Un paseo por el Rastro de las plataformas
La recuperaci¨®n de ¡®Battlestar Galactica¡¯ en Amazon parece m¨¢s una venta de anticuario de lujo que de mercadillo callejero, pero ilusiona igual
A veces paseo por las plataformas como quien pasea por el Rastro. Las tripas de los cat¨¢logos est¨¢n llenas de morralla que se expone sobre mantas virtuales o en tenderetes sostenidos por cuatro palos de algoritmos y atiende un trilero mal afeitado al que no le gusta que manoseen el g¨¦nero. Lejos del brilli-brilli de las novedades, esas callejas laterales transmiten algo de humanidad y recuerdan una ley de la cultura: nada se pierde ni se olvida, tan solo se salda.
La recuperaci¨®n de Battlestar Galactica en Amazon parece m¨¢s una venta de anticuario de lujo que de mercadillo calle...
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A veces paseo por las plataformas como quien pasea por el Rastro. Las tripas de los cat¨¢logos est¨¢n llenas de morralla que se expone sobre mantas virtuales o en tenderetes sostenidos por cuatro palos de algoritmos y atiende un trilero mal afeitado al que no le gusta que manoseen el g¨¦nero. Lejos del brilli-brilli de las novedades, esas callejas laterales transmiten algo de humanidad y recuerdan una ley de la cultura: nada se pierde ni se olvida, tan solo se salda.
La recuperaci¨®n de Battlestar Galactica en Amazon parece m¨¢s una venta de anticuario de lujo que de mercadillo callejero, pero ilusiona igual. Al avistarla mientras el cursor vagabundea arriba y abajo por la pantalla, siente uno la misma emoci¨®n que al descubrir un incunable que un chamarilero ignorante vende al peso.
Solo han pasado 10 a?os desde que termin¨® la serie, pero en estos tiempos de usar y tirar en los que la atenci¨®n del espectador dura un parpadeo, parece de otro siglo. Como dice el almirante Adama (Edward James Olmos): ¡°En nuestra situaci¨®n, lo de hace tres d¨ªas es historia antigua¡±.
Disfruto much¨ªsimo del estilo parad¨®jico de la serie, que pretende hacer ciencia-ficci¨®n realista, y como una novela realista la leo. Es la ¨®pera espacial menos oper¨ªstica que hay: hablan por tel¨¦fono fijo y se comunican por fax, detalles encantadores que dejan claro que los cacharros y botones no son m¨¢s que cacharros y botones que no deben distraernos de lo que hacen y dicen los actores. Las naves, adem¨¢s, son sitios desangelados m¨¢s parecidos a un almac¨¦n de un pol¨ªgono de Valdemoro que a una discoteca de dise?o.
Esa aspereza de las mejores pelis de guerra me reconcilia con la tele y agradezco a la tripulaci¨®n de la Galactica que me proteja por unas horas del acoso de los algoritmos y sus novedades de celof¨¢n.