No sabemos nada sobre ETA
Mientras pasaban los episodios de ¡®El desaf¨ªo: ETA¡¯, me daba cuenta de que saber algo de ETA equivale a no saber nada. Conforme el puzle se ordena, el desconcierto crece
Sobre ETA lo sabemos todo y no sabemos nada a la vez. No me refiero a esa mitad de los espa?oles que creen que todav¨ªa sigue funcionando, ni al 60% de j¨®venes a quienes no les suena de nada el nombre de Miguel ?ngel Blanco, ni tampoco a ese 20% de la poblaci¨®n convencida (tal vez con la ayuda impagable y denodada de algunos periodistas) de que fue la autora de los atentados del 11-M. Aunque los resultados de la encuesta que hizo Narciso Michavila hace unas semanas dan cuenta de lo profunda y abrupta que aparece la sima del olvido en cuanto se abre, hablo de la gente que s¨ª sabe que ETA...
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Sobre ETA lo sabemos todo y no sabemos nada a la vez. No me refiero a esa mitad de los espa?oles que creen que todav¨ªa sigue funcionando, ni al 60% de j¨®venes a quienes no les suena de nada el nombre de Miguel ?ngel Blanco, ni tampoco a ese 20% de la poblaci¨®n convencida (tal vez con la ayuda impagable y denodada de algunos periodistas) de que fue la autora de los atentados del 11-M. Aunque los resultados de la encuesta que hizo Narciso Michavila hace unas semanas dan cuenta de lo profunda y abrupta que aparece la sima del olvido en cuanto se abre, hablo de la gente que s¨ª sabe que ETA se disolvi¨® hace tres a?os (?solo tres a?os!), que asesin¨® a 855 personas entre 1969 y 2010 y que marc¨® la vida de Euskadi y de la Espa?a democr¨¢tica.
Mientras pasaban los episodios de El desaf¨ªo: ETA (Amazon), me daba cuenta de que saber algo de ETA equivale a no saber nada. Conforme el puzle se ordena (con un respeto cronol¨®gico exquisito: la serie est¨¢ concebida para que la entienda un alien¨ªgena reci¨¦n aterrizado, no se da nada por supuesto), el desconcierto crece. Hay mucha informaci¨®n nueva sobre la actuaci¨®n de la Guardia Civil que no se hab¨ªa contado en las cr¨®nicas, pero el pasmo viene de los datos conocidos: lo vivimos, no es la primera vez que vemos a las v¨ªctimas contarlo ni tampoco es in¨¦dito el cinismo cerril y criminal de los etarras y sus amigos. Lo terrible es haberlo sabido, que sea una historia muy familiar con la que hemos crecido. ?C¨®mo pudimos soportarla? ?C¨®mo tard¨® tanto la sociedad en reaccionar y lo hizo al principio con tan pocas voces, tan valientes y solitarias? ?C¨®mo sucedi¨®? Conocer la historia no responde a esas preguntas, solo las deja temblando m¨¢s fuerte.