¡°Te vuelve loco¡±: c¨®mo el algoritmo es el peor jefe de un creador en internet
La dificultad para predecir el ¨¦xito de cada pieza en redes sociales y los escasos ingresos precarizan y afectan la salud de sus autores
¡°Hay pocos influencers en el mercado de la construcci¨®n y es un nicho por explotar¡±, dice Giovany Ram¨ªrez, alba?il y tiktoker. Su cuenta en la red social de v¨ªdeos cortos TikTok, @tongastyle, es un d¨²o gracioso con otro alba?il de origen colombiano. Uno de sus grandes ¨¦xitos muestra a Tonga en una balsa dentro de una piscina en obras cantando al son de La Bamba ¡°yo no soy marinero soy alba?il¡±. ¡°Un d¨ªa le dije a Tonga que su energ¨ªa hab¨ªa que transmitirla al mundo¡±, dice Ram¨ªrez. Empezaron con la pandemia, Tonga baila y r¨ªe, y Ram¨ªrez hace el t¨ªpico contrapunto serio. De fondo, l...
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¡°Hay pocos influencers en el mercado de la construcci¨®n y es un nicho por explotar¡±, dice Giovany Ram¨ªrez, alba?il y tiktoker. Su cuenta en la red social de v¨ªdeos cortos TikTok, @tongastyle, es un d¨²o gracioso con otro alba?il de origen colombiano. Uno de sus grandes ¨¦xitos muestra a Tonga en una balsa dentro de una piscina en obras cantando al son de La Bamba ¡°yo no soy marinero soy alba?il¡±. ¡°Un d¨ªa le dije a Tonga que su energ¨ªa hab¨ªa que transmitirla al mundo¡±, dice Ram¨ªrez. Empezaron con la pandemia, Tonga baila y r¨ªe, y Ram¨ªrez hace el t¨ªpico contrapunto serio. De fondo, la obra donde trabajan en Mallorca. En menos de un a?o, tienen cerca de 150.000 seguidores con uno o dos v¨ªdeos por semana.
A pesar de esa cifra de seguidores y del creciente inter¨¦s de las plataformas por atraer talento y compartir algo de sus beneficios, Ram¨ªrez y Tonga sacan apenas 100 euros al mes. De momento es una inversi¨®n de tiempo y la esperanza de que en el futuro sea una fuente m¨¢s estable de ingresos. Siempre, claro, que sigan creciendo. ¡°Las redes hay que conocerlas, son como una persona que tiene sus necesidades y hay que saber qu¨¦ puede gustarle¡±, explica Ram¨ªrez. ¡°Lo que nos hace m¨¢s ilusi¨®n es gente que nos para por la calle y nos pide fotos para sus hijos¡±, a?ade.
Esa ¡°personalidad¡± de las redes es el famoso algoritmo. El algoritmo es una largu¨ªsima serie de instrucciones que decide en qu¨¦ orden ense?ar v¨ªdeos a un usuario. Cada red crea su cambiante lista de criterios y los creadores intentan entender qu¨¦ quiere en cada momento. De sus decisiones casi aleatorias depende el resultado y, por tanto, cada vez m¨¢s vidas de creadores que viven o quieren aspirar a vivir de sus creaciones. Pueden ser el peor de los jefes.
EL PAIS ha hablado con una decena de artistas, inform¨¢ticos o bromistas con cientos de miles de seguidores que intentan sacar beneficio de su actividad en redes, sobre todo TikTok, YouTube, Twitch e Instagram, con la idea m¨¢s o menos acuciante de generar ingresos. El camino es m¨¢s arduo de lo que parece desde fuera. Sobre todo, porque el ¨¦xito depende de ese jefe peculiar y opaco: el algoritmo. ¡°Somos creadores de contenido, pero nos estamos convirtiendo en optimizadores del algoritmo, bailamos todos a su ritmo sin entender c¨®mo funciona¡±, dice Carlos Santana, autor del canal de YouTube DotCSV, sobre inteligencia artificial y con m¨¢s de 400.000 seguidores.
La academia ha empezado a estudiar el fen¨®meno. La profesora Brooke Erin Duffy, de la Universidad de Cornell, escribi¨® el a?o pasado el art¨ªculo cient¨ªfico ¡°Precariedad algor¨ªtmica en el trabajo cultural¡±, en referencia a las redes sociales: ¡°Aunque hay un gran nivel de precariedad end¨¦mica a todas las plataformas, la novedad de TikTok, combinada con su naturaleza ¨²nica de su p¨¢gina Para ti generada algor¨ªtmicamente, significa que se ve como un lugar especialmente inestable para creadores¡±, explica a EL PA?S.
