Ojal¨¢ el racismo se solucionase suprimiendo ¡®Lo que el viento se llev¨®¡¯

Por m¨¢s que me lo expliquen, por m¨¢s que lea y por m¨¢s contexto hist¨®rico, social, cultural, pol¨ªtico y econ¨®mico que me pongan delante, no entiendo c¨®mo el racismo hacia los negros es a¨²n, en 2020, el rasgo fundamental de Estados Unidos, su nudo gordiano, su maldici¨®n. Racismo hay en todas partes, matizar¨¢n algunos, subsumiendo el problema en un marco mucho m¨¢s general y fat¨ªdico. Y s¨ª, claro, racismo hay en todas partes, pero en ninguna otra parte tan v¨ªvido, violento y doloroso. En ning¨²n otro sitio siguen vivos los traumas del siglo XVII: es como si la sociedad holandesa se definiera en 2020 por su postura ante los Tercios de Flandes o como si las tropel¨ªas de Pizarro y Cort¨¦s ocupasen el centro del debate pol¨ªtico en Espa?a.

No hay una explicaci¨®n satisfactoria para una anomal¨ªa tan enorme, pero estoy seguro de que la culpa no la tiene Rhett Butler. Que Lo que el viento se llev¨® idealiza el sur esclavista no lo duda nadie. Incluso puedo asentir cuando alguien lo interpreta como una loa al esclavismo, pero su pervivencia y su ¨¦xito ser¨ªan argumentos contra quienes culpan al cine y a la cultura popular de cr¨ªmenes contra la moral: nadie se ha comprado una plantaci¨®n con esclavos despu¨¦s de ver la pel¨ªcula.

Ojal¨¢ tuvieran raz¨®n quienes quieren salvar al mundo retirando de la circulaci¨®n todas aquellas obras que consideran perniciosas. Si el racismo fuera tan f¨¢cil de eliminar, yo mismo me apuntar¨ªa al furor de la censura. ?Qu¨¦ m¨¢s da perder un legado cultural entero si a cambio tenemos una sociedad sin racistas? Ser¨ªa como elegir la bolsa o la vida: la vida, por supuesto, ll¨¦vese todas estas pel¨ªculas y qu¨¦melas.

No me explico por qu¨¦ suceden muchas cosas, pero s¨¦ que no van a dejar de suceder por retirar un pu?ado de cuentos que hieren la sensibilidad de quienes creen que el arte debe llevar una moraleja. La censura moderna se parece al gesto del ni?o que se tapa los ojos ante una escena que le da miedo: si no lo veo, no existe. Y tal vez en esa hipocres¨ªa se esconda la raz¨®n por la cual sufrimos problemas del siglo XVII en 2020.