Bob Ross, el pintor de la televisi¨®n estadounidense resurge con la pandemia
Las 31 temporadas de ¡®El placer de pintar¡¯ revivieron en un canal incluido en los televisores inteligentes y est¨¢n disponibles al completo en YouTube, donde se han convertido en un gran ¨¦xito
En una barbacoa reciente en Estados Unidos, un grupo de personas rodeaba una televisi¨®n encendida. En la pantalla no hab¨ªa ninguna final deportiva. Ni siquiera una pel¨ªcula o una animaci¨®n. Hab¨ªa un hombre pintando un ¨®leo. Vestido con una camisa azul remangada, sosten¨ªa una enorme paleta transparente llena de pintura. ¡°En nuestro mundo, quiz¨¢, hab¨ªa una vieja nube aqu¨ª, a la deriva frente a la monta?a¡±, dec¨ªa con suavidad el pintor, quien luc¨ªa un gran peinado afro de pelo casta?o y barba. Su nombre es ...
En una barbacoa reciente en Estados Unidos, un grupo de personas rodeaba una televisi¨®n encendida. En la pantalla no hab¨ªa ninguna final deportiva. Ni siquiera una pel¨ªcula o una animaci¨®n. Hab¨ªa un hombre pintando un ¨®leo. Vestido con una camisa azul remangada, sosten¨ªa una enorme paleta transparente llena de pintura. ¡°En nuestro mundo, quiz¨¢, hab¨ªa una vieja nube aqu¨ª, a la deriva frente a la monta?a¡±, dec¨ªa con suavidad el pintor, quien luc¨ªa un gran peinado afro de pelo casta?o y barba. Su nombre es Bob Ross y sigue siendo un icono televisivo a pesar de haber fallecido hace 26 a?os.
Ross, un t¨¦cnico de la fuerza a¨¦rea hijo de un carpintero y una camarera, entr¨® un d¨ªa de 1983 a una peque?a emisora de televisi¨®n en Muncie, Indiana. El hombre estaba interesado en grabar un anuncio para sus clases de pintura. Ten¨ªa alguna experiencia frente a las c¨¢maras. Una alumna suya, Annette Kowalski, lo hab¨ªa convencido para ense?ar c¨®mo pintar un cuadro en algo menos de media hora. El comercial grabado confirmaba que Ross ten¨ªa algo que enganchaba a los espectadores aunque nadie sab¨ªa a¨²n descifrarlo del todo. Normalmente, a un anuncio no respond¨ªan m¨¢s de 10 o 15 personas, pero al suyo lo hicieron m¨¢s de 70 personas.
As¨ª naci¨® El placer de pintar, un programa que tuvo 31 temporadas, entre 1983 y 1994. Ross muri¨® a los 52 a?os, en 1995, a causa de un linfoma sin poder completar la temporada 32, para la cual prepar¨® una docena de pinturas. En 403 programas a lo largo de 11 a?os el artista pint¨® m¨¢s de 1.100 cuadros, pues hac¨ªa tres versiones del mismo para cada emisi¨®n. Ninguno de ellos se vendi¨®. Todos est¨¢n guardados en la bodega de una empresa en Virginia. El programa se convirti¨® en una sensaci¨®n durante aquellos a?os y salt¨® a varias emisoras p¨²blicas hasta llegar a m¨¢s de 300 solo en Estados Unidos. De ah¨ª viaj¨® al Reino Unido, M¨¦xico, Tailandia, a los contenidos de aerol¨ªneas y a las plataformas digitales.
¡°La mayor¨ªa de mi audiencia no pinta, no tiene deseos de pintar ni nunca los tendr¨¢¡±, coment¨® Ross en 1990 al Orlando Sentinel. El pintor m¨¢s famoso de la televisi¨®n aprendi¨® el oficio mientras estaba destinado en Alaska, donde tambi¨¦n trabajaba como cantinero en una taberna. Se inspir¨® en otro programa emitido entre 1974 y 1982, donde el alem¨¢n Bill Alexander pintaba cuadros al ¨®leo en una escenograf¨ªa similar a la que Ross har¨ªa famosa a?os despu¨¦s. ¡°La audiencia ve el programa estrictamente por su valor de entretenimiento o para relajarse. Hemos recibido cartas de gente que asegura que duermen mejor cuando el programa est¨¢ en emisi¨®n¡±, dec¨ªa.
