Coal Canal,
los viajeros helados lavando sus
cuellos y desapareciendo en
el paseo de la ma?ana¡
Esta acu¨¢tica e inesperada contribuci¨®n literaria fue parte del Festival de Dise?o de Londres de aquel a?o, y se produjo por mediaci¨®n de una red neuronal que estaba procesando los datos de los sensores para generar poemas a partir de una amplia muestra de poes¨ªa del siglo XX. De ah¨ª la bruma, el lugar, los viajeros helados y el paseo ma?anero. ¡°Si estaba oscuro, la red generaba un poema sobre la oscuridad; si hac¨ªa fr¨ªo, hablaba de congelarse. B¨¢sicamente le daba una voz al canal para expresar sus sentimientos¡±, explica Matteo Loglio, art¨ªfice del proyecto, bautizado como Natural Networks ¡ªRedes naturales¡ª, junto con la agencia six:thirty. El dise?ador italiano, fundador del estudio creativo Oio, que ha colaborado con Google, Arduino y Logitech entre otras, se inspir¨® en una frase de Wittgenstein: ¡°Si un le¨®n pudiese hablar, no le entender¨ªamos¡±. Tan distinta ser¨ªa su percepci¨®n del mundo, que crear¨ªa un lenguaje totalmente diferente. ?Y si el orador fuese un r¨ªo?
Aquel fue su primer trabajo con inteligencia artificial. Antes hab¨ªa creado Primo toys, una l¨ªnea de juguetes para ense?ar a programar a los ni?os. ¡°Es un lenguaje para ni?os de tres a?os en adelante, que no exige pantallas ni saber leer¡±, precisa. El lanzamiento de aquel proyecto en Kickstarter se convirti¨® en uno de los m¨¢s exitosos de la plataforma, dentro de la categor¨ªa de tecnolog¨ªa educativa: recaud¨® 1,6 millones de d¨®lares en un mes, 1,5 millones por encima de los 100.000 d¨®lares que ten¨ªa como meta. Despu¨¦s pas¨® por el Google Creative Lab como dise?ador de interacciones. Y durante el verano de 2019 fund¨® Oio, su f¨¢brica de productos del futuro con sede en Londres. ¡°Trabajamos con tecnolog¨ªas emergentes, como inteligencia artificial, realidad aumentada o Blockchain, pero lo que intentamos es hacerlas accesibles para que formen parte de nuestra vida diaria¡±, resume.
Mucho antes de poner a los canales a escribir poes¨ªa, Loglio pas¨® la infancia entre ordenadores y videojuegos. ¡°Creo que la curiosidad tuvo un papel muy importante. Quer¨ªa desmontarlo todo y tirarme por la madriguera de c¨®mo se hacen las cosas. Hacer preguntas¡±. Al tiempo que pas¨® alcahueteando entre componentes electr¨®nicos se sumaron despu¨¦s sus estudios de dise?o industrial en Italia. ¡°Tienes la huella tradicional del dise?o italiano, muy democr¨¢tico, accesible e incluso humilde, pero elegante en su simplicidad¡±, explica Loglio, convencido de que su musa vive en la intersecci¨®n entre el dise?o y la pasi¨®n por la tecnolog¨ªa.
En oficina f¨ªsica de Oio conviven dise?adores y tecn¨®logos; en el reino digital, completa el equipo Roby, una inteligencia artificial que hace las veces de director creativo, manifiesta sus opiniones a trav¨¦s de Discord y gestiona su propia cuenta de Instagram, en la que de forma aut¨®noma genera publicaciones y comentarios. ¡°Es algo muy experimental. No estamos tratando de crear una gran inteligencia artificial en un d¨ªa. Nuestro plan es hacer que poco a poco contribuya m¨¢s a nuestros flujos de trabajo¡±, precisa Loglio. Por lo pronto, Roby ya ha dise?ado una estanter¨ªa.
Entre las creaciones a las que ha contribuido Loglio figuran una calculadora para implementar un reparto m¨¢s justo de los impuestos, un sintetizador musical que cualquiera puede utilizar e incluso construir, una hucha digital de criptomonedas para ni?os, un buscador de obras de arte que se consulta dibujando con el dedo o un robot que aprende a reconocer los objetos que le rodean. ?Qu¨¦ pasa si los productos dise?ados en Oio o en colaboraciones con Google no terminan de cuajar entre el gran p¨²blico? ¡°No estamos tratando de salvar el mundo con nuestros proyectos o cambiar radicalmente el modo en que la gente piensa o trabaja. Principalmente queremos a?adir un poco de disfrute y diversi¨®n al d¨ªa a d¨ªa¡±. Miden el ¨¦xito en funci¨®n de las peque?as conquistas: imaginar un producto, hacerlo real, conseguir sacar adelante una peque?a producci¨®n. ¡°En las grandes tecnol¨®gicas hay una huella muy marcada de Silicon Valley. Su objetivo es cambiar el mundo desde arriba. Decirte c¨®mo tienes que usar la tecnolog¨ªa. Pero creo que cada vez hay m¨¢s peque?as compa?¨ªas con una aproximaci¨®n m¨¢s org¨¢nica¡±, indica.
Para Loglio, la pr¨®xima revoluci¨®n de los usos y costumbres tecnol¨®gicos ocurrir¨¢ poco a poco: ¡°Hay una gran oportunidad para proponer visiones alternativas que no necesariamente son las de Silicon Valley o las que financian los fondos de capital riesgo. Queremos crear una aproximaci¨®n m¨¢s humana que presente la tecnolog¨ªa de forma comprensible para la gente que en realidad la consume¡±.
En ese objetivo encaja el libro infantil que acaba de publicar el dise?ador italiano: Many Intelligences, editado por Corraini Edizioni, propone un recorrido por las inteligencias que nos rodean. Desde la de una estrella de mar hasta la de un asistente virtual, pasando por la nuestra. ¡°Tomar la complejidad y convertirla en algo simple, bello y agradable es una buena parte de mi trabajo y el que hacemos en Oio. Y los ni?os son el campo de pruebas perfecto, porque si ellos lo entienden, cualquiera lo har¨¢. Definitivamente hay una gran necesidad de educaci¨®n, no solo para familiarizarnos con el modo en que funciona la tecnolog¨ªa, sino con sus implicaciones en nuestras vidas diarias. Hay muchas preguntas para las que no tenemos respuesta, pero hablar de ello es el primer paso¡±.
Alto, el robot que se?ala
La semana pasada se present¨® uno de los proyectos en los que Matteo Loglio particip¨® durante el tiempo que pas¨® en Google Creative Lab: Alto. Este sencillo robot tiene tres piezas principales: dos brazos, un a c¨¢mara y un bot¨®n. "B¨¢sicamente puede aprender a reconocer diferentes objetos". Cuando Alto se sit¨²a ante un objeto que ya ha visto antes, lo se?ala para confirmar que lo reconoce.
"Es un experimento muy peque?o, pero muestra el que creo que es el futuro de la interacci¨®n", precisa el dise?ador. En ese futuro, la relaci¨®n humana con la tecnolog¨ªa es m¨¢s abierta. No hay un ¨²nico modo de hacer las cosas y un bot¨®n para encender y apagar, sino un sinf¨ªn de posibilidades que se apoyan en la capacidad de estos objetos para aprender por s¨ª mismos.
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