Santana public¨® mucho en TikTok en oto?o de 2020 y alcanz¨® 380.000 seguidores. Ahora lo ha aparcado para centrarse en Twitch. Sus pruebas en distintas plataformas no le ha aportado mucha luz: ¡°Sigo sin entender por qu¨¦ sub¨ªa un v¨ªdeo en TikTok y ten¨ªa 2 millones de visualizaciones y otro, 2.000. Y quiero entenderlo. Esto no va de que a la audiencia le interesa 200 veces m¨¢s uno que otro, esto va de que TikTok le ha dado visibilidad. El efecto del algoritmo en Tiktok es a lo bestia¡±, a?ade.
Un ejemplo de ese poder es el canal de Carla Garc¨ªa, dedicado a la lectura, que con menos de 10.000 usuarios y unas 2.000 visualizaciones tuvo un ¨¦xito de medio mill¨®n de reproducciones. Salt¨® a 12.000 seguidores, lo que ya le permite ser elegida para cobrar algo de dinero de TikTok, aunque al principio apenas llega a 10 euros. Aunque Garc¨ªa dice que ¡°es como una ruleta¡±, como todos est¨¢ pendiente del ¨¦xito y espera repetirlo. Ese poder es ciertamente adictivo, pero su variabilidad lo convierte en delicado para la salud de los creadores. En TikTok admiten que aunque el n¨²mero de seguidores afecta a la distribuci¨®n no es un factor directo para que se viralicen los contenidos.
El caso reciente m¨¢s notorio en Espa?a ha sido el de Mart¨ª Montferrer, autor del canal CdeCiencia en YouTube, con 1,4 millones de seguidores. En enero anunci¨® que dejaba de publicar v¨ªdeos, con un v¨ªdeo largo. Montferrer no ha querido hablar para este reportaje, pero en su v¨ªdeo deja claro sus motivos: ¡°Cog¨ª miedo a subir v¨ªdeos a YouTube¡±, explic¨®. ?Por qu¨¦? Por su falta de comprensi¨®n sobre el ¨¦xito de cada pieza. ¡°Tu instinto se niega a aceptar que sea algo aleatorio sobre lo que no tienes control alguno porque eso implica aceptar que tu supervivencia est¨¢ en manos de algo abstracto y desconocido completamente imprevisible con patrones que mutan cada segundo¡±, dice, y a?ade que su salud mental estaba en juego: ¡°Cuando vi esto empec¨¦ a entender por qu¨¦ mi salud estaba tan mal, es muy jodido y t¨®xico y drenante¡±.
En Youtube se escudan en que as¨ª es el algoritmo y poco m¨¢s se puede hacer: ¡°Como ocurre con toda la tecnolog¨ªa, nuestro sistema de recomendaci¨®n ha ido cambiando de manera sustancial, y hacemos numerosas actualizaciones cada a?o¡±, y a?aden los detalles de que han castigado el clickbait (los tiitulares anzuelo) y aumentado la variaci¨®n de las recomendaciones. Santana, de DotCSV, lo explica mejor: ¡°Estas redes no son perfectas y pueden fallar. A nivel agregado quiz¨¢ a Youtube le sirva para optimizar la m¨¦trica de retener al usuario en la plataforma, pero a nivel individual igual se cargan un canal y benefician a otro sin un criterio concreto¡±, explica. YouTube tiene millones de canales. ?Perder uno, dos o tres? Importa poco. La opacidad del algoritmo es adem¨¢s obligatoria. Si se conocieran, los creadores jugar¨ªan solo a enga?ar y vencer al sistema.
Esa relaci¨®n imprevisible es m¨¢s aleatoria a¨²n con TikTok, donde se publican m¨¢s v¨ªdeos y la viralizaci¨®n es como ¡°jugar a la ruleta¡±, seg¨²n dice Carlos Azaustre, divulgador de programaci¨®n que sube v¨ªdeos desde hace unos meses en TikTok, con resultados desiguales. ¡°Llegar a 10.000 seguidores es f¨¢cil, me cost¨® mes y medio pero conozco gente que lo ha logrado en tres d¨ªas¡±; dice. Pero como Santana y Montferrer, su origen es YouTube. ¡°Subes un v¨ªdeo y te dice c¨®mo funciona a la media hora. Luego se va actualizando. Te va sugiriendo cosas que puedes hacer. A veces he cambiado el t¨ªtulo de la miniatura y ha funcionado. Pero si te pones a hacerle caso a todo lo que te dice YouTube te vuelves loco¡±, explica.
