M¨¢s adivinos y menos catedr¨¢ticos
Me sorprende que la tele se resista a reclamar los servicios de horoscoperos y nigromantes, dada la obsesi¨®n por el futuro que han adquirido casi todos los programas desde que empez¨® el apocalipsis
Me sorprende que la tele se resista tanto a reclamar los servicios de horoscoperos, echadores de cartas y nigromantes de amplio espectro, dada la obsesi¨®n por el futuro que han adquirido casi todos los programas desde que empez¨® el apocalipsis. ?Qui¨¦n mejor que ellos para aclararnos el porvenir? Algunos, adem¨¢s, son estrellas del medio. Esperanza Gracia, por ejemplo, dar¨ªa mucho empaque a las predicciones con su gesticulaci¨®n y sus atm¨®sferas musicales chil¨ªn-chilaut.
En vez de tirar de estos profesionales de experiencia solvente y telegenia probada, los programas llaman a exper...
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Me sorprende que la tele se resista tanto a reclamar los servicios de horoscoperos, echadores de cartas y nigromantes de amplio espectro, dada la obsesi¨®n por el futuro que han adquirido casi todos los programas desde que empez¨® el apocalipsis. ?Qui¨¦n mejor que ellos para aclararnos el porvenir? Algunos, adem¨¢s, son estrellas del medio. Esperanza Gracia, por ejemplo, dar¨ªa mucho empaque a las predicciones con su gesticulaci¨®n y sus atm¨®sferas musicales chil¨ªn-chilaut.
En vez de tirar de estos profesionales de experiencia solvente y telegenia probada, los programas llaman a expertos, tertulianos y amigos de tertulianos, e incluso a escritores como yo, para que les aclaren el porvenir en esos primeros planos oraculares con libros de fondo, como si en los libros se pudiese leer el futuro mejor que en una bola de cristal o en la palma de una mano. Los expertos, de telegenia dudosa, a poco amor propio que se tengan, responden con encogimientos de hombros y variantes m¨¢s o menos barrocas del ¡°y yo qu¨¦ s¨¦¡±.
Michel de Montaigne, que de lo ¨²nico que presum¨ªa era de confinamiento hogare?o en su torre (entre otras razones, porque fuera de ella se viv¨ªan varios apocalipsis), hablaba de ¡°la desquiciada curiosidad de nuestra naturaleza, que se dedica a anticipar las cosas futuras como si no tuviera bastante trabajo con digerir las presentes¡±. Y citaba a Cicer¨®n, para darse brillo: ¡°Conocer el futuro carece de utilidad. Es miserable angustiarse sin provecho alguno¡±.
Por eso preferir¨ªa ver a m¨¢s adivinos y a menos catedr¨¢ticos. El porcentaje de acierto es parecido en ambos, pero los primeros son mucho m¨¢s divertidos. Mientras dure este hoy tan incomprensible, me agarrar¨¦ a un aforismo de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez que cita mucho Andr¨¦s Trapiello, y que es una expresi¨®n sublime de presentismo y de rechazo al ma?ana: ¡°He aprendido a ser sucio, y me parece bien¡±.