Lujo
No poseo coche, ni chal¨¦, ni tecnolog¨ªa moderna y mi herencia es ¨ªnfima. Mis placeres han sido otros. ?Habr¨¦ sido un explotador de la clase dirigente?
A un se?or que compone y canta admirablemente le mont¨® un numerito en un restaurante un comensal vecino al beodo grito de: ¡°Aqu¨ª, el rojo, comiendo cigalas y percebes¡±. A un matrimonio de artistas que han disfrutado de ancestral y merecido ¨¦xito una escandalizada dama les espet¨® en un avi¨®n: ¡°Los de izquierdas, viajando en business, como nosotros¡±. No es una invenci¨®n, fue real. Imagino que cualquier persona con dos dedos de frente sentir¨ªa verg¨¹enza y pasmo hacia las acusaciones de esos iracundos due?os del cortijo que les concedi¨® la gracia divina. Tambi¨¦n inevitable grima....
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A un se?or que compone y canta admirablemente le mont¨® un numerito en un restaurante un comensal vecino al beodo grito de: ¡°Aqu¨ª, el rojo, comiendo cigalas y percebes¡±. A un matrimonio de artistas que han disfrutado de ancestral y merecido ¨¦xito una escandalizada dama les espet¨® en un avi¨®n: ¡°Los de izquierdas, viajando en business, como nosotros¡±. No es una invenci¨®n, fue real. Imagino que cualquier persona con dos dedos de frente sentir¨ªa verg¨¹enza y pasmo hacia las acusaciones de esos iracundos due?os del cortijo que les concedi¨® la gracia divina. Tambi¨¦n inevitable grima.
Percibo en m¨ª id¨¦nticas sensaciones cuando escucho a Rufi¨¢n, personaje que a veces me hace gracia en su calculada brutalidad oratoria, al embestir contra su colega independentista Laura Borr¨¤s porque viste chaquetas de mil euros y porta bolsos de Michael Kors. O cuando Gloria Elizo, diputada de Podemos y vicepresidente de no s¨¦ qu¨¦ movida, celebra ardorosamente el cierre del restaurante Zalaca¨ªn con el grotesco argumento de ¡°por fin se desmoronan las trastiendas del r¨¦gimen del 78¡±. Del paro que van a sufrir los currantes de ese establecimiento, ni puto caso. Solo regocijo e ira santa porque oligarcas, banqueros, pol¨ªticos y empresarios han perdido uno de sus templos gastron¨®micos. Y flipo. Y siento bochorno.
Cenar en Zalaca¨ªn fue uno de los regalos que me hizo una novia en mi cumplea?os a principios de los ochenta. Y en a?os posteriores Jockey, Horcher, Pr¨ªncipe de Viana. Qu¨¦ recuerdos tan felices quererse tanto acompa?ados de comida y vinos espectaculares. Y debo de ser un facha fr¨ªvolo por el disgusto que tengo al haber desaparecido de las tiendas espa?olas la firma de ropa Armani Collezioni, con la que mi cuerpo se sent¨ªa tan a gusto. No poseo coche, ni chal¨¦, ni tecnolog¨ªa moderna y mi herencia es ¨ªnfima. Mis placeres han sido otros. ?Habr¨¦ sido un explotador de la clase dirigente? O soy tan irresponsable y c¨ªnico como el futbolista George Best cuando afirm¨® antes de morir: ¡°Gast¨¦ mi dinero en alcohol, mujeres y coches. El resto lo desperdici¨¦¡±.