Brais Moure, tambi¨¦n desarrollador y divulgador en YouTube, est¨¢ de acuerdo: ¡°Hacer eso me generar¨ªa un estr¨¦s que hoy no me puedo permitir¡±, dice. Moure tiene tambi¨¦n su canal en YouTube como muestra principal de su trabajo. Pero ahora est¨¢ probando directos en Twitch cada d¨ªa. ¡°El trabajo comparado con la remuneraci¨®n es muy bajo¡±, dice. ¡°Pero gano lo mismo en Twitch con 10.000 seguidores que en Youtube con 140.000¡å, explica. Eso tambi¨¦n da muestra de la inestabilidad. ?Se mantendr¨¢ esa proporci¨®n? Qui¨¦n sabe. De momento su fortuna es que no vive de esos ingresos.
Cada red tiene sus exigencias, pero todas tienen un objetivo: mantener al usuario dentro. Los creadores suelen combinar varias redes para aumentar su huella y protegerse, pero a menudo implica a¨²n m¨¢s trabajo. ¡°El aumento de quejas que he visto est¨¢ ligado al creciente nivel de trabajo que requiere mantener una presencia en varias plataformas, que requieren distintas funciones, algoritmos y expectativas de relaci¨®n con la audiencia¡±, dice la profesora Duffy.
Benja Serra, que se hizo famoso en 2013 por un tuit sobre c¨®mo limpiaba ba?os en Londres ¡°con dos carreras y un m¨¢ster¡±, ten¨ªa 700 seguidores en Instagram. ¡°Con fotos no hab¨ªa manera de subir¡±. En un mes y medio salt¨® a 13.000. ?Qu¨¦ ocurri¨®? Empez¨® a subir los v¨ªdeos que hac¨ªa en TikTok, sin su marca de agua, a Reels, la plataforma de Instagram que imita a TikTok. Como Instagram quiere m¨¢s ¡°reels¡± y Serra los hac¨ªa, pues le ense?aba m¨¢s a sus seguidores. Serra tiene la suerte de tener otro trabajo a jornada completa y est¨¢ en redes como hobby.
El entretenimiento con poca expectativa es el mejor modo de estar en redes. Aunque el anzuelo de unos peque?os ingresos es necesario para conservar creadores. La competencia entre plataformas para mantener su talento ser¨¢ cada d¨ªa m¨¢s dura. Si los creadores favoritos de alguien est¨¢n en Twitch, ?para qu¨¦ ir a YouTube? No ser¨¢ raro ver cada vez m¨¢s (ya las hay) guerras de plataformas por creadores.
¡°Cuando la gente dice que pagan en TikTok, yo digo ojo, pagan si tienes muchos, muchos, millones de seguidores¡±, dice Fortu S¨¢nchez, cantante del m¨ªtico grupo heavy espa?ol Ob¨²s. ¡°Yo con mis 112.000 seguidores empiezo a monetizar pero cuesta llegar a 100 euros al mes¡±, a?ade.
Fortu cre¨® en el confinamiento una cuenta junto a su madre, @elfortuylamari, con quien hacen v¨ªdeos sobre todo a la hora de comida en su casa de Roquetas de Mar (Almer¨ªa), con di¨¢logos graciosos llenos de tacos. Uno de sus hits, con m¨¢s de 2 millones de visualizaciones, empieza: ¡°Oye, Mari, ?cu¨¢ndo vas a dejar de comer?¡± Y Mari responde seria: ¡°Cu¨¢ndo me salga de los cojones¡±. A falta de poder hacer conciertos, Fortu se pas¨® al humor: ¡°Me quer¨ªa re¨ªr. Y la sociedad tambi¨¦n lo quer¨ªa. Empec¨¦ con este rollo en la comida. Creo que tienen que ser espont¨¢neos¡±, dice. Adem¨¢s de ingresar no descarta usar este trampol¨ªn para promocionar su nuevos disco en solitario, que sale el 4 de junio.
Pero para espont¨¢neos, Antonio Priego y Gregorio Garc¨ªa. Son una pareja de L¡¯Hospitalet, al lado de Barcelona y suben muchos v¨ªdeos, sin apenas producci¨®n. Son muy libres y con un humor algo estremecedor: tienen varias ¡°hijas¡± (mu?ecas, en realidad) que a veces ¡°nacen¡± en directos de TikTok. Esta semana deb¨ªa nacer ?gata. Sus 245.000 seguidores est¨¢n encantados. Tienen su teor¨ªa sobre su ¨¦xito con el algoritmo: los directos. ¡°Hacemos directos cada d¨ªa, cuando cenamos, y tenemos 4.000, 6.000 personas, mucho m¨¢s que otros con m¨¢s seguidores¡±, dice Priego. Ambos tienen su trabajo en Barcelona y por ahora no prev¨¦n dejarlo. Ninguna empresa ha querido de momento colaborar. Pero tambi¨¦n les piden fotos por la calle para sus hijos. Los fen¨®menos del algoritmo de TikTok son inescrutables.