Los Javis: tragedia y hondura desde la frivolidad
El primer cap¨ªtulo de ¡®Veneno¡¯ es la confirmaci¨®n de una verdad que tendemos a olvidar: no importa qu¨¦ estamos mirando, sino c¨®mo lo miramos
Aunque el coronavirus ha hecho que cualquier tema ajeno a ¨¦l suene impertinente e inoportuno, los Javis han logrado (una vez m¨¢s) que sus obsesiones ¨ªntimas iluminen las zonas m¨¢s laterales de nuestros campos de visi¨®n para hacerlas relevantes incluso ahora. O, sobre todo, ahora. El primer cap¨ªtulo de Veneno (Atresmedia) no solo es su proyecto m¨¢s ambicioso y logrado, sino la confirmaci¨®n de una verdad de Perogrullo que tendemos a olvidar: no importa qu¨¦ estamos mirando, sino c¨®mo lo miramos.
Pueden vender Veneno de muchas formas: como biopic, como nostalgia para ...
Aunque el coronavirus ha hecho que cualquier tema ajeno a ¨¦l suene impertinente e inoportuno, los Javis han logrado (una vez m¨¢s) que sus obsesiones ¨ªntimas iluminen las zonas m¨¢s laterales de nuestros campos de visi¨®n para hacerlas relevantes incluso ahora. O, sobre todo, ahora. El primer cap¨ªtulo de Veneno (Atresmedia) no solo es su proyecto m¨¢s ambicioso y logrado, sino la confirmaci¨®n de una verdad de Perogrullo que tendemos a olvidar: no importa qu¨¦ estamos mirando, sino c¨®mo lo miramos.
Pueden vender Veneno de muchas formas: como biopic, como nostalgia para millennials, como metatelevisi¨®n o como reflexi¨®n buenista para ilustrar una clase de ¨¦tica o de valores en un instituto de bachillerato. Pero ninguna de esas etiquetas importa frente a lo que de verdad hace de Veneno un relato conmovedor y complejo: la mirada de los creadores, eso que antes se llamaba sello de autor.
Los Javis miran a sus personajes con compasi¨®n, en el sentido m¨¢s lato de la palabra: les compadecen, es decir, padecen con ellos, se apasionan con ellos. A partir de unos materiales fr¨ªvolos que la mayor¨ªa del p¨²blico y de los escritores considerar¨ªan escombros, ellos construyen un mundo verdadero, hecho de esa verdad que revela la ficci¨®n y que tan distinta es de la verdad de los hechos.
La Veneno, la tele de los a?os 90, Pepe Navarro, un adolescente enamorado de un mito transexual¡ La mirada de los Javis opera como el hechizo sobre un g¨®lem fabricado con ruinas que nadie quiere. Hace falta much¨ªsimo talento para echar a andar una creaci¨®n as¨ª y descubrirnos su alma y su tragedia. No hay nada fr¨ªvolo en su alabanza perpetua de la frivolidad.
Por eso esta serie es tan pertinente en medio de la cat¨¢strofe, porque nos educa la mirada y nos ense?a a no perdernos de vista.