Activistas combaten los v¨ªdeos de falsos rescates en YouTube que encubren maltrato animal
La ONG Lady Freethinker denuncia que muchas de las im¨¢genes son en realidad montajes para ganar dinero con las visualizaciones
Es f¨¢cil encontrar el v¨ªdeo en YouTube. Lo dif¨ªcil es verlo. Un gatito forcejea, intentando desenredar el abrazo mortal de una pit¨®n, que lo aferra cada vez con m¨¢s fuerza. Entonces el salvador interviene. Con la ayuda de un palo, un hombre separa a los dos animales. Despu¨¦s masajea al gato hasta que recobra la conciencia. El animal, encogido, mira a la c¨¢mara con terror y huye de su salvador. El hombre empieza a manipular violentamente a la serpiente mientras r¨ªe. Se muestra orgulloso, ha salvado a un gatito de una situaci¨®n horrible. Hay motivos para pensar que tambi¨¦n lo meti¨® en ella. ¡°Las...
Es f¨¢cil encontrar el v¨ªdeo en YouTube. Lo dif¨ªcil es verlo. Un gatito forcejea, intentando desenredar el abrazo mortal de una pit¨®n, que lo aferra cada vez con m¨¢s fuerza. Entonces el salvador interviene. Con la ayuda de un palo, un hombre separa a los dos animales. Despu¨¦s masajea al gato hasta que recobra la conciencia. El animal, encogido, mira a la c¨¢mara con terror y huye de su salvador. El hombre empieza a manipular violentamente a la serpiente mientras r¨ªe. Se muestra orgulloso, ha salvado a un gatito de una situaci¨®n horrible. Hay motivos para pensar que tambi¨¦n lo meti¨® en ella. ¡°Las probabilidades de toparse con una serpiente estrangulando a un perro o a un gato en la naturaleza son incre¨ªblemente peque?as¡±, confirma por email Nina Jackel, periodista y creadora de la ONG Lady Freethinker. ¡°Sin embargo, los realizadores de este tipo de v¨ªdeos se encuentran con este escenario una y otra vez¡±. Y lo graban. Y lo suben a YouTube. Son falsos rescates, coreograf¨ªas que suponen un maltrato a los animales y ping¨¹es beneficios a sus supuestos salvadores.
El primer v¨ªdeo es la v¨ªa de entrada a un bucle infinito. El algoritmo de YouTube encuentra en su enorme biblioteca m¨¢s rescates de animales. Algunos parecen reales. Otros no. Los v¨ªdeos se van sucediendo sin m¨¢s interrupci¨®n que los preceptivos anuncios. Gatos atrapados en tuber¨ªas, perros en verjas, en arenas movedizas. Serpientes y aves rapaces atacando a monos y mascotas. Las grabaciones tienen algunas caracter¨ªsticas en com¨²n: suelen estar rodadas en pa¨ªses del sudeste asi¨¢tico y tienen un montaje precario pero cinematogr¨¢fico. Hay cierta posproducci¨®n, una m¨²sica ¨¦pica atronadora y titulares llamativos. ¡°A veces la c¨¢mara sigue a una serpiente desliz¨¢ndose en la hierba, corta a una camada de cachorros en una cueva de tierra hecha claramente por una persona. Luego muestra al supuesto rescatador caminando por el bosque, a punto de tropezar con el ataque¡±. Es como una pel¨ªcula de serie B. Solo que aqu¨ª los animales s¨ª han sufrido durante el rodaje.
No todo el mundo es capaz de advertir el montaje. Muchos de los comentarios de estos v¨ªdeos jalean a los autores como si fueran h¨¦roes. Pero para cualquiera que mire con atenci¨®n, el enga?o es obvio, se?ala Jackel. ¡°Vemos a los mismos animales en varios v¨ªdeos¡±, denuncia. ¡°Los depredadores muestran signos de ser mascotas cautivas. Las aves rapaces suelen tener las alas cortadas¡±. Tambi¨¦n deber¨ªa ser obvio para YouTube, considera la activista. Por eso ha demandado a la plataforma de v¨ªdeo, propiedad de Alphabet, la matriz de Google. Lo hizo el pasado octubre ante el Tribunal Superior de California. La demanda afirma que la plataforma no cumpli¨® su acuerdo con los usuarios, al permitir que se subieran videos de abuso animal y no tomar medidas cuando se le alert¨® sobre ello.
Las normas de YouTube proh¨ªben ¡°todo contenido violento o gr¨¢fico destinado a causar impacto o desagrado en los usuarios¡±. La empresa afirma que ha contratado a 10.000 personas y que emplea el aprendizaje autom¨¢tico para moderar las 500 horas de v¨ªdeo subidas cada minuto. Entre enero y marzo de 2021, YouTube asegur¨® haber retirado m¨¢s de nueve millones de v¨ªdeos por incumplir sus normas.
