Espa?a, sucursal de la Guerra Fr¨ªa

Huyendo de la Guerra Civil espa?ola terminaron en uno de los escenarios principales de la segunda Guerra Mundial y tratando de regresar f¨ªsica y psicol¨®gicamente a Espa?a, la CIA, de acuerdo con el R¨¦gimen franquista, los involucr¨® en la Guerra Fr¨ªa. Es la historia de parte de los 3.000 menores que la Rep¨²blica envi¨® a la URSS entre 1937 y 1938 para protegerlos de los bombardeos indiscriminados, como el de Gernika. DMAX estrena hoy (22.30) el primer cap¨ªtulo de una serie que arroja nuevos testimonios sobre un aspecto poco conocido de esa repatriaci¨®n masiva. Se titula Project Ni?os, como el informe de la CIA que explica por qu¨¦ Franco permiti¨® a los estadounidenses liderar en Espa?a los interrogatorios de los espa?oles que regresaban de Rusia.

¡°Mi hermana ten¨ªa un a?o cuando llegamos a la URSS y un hijo de un a?o cuando volvimos a Espa?a¡±, relata Rosa Ortiz. ¡°Pens¨¢bamos que ¨ªbamos para cinco o seis meses, que la Rep¨²blica iba a vencer y volver¨ªamos a Espa?a¡±, recuerda ?ngel Belza. Pero pasaron casi dos d¨¦cadas antes de que pudieran regresar a casa como hijos del bando perdedor de la guerra. El pa¨ªs que les hab¨ªa despedido con bombas les recibi¨® en muchos casos con profusos interrogatorios, ma?ana y tarde, realizados en castellano pero con un marcado acento americano. Quienes hac¨ªan las preguntas eran agentes de la CIA, que encontr¨® en aquellos hombres y mujeres que regresaban de la URSS, ¡°una mina de oro¡±, en palabras de Brian Latell, exanalista de la CIA.

Una vez en la URSS, los ni?os espa?oles recibieron educaci¨®n controlada por el Partido Comunista. ¡°Nos ense?aban todo sobre la geograf¨ªa, la literatura de Espa?a... All¨ª conoc¨ª a Cervantes, a Lope de Vega...¡±, recuerda Rosa. El 15% asisti¨® a institutos de educaci¨®n superior y otro 20% recibi¨® formaci¨®n t¨¦cnica especializada, la mitad en ¨¢mbitos cient¨ªficos.

El coronel Oleg Nechiporenko, de la KGB, explica que nunca pensaron que Franco fuera a permitir que aquellos ni?os, ya adultos, volvieran a Espa?a tras haber pasado casi 20 a?os en un pa¨ªs comunista. ¡°Nuestro gran fallo fue no darnos cuenta de que ese tipo de perfiles pod¨ªan ser utilizados por el enemigo¡±, a?ade, refiri¨¦ndose a los americanos.

¡°En aquel momento, todo lo que pasaba en la URSS era absolutamente opaco para la CIA, que no ten¨ªa esp¨ªas all¨ª. Los espa?oles eran su oportunidad. Cualquier detalle que pudieran contar era valios¨ªmo¡±, explica Jordi Ferrerons, director ejecutivo de la serie. Paralelamente, el KGB intent¨® usar la repatriaci¨®n a Espa?a para incluir sus propios esp¨ªas.

No todos los espa?oles interrogados colaboraron y hubo quien utiliz¨® las preguntas para tratar de despistar a los agentes de la CIA, que lleg¨® a alquilar tres locales en Madrid para los interrogatorios. Los estadounidenses divid¨ªan a los espa?oles repatriados por categor¨ªas, entre las que inclu¨ªan ¡°posibles agentes¡±, ¡°entrenados por los servicios de informaci¨®n rusos¡±, ¡°servidores del ej¨¦rcito sovi¨¦tico¡± o vinculados activamente al Partido Comunista. A los americanos les interesaban, sobre todo, los que hab¨ªan trabajado en industrias militares y de Defensa sovi¨¦ticas. Les ped¨ªan, tambi¨¦n, que dibujaran mapas de centrales el¨¦ctricas, presas y otras infraestructuras.

Los primeros en regresar hab¨ªan sido los presos de la Divisi¨®n Azul, los espa?oles que se hab¨ªan unido al ej¨¦rcito nazi en la segunda Guerra Mundial. Los ni?os de la guerra enviados por la Rep¨²blica tuvieron que esperar dos a?os m¨¢s, hasta 1957. Veinte a?os antes, en la evacuaci¨®n, se hab¨ªa producido un error de previsi¨®n de fatales consecuencias. A cada peque?o se le coloc¨® un cart¨®n con un color diferente seg¨²n el lugar de destino. Pero hubo ni?os que se los intercambiaron como si fueran cromos, lo que provoc¨® que algunos fueran enviados a pa¨ªses distintos o incluso separados de sus hermanos.

¡°Este cap¨ªtulo de la historia no lo conoc¨ªamos, por eso tiene un valor tan especial¡±, explica Oriol Bosch, director de la serie. ¡°Vemos continuamente pruebas de que el pueblo espa?ol no es muy consciente de su historia y el papel del franquismo durante la Guerra Fr¨ªa era un cap¨ªtulo absolutamente desconocido del que queda mucho por investigar¡±, a?ade Ferrerons.

La serie, que cuenta con la participaci¨®n de historiadores espa?oles y expertos rusos, brit¨¢nicos y estadounidenses, abunda en la apuesta por temas hist¨®ricos de DMAX, que en 2016 ya estren¨® Espa?a dividida. La Guerra Civil en color, aprovechando fondos de la Filmoteca Espa?ola.