La derrota p¨ªrrica de los cines
No s¨¦ si la decisi¨®n de Disney de estrenar sus pelis en plataformas es la puntilla que remata los cines o un hito m¨¢s en una agon¨ªa largu¨ªsima
He pasado la vida entera despidi¨¦ndome de los cines. Uno de mis primeros recuerdos infantiles es la inauguraci¨®n de un supermercado en mi pueblo. Se abri¨® en un antiguo cine art d¨¦co donde se hab¨ªan magreado varias generaciones de vecinos mientras John Wayne proteg¨ªa diligencias de los indios. Desde entonces, toda mi vida ha sido un desfile de cines cerrados cuyo esplendor no viv¨ª.
No s¨¦ si la decisi¨®n de Disney de estrenar sus pelis en plataformas es la puntilla que remata los cines o un hito m¨¢s en una agon¨ªa largu¨ªsima. Me da la sensaci¨®n de que la tele ha ganado p¨ªrricamente ...
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He pasado la vida entera despidi¨¦ndome de los cines. Uno de mis primeros recuerdos infantiles es la inauguraci¨®n de un supermercado en mi pueblo. Se abri¨® en un antiguo cine art d¨¦co donde se hab¨ªan magreado varias generaciones de vecinos mientras John Wayne proteg¨ªa diligencias de los indios. Desde entonces, toda mi vida ha sido un desfile de cines cerrados cuyo esplendor no viv¨ª.
No s¨¦ si la decisi¨®n de Disney de estrenar sus pelis en plataformas es la puntilla que remata los cines o un hito m¨¢s en una agon¨ªa largu¨ªsima. Me da la sensaci¨®n de que la tele ha ganado p¨ªrricamente esta guerra de m¨¢s de medio siglo y que yo me voy a convertir en ese tipo que siempre he odiado: un nost¨¢lgico. O peor: un nost¨¢lgico hip¨®crita, porque he contribuido a la disoluci¨®n de los cines acomod¨¢ndome en mi sof¨¢ y compr¨¢ndome una tele con una pantalla m¨¢s grande que la de algunas salas de arte y ensayo. Podr¨¦ llorar muchas l¨¢grimas de cocodrilo, pero hace a?os que solo voy al cine si no me queda m¨¢s remedio.
Aun as¨ª, como no hice la mili, no renunciar¨¦ a importunar a mis hijos y nietos con batallitas de cin¨¦filo. Les contar¨¦ c¨®mo ech¨¦ a perder mi juventud en el cine Dor¨¦, entre se?ores con jers¨¦is apolillados y gafas con esparadrapo en la patilla. Me pondr¨¦ ¨¦pico recordando la incomodidad de los cines de versi¨®n original, sin palomitas, con sillas de interrogatorio en vez de butacas, y la sensaci¨®n de que la cinefilia era un camino al que se llegaba por el dolor, y que cualquier conato de placer era una concesi¨®n al Mefist¨®feles comercial y conformista. Todo ello, con banda sonora de Cinema Paradiso. Lo contar¨¦ porque dar la paliza es lo ¨²nico que nos va quedando a los que hemos visto cerrar todos los cines.