¡°El proceso de revisi¨®n en YouTube es extenso y complicado¡±, reconoce Luc¨ªa Andaluz, profesora de Comunicaci¨®n en la Universidad Europea. ¡°El contenido no es retirado de forma autom¨¢tica, sino que pasa por un procedimiento de revisi¨®n, donde se comprueba si infringe las normas de la comunidad. En caso positivo, se procede a retirarlo¡±. La censura previa no existe en la plataforma, que suele poner en marcha su proceso de censura tras la solicitud de los espectadores. Esto hace que sea m¨¢s f¨¢cil publicar un v¨ªdeo de maltrato animal en YouTube que un pez¨®n femenino en Instagram.
Andaluz cree que esta forma de censura a posteriori puede no ser del todo efectiva, y lo relaciona con la proliferaci¨®n de desinformaci¨®n en la plataforma. ¡°La pregunta que deber¨ªamos hacernos es si estamos llegando a estos contenidos manipulados, cuando lo que pretendemos es informarnos. Porque entonces, el problema no est¨¢ en el usuario ni en el algoritmo que sigue el mismo patr¨®n, sino en la plataforma que no es capaz de eliminar contenidos de una manera r¨¢pida y eficaz¡±.
YouTube es consciente de la lentitud de su proceso de censura. Para intentar acelerarlo ha creado herramientas como su programa para informadores de confianza, una v¨ªa para que organismos p¨²blicos y ONG puedan ayudar en la moderaci¨®n de contenido. ¡°YouTube ignor¨®, y despu¨¦s rechaz¨®, la solicitud de Lady Freethinker de abril de 2021 para unirse a este programa¡±, denuncia Jackel. ¡°Nos dijeron que no aceptaban entidades con ¡®experiencia en las ¨¢reas de pol¨ªticas m¨¢s relevantes para su organizaci¨®n en este momento¡¯¡±.
Nick Stewart s¨ª est¨¢ suscrito al programa de informadores de confianza de YouTube, pero no tiene mucha fe en ¨¦l. El jefe global de Campa?as de World Animal Protection cree que la plataforma deber¨ªa evitar que el contenido se suba en primer lugar. Con un repositorio de v¨ªdeos inabarcable, es dif¨ªcil localizar y se?alar los que incumplen las normativas. Y muchas veces, cuando se consigue, ya han llegado a una audiencia masiva. ¡°Algunos de los videos que encontramos nosotros, por ejemplo, llevaban publicados a?os, con vistas que han dado mucho dinero, tanto a quienes los subieron como a YouTube¡±, explica.
Stewart supo de la existencia de este tipo de v¨ªdeos el pasado mes de abril. ¡°Me qued¨¦ helado¡±, confiesa. Su sorpresa fue a m¨¢s al comprobar que la tendencia, aunque al alza, no era nueva. Decidi¨® entonces coordinar un informe para sondear la profundidad del problema. ¡°Entre septiembre de 2018 y julio de 2021, identificamos m¨¢s de 240 videos, publicados en 160 canales de YouTube, con m¨¢s de 5,8 millones de suscriptores, en 26 pa¨ªses¡±. Estos videos hab¨ªan acumulado colectivamente alrededor de 180 millones de visitas. Y a pesar de la censura de YouTube, la cosa va a m¨¢s. ¡°La tendencia muestra que la cantidad de publicaciones y de canales que las suben han aumentado durante este tiempo¡±.
El tama?o de las cuentas var¨ªa entre aquellas m¨¢s peque?as, con menos de cinco suscriptores y algunos cientos de visualizaciones en sus videos, hasta aquellas enormes, con millones de reproducciones y suscriptores. ¡°Un video en particular acumul¨® m¨¢s de cien millones de visitas¡±, denuncia el activista. Como se se?alaba recientemente en este art¨ªculo, la monetizaci¨®n de un v¨ªdeo en YouTube puede variar dependiendo del tipo de v¨ªdeo, canal, ¨¦poca, pa¨ªs y otras variables. Pero en 2020 estar¨ªa en torno a los 500 d¨®lares (433 euros) por cada mill¨®n de visitas.
Muchos de estos v¨ªdeos ya han sido retirados de YouTube por la propia compa?¨ªa, pero otros ocupan su lugar r¨¢pidamente. Algunos permanecen meses, a?os, acumulando visionados y generando dinero hasta que alguien los denuncia. Otros duran d¨ªas, pero poco despu¨¦s de ser bloqueados resurgen en el chorro audiovisual constante que se sube diariamente. Y vuelta a empezar. Stewart cree que nada cambiar¨¢ hasta que no se cambien las reglas del juego. ¡°Esto es como recoger agua en un balde cuando tienes un techo con goteras¡± explica. ¡°Si no reparas el techo no est¨¢s abordando el problema de ra¨ªz¡±.
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