¡®El inocente¡¯, cuando todos son culpables
La serie de Netflix es un canto a las ¡®matrioshkas¡¯: un culpable dentro de otro culpable dentro de otro culpable...
Si algo est¨¢ claro en El inocente, la serie de Netflix de ocho cap¨ªtulos, es que nada est¨¢ claro. En realidad es un canto a las matrioshkas, esas mu?ecas que encierran en su interior otra y otra y otra... Lo mismo pasa con la serie protagonizada por Mario Casas: un culpable dentro de otro culpable dentro de otro culpable...
Todo comienza con un homicidio involuntario por el que su autor tendr¨¢ que cumplir cuatro a?os de c¨¢rcel para desol...
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Si algo est¨¢ claro en El inocente, la serie de Netflix de ocho cap¨ªtulos, es que nada est¨¢ claro. En realidad es un canto a las matrioshkas, esas mu?ecas que encierran en su interior otra y otra y otra... Lo mismo pasa con la serie protagonizada por Mario Casas: un culpable dentro de otro culpable dentro de otro culpable...
Todo comienza con un homicidio involuntario por el que su autor tendr¨¢ que cumplir cuatro a?os de c¨¢rcel para desolaci¨®n de los padres de la v¨ªctima. A partir de ah¨ª: sexo, violencia y drogas, eso s¨ª, en grandes cantidades. Una de sus protagonistas, la estupenda Juana Acosta, lo explica muy bien: ¡°El inocente no es una serie sobre la prostituci¨®n. No tiene nada que ver, porque aunque trata la prostituci¨®n, tambi¨¦n habla de la corrupci¨®n policial, as¨ª como de las segundas oportunidades, del peso del pasado o de la inocencia en los cr¨ªmenes accidentales¡±.
Dirigida por Oriol Paulo, con un reparto s¨®lido ¡ªlos ya citados Casas y Acosta m¨¢s Aura Garrido, Alexandra Jim¨¦nez, Jos¨¦ Coronado, Martina Gusm¨¢n y Gonzalo de Castro, entre otros¡ª, y con unas localizaciones en las m¨¢s turbias Barcelona y Marbella, El inocente es un largo viaje al fin de la noche, con permiso de C¨¦line, una vor¨¢gine desenfrenada de cr¨ªmenes, chantajes y dominaci¨®n en la que los personajes femeninos son maltratados f¨ªsica y emocionalmente, y los masculinos encubren su torpe impotencia con la fuerza.
Una serie, como se ha dicho, imposible de seguir si se hubiera programado semanalmente, son demasiadas vueltas de tuerca, e id¨®nea para un atrac¨®n como espectadores si gustan de las emociones fuertes. Nada es lo que parece, aunque lo que s¨ª aparece es la fragilidad de la condici¨®n humana.
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