Marruecos, con la parab¨®lica pendiente del extranjero
Millones de marroqu¨ªes siguen informativos, ligas y series extranjeras mediante sistemas pirata de conexi¨®n a los canales internacionales
El d¨ªa de mayo en que entraron en Ceuta miles de emigrantes sin documentaci¨®n con la aquiescencia de las autoridades marroqu¨ªes, ning¨²n canal p¨²blico marroqu¨ª inform¨® sobre el hecho. Y canales privados de televisi¨®n no hay en Marruecos. Al cabo de 48 horas, la agencia oficial MAP se decidi¨® a informar y entonces algunos medios comenzaron tambi¨¦n a difundir la versi¨®n oficial del Gobierno marroqu¨ª.
Tres meses despu¨¦s, el domingo 18 de julio, una quincena de medios internacionales, entre ellos Le Monde y Washington Post, unidos en el consorcio Forbidden Stories, con la ayuda de Amnist¨ªa Internacional, desvelaba que varios Estados manejan una lista de 50.000 n¨²meros de tel¨¦fonos como posibles objetos de escucha y control a trav¨¦s del programa de espionaje Pegasus, vendido por la empresa israel¨ª NSO.
El listado marroqu¨ª abarca 10.000 n¨²meros, seg¨²n el consorcio internacional. Entre ellos se encuentran decenas de activistas y periodistas del pa¨ªs cr¨ªticos con el poder; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el periodista espa?ol Ignacio Cembrero, seis mil tel¨¦fonos argelinos¡ De nuevo, la televisi¨®n marroqu¨ª dej¨® pasar varios d¨ªas sin informar hasta que termin¨® haci¨¦ndose eco de la versi¨®n del Gobierno, que negaba cualquier uso del programa.
El activista Fouad Abdelmoumni, miembro de la ONG Transparency Maroc, escribi¨® en Facebook: ¡°?Ustedes quieren la prueba de que Marruecos es un pa¨ªs extraordinario? Cojan el esc¨¢ndalo Pegasus. En un pa¨ªs normal habr¨ªamos tenido debates televisados, tomas de posiciones pol¨ªticas confrontadas, investigaciones medi¨¢ticas¡¡±.
Los 36 millones de marroqu¨ªes est¨¢n acostumbrados a ver canales extranjeros, tanto para informarse como para entretenerse. Un simple paseo por las cafeter¨ªas de cualquier ciudad de Marruecos a cualquier hora, en cualquier momento del a?o, muestra que un gran n¨²mero de ellas conectan con cadenas extranjeras, sobre todo europeas. A menudo transmiten alg¨²n partido de f¨²tbol con equipos espa?oles, franceses o ingleses. Buena parte de la poblaci¨®n urbana sobre todo de clase media, habla franc¨¦s. La gran mayor¨ªa habla ¨¢rabe y siguen tambi¨¦n los canales que llegan del Golfo P¨¦rsico.
Para ver esos canales se usaba un m¨¦todo de pirateo que solo era posible a trav¨¦s de las cadenas parab¨®licas. Desde hace m¨¢s de seis a?os tambi¨¦n existen descodificadores en cualquier medina que no requieren ninguna parab¨®lica para acceder a canales extranjeros. Mediante un abono anual equivalente a unos 30 o 40 euros, se tiene acceso a todos los canales p¨²blicos y de pago de Francia y Espa?a.
Ese panorama de canales extranjeros se transforma durante el mes de ramad¨¢n. ¡°Ese es el momento en el que los marroqu¨ªes nos reconciliamos con nuestra tele¡±, se?ala una periodista que prefiere mantenerse en el anonimato. Durante ese tiempo, las familias suelen ver juntas telenovelas producidas en el pa¨ªs, aunque tambi¨¦n se ven otras ¨¢rabes. M¨¢s all¨¢ del ramad¨¢n tambi¨¦n hay otras series marroqu¨ªes de enga?os y desamores que gozan de cierto ¨¦xito entre las personas de mayor edad. Una de ellas es Los secretos de las casas, que relata la historia de un empresario que estafa a familias que pierden sus fortunas. A trav¨¦s de las parab¨®licas se sigue tambi¨¦n la telenovela Que pregunten a mis l¨¢grimas, protagonizada por el cantante marroqu¨ª Zouhair Bahaoui y emitida por el canal MBC5, de propiedad saud¨ª. El resto del a?o, ganan por goleada las telenovelas turcas.
Cultura bereber
Dentro de la parrilla marroqu¨ª tambi¨¦n hay un espacio para la poblaci¨®n, la cultura y la lengua bereber, reconocida oficialmente en el pa¨ªs desde hace una d¨¦cada. El activista Rachid Raj¨¢, presidente de la Asamblea Mundial Amazig, sostiene que la mitad de los marroqu¨ªes hablan amazig. ¡°Aunque las cifras oficiales dicen que solo somos un 28%, pero eso no se lo cree nadie. De los nueve o 10 canales que hay en Marruecos solo uno se difunde en la lengua de los bereberes, cuando deber¨ªamos tener la mitad, cuatro o cinco emisoras¡±.
El canal de los bereberes es el 8 y se llama Tamazight. Raj¨¢ est¨¢ convencido de que ese es el m¨¢s visto por los marroqu¨ªes que residen en la Uni¨®n Europea. Afirma que la mayor¨ªa de los emigrantes del pa¨ªs son bereberes y siguen la emisora Tamazight por sat¨¦lite. ¡°En las cadenas europeas a veces salen escenas de sexo. Y el Tamazight puede verlo toda la familia sin problemas¡±, a?ade.
Raj¨¢ explica que entre los programas que m¨¢s se han visto este a?o en el Tamazigh destaca una serie llamada Al¨ª Bab¨¢, que se basa en la historia del famoso ladr¨®n y est¨¢ ambientada a finales del siglo XIX. Se difunde en el dialecto bereber del sur del pa¨ªs. ¡°Y en el norte, hay otra serie que se emite en el dialecto rife?o y que se llama Maghred¨®, y cuenta un poco la historia de la sociedad rife?a, los problemas de la emigraci¨®n. Por eso ha enganchado a la gente¡±.
Y, finalmente, la religi¨®n. En Marruecos la presencia del islam no se limita a las decenas de miles de mezquitas. Tambi¨¦n existe el canal Assadissa, la Sexta o Cadena Mohamed VI del Santo Cor¨¢n. El Estado impuls¨® esta emisora en 2004 tras descubrir los estragos que el fanatismo islamista caus¨® con los cinco atentados cometidos en Casablanca el 16 de mayo de 2003. Aquel d¨ªa 14 terroristas mataron a 45 personas, entre ellos dos terroristas suicidas. Desde entonces, el rey Mohamed VI, que ejerce tambi¨¦n como Comendador de Creyentes, se propuso estructurar el mundo isl¨¢mico alrededor del Estado.
La emisora est¨¢ dedicada d¨ªa y noche a recitar el libro sagrado. No es la m¨¢s vista, aunque durante las celebraciones religiosas como la fiesta del cordero, es el canal que ponen de fondo millones de familias. No obstante, su equivalente radiof¨®nica, la emisora del mismo nombre, es la de mayor audiencia. Muchos taxistas marroqu¨ªes no suelen escuchar el equivalente a la Cope ni la Ser, sino la Cadena Mohamed VI del Santo Cor¨¢n. La religi¨®n siempre est¨¢ presente en las ondas, de una forma o de otra.
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