La nostalgia ha hecho resurgir con fuerza El placer de pintar y a su creador. El sonriente rostro de Ross aparece en bebidas energ¨¦ticas, cajas de cereales, tostadoras y planchas de gofres. Tambi¨¦n en camisetas, peluches, juegos de mesa y, por supuesto, en colecciones en DVD para aprender a pintar. Recientemente, sin embargo, el c¨ªrculo se ha cerrado volviendo a la televisi¨®n despu¨¦s de triunfar con un canal de YouTube que supera los cuatro millones de suscriptores y m¨¢s de 300 millones de reproducciones.
En abril de 2020 Samsung lanz¨® un canal que ofrec¨ªa todos los episodios del programa de Bob Ross. Estaba disponible en todos los televisores inteligentes y emit¨ªa El placer de pintar de forma lineal, por orden cronol¨®gico. La respuesta fue tan buena que Roku incorpor¨® el canal a su servicio meses despu¨¦s. El anuncio lleg¨® en diciembre del a?o pasado. ¡°Hemos notado un enorme ¨¦xito con el canal gratuito, lo que confirma que hay un enorme inter¨¦s por el legado de Bob Ross¡±, dijo uno de los ejecutivos de Cinedigm, una empresa de contenidos para plataformas.
Este boom de Ross pudo haber encontrado en la pandemia por coronavirus un nuevo p¨²blico cautivo ansioso del b¨¢lsamo de tranquilidad que ofrecen los paisajes kitsch que dibujaba el artista, en los que casi nunca aparec¨ªan personas. ¡°Solo recuerdo dos pinturas con gente: un hombre en una fogata y dos personas caminando por un bosque¡±, dijo Annette Kowalski, productora de la emisi¨®n y la empresaria detr¨¢s de la marca que explota la imagen de Ross. El blog FiveThirtyEight, del estad¨ªstico Nate Silver, afirma en un an¨¢lisis de 381 pinturas que el 91% ten¨ªa al menos un ¨¢rbol y el 39% al menos una monta?a. La costa era menos favorecida en la imaginaci¨®n buc¨®lica del personaje: solo un 7% ten¨ªa playas.
Otra de las claves del ¨¦xito de Ross podr¨ªa estar en su voz de bar¨ªtono. Se ha relacionado la nueva fama del artista con el fen¨®meno de la respuesta sensorial meridiana aut¨®noma (ASMR por sus siglas en ingl¨¦s), que se caracteriza por una sensaci¨®n de relajamiento que puede provocar un hormigueo en la cabeza y en la espalda baja. No tiene ninguna base cient¨ªfica, pero ha hecho que miles de youtubers suban diariamente millones de horas de v¨ªdeos con susurros, caricias a un jab¨®n, tijeras en acci¨®n y dem¨¢s sonidos que pretenden relajar a quien los escucha. El deslizamiento de las brochas sobre el lienzo ya eran un sello sonoro de El placer de pintar desde mucho antes de que se popularizara el t¨¦rmino ASMR hace una d¨¦cada.
¡°Puede que mis cuadros nunca cuelguen del museo Smithsonian, pero es muy probable que sean colgados con orgullo en las paredes de quienes quieran pintar. Y de eso se trata¡±, dijo Ross cuatro a?os antes de morir. La nueva era dorada que ya no pudo ver, no obstante, s¨ª lo llev¨® al museo de Washington, que recibi¨® cuatro pinturas y su gigantesca paleta transparente para su acervo de Historia Americana. En mayo del a?o pasado, cuando el centro reabri¨® sus puertas, incluso se expuso uno de estos ¨®leos. Fue una peque?a exposici¨®n muy feliz.
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