¡®Hot Ones¡¯, el programa de YouTube que hace llorar a todos los famosos (menos a Charlize Theron)
Este programa de entrevistas donde personajes conocidos como Gordon Ramsey o Matt Damon comen salsa picante se enfrenta a los gigantes de las cadenas tradicionales. Su episodio m¨¢s visto tiene 93 millones de reproducciones
Hot Ones, un programa barato de YouTube, lleva 15 temporadas compitiendo con los talk shows de las grandes ligas. Su presentador no es un hijo ilustre de David Letterman ¨Dleyenda de los programas nocturnos de EE UU¨D, pero su ¨²ltimo invitado fue Matt Damon y el episodio m¨¢s visto tiene 93 millones de repr...
Hot Ones, un programa barato de YouTube, lleva 15 temporadas compitiendo con los talk shows de las grandes ligas. Su presentador no es un hijo ilustre de David Letterman ¨Dleyenda de los programas nocturnos de EE UU¨D, pero su ¨²ltimo invitado fue Matt Damon y el episodio m¨¢s visto tiene 93 millones de reproducciones. ?Cu¨¢l es su secreto? La salsa picante.
La idea de los creadores era hacer un programa de entrevistas de entretenimiento, ¡°pero bueno¡±. Es sabido que Estados Unidos ama a sus celebridades, aunque cuando m¨¢s les gustan son fuera de la alfombra roja, esos momentos en los que pueden identificarse con ellas. Por eso Chris Schonberger, director del canal de YouTube First We Feast, pens¨® que ser¨ªa una gran idea que durante la conversaci¨®n ¡ªbien preparada, con preguntas complejas¡ª, los actores, actrices, m¨²sicos y chefs comieran 10 alitas de pollo cuyo picor, producto de las salsas, fuese en aumento hasta alcanzar los 2.000.000 en la escala Scoville. Para hacerse una idea, ese es el picor del cuarto chile m¨¢s agresivo del mundo. Ni el int¨¦rprete mejor dotado es capaz de controlar sus reacciones ante tal experiencia.
El ¨²ltimo ingrediente para la receta del ¨¦xito era el presentador. Schonberger le propuso a Sean Evans, un hombre blanco, calvo, de entonces 30 a?os, hacerse cargo del programa. Bingo. Evans, nominado este a?o a mejor presentador en los Daytime Emmy ¡ªel galard¨®n para las producciones diurnas¡ª ha funcionado a la perfecci¨®n gracias a que logra permanecer imperturbable mientras come las mismas alitas picantes que sus invitados. Los presiona con una exquisita calidez para que respondan cuando estos lloran, escupen, maldicen, y hasta succionan leche por las fosas nasales con tal de calmar la picaz¨®n.
Suena bastante absurdo, y un poco lo es, pero la conversaci¨®n es interesante y la humanidad y espontaneidad que logra el encuentro, a¨²n m¨¢s. Unos 200 famosos han aceptado el desaf¨ªo, dejando momentos ¨²nicos en la cultura popular. En Estados Unidos se estaban produciendo m¨¢s de 500 series y cerca de 300 programas de telerrealidad al a?o antes de la pandemia. Cualquier contenido que logre asomar la cabeza en ese torrente es un portento. Si lo hace sin un presupuesto considerable, roza el milagro.
El famoso y temperamental cocinero Gordon Ramsay, que tiene en su haber 16 estrellas Michelin, fue uno de los invitados. Argument¨® que sus hijos lo convencieron para participar. Comenz¨®, fiel a su oficio, criticando la calidad de las alitas, mientras narraba batallitas de Pesadilla en la Cocina o Master Chef. El hombre que logr¨® su fama en televisi¨®n destrozando con malos modos las cocinas de medio Reino Unido acab¨® suplicando ir al ba?o ¡ªcosa que hizo¡ª y confesando que no lloraba tanto desde un funeral del cr¨ªtico gastron¨®mico Adrian Anthony Gill. Por fin demostraba su vulnerabilidad.
En Estados Unidos se estaban produciendo m¨¢s de 500 series y cerca de 300 programas de telerrealidad al a?o antes de la pandemia. Cualquier contenido que logre asomar la cabeza en ese torrente es un portento.
Con los actores y actrices ocurre algo peculiar. Evans se enfrenta a personas que por trabajo desaf¨ªan constantemente su voluntad. Profesionales disciplinados que aprenden a bailar ballet en seis meses o pierden o ganan kilos para conseguir un papel. La mayor¨ªa son, adem¨¢s, extremadamente competitivos. Suelen llegar al programa con aires de superioridad y no contemplan la rendici¨®n: hay un listado del ¡°pasillo de la verg¨¹enza¡± para quienes desisten de comer las 10 alitas, donde la gran mayor¨ªa son hombres. El actor Shia LaBeouf, el chico malo de Hollywood, desafi¨® a Evans a ponerle a¨²n m¨¢s salsa picante a las alitas para demostrar... algo. Acab¨® tiritando, llorando, y reconociendo que Hot Ones ¡°es un programa de verdad¡± y no usan ¡°salsa de tomate para enga?ar a la gente¡±.
El ¨¦xito del programa, que actualmente no necesita de anunciantes gracias a la venta de las salsas picantes que elaboran, alcanz¨® un hito este a?o en la industria del entretenimiento. Saturday Night Live, una instituci¨®n de la comedia en Estados Unidos, realiz¨® un sketch parodiando a Hot Ones. El comediante Mikey Day interpret¨® a Evans y Maya Rudolph a Beyonc¨¦, en el que la diva de la m¨²sica sucumb¨ªa, completamente sudada, al picor de las alitas y pasaba de las preguntas. Muchos de los entrevistados hacen lo propio alegando que ya no se pueden concentrar en nada m¨¢s que no sea aliviar el picor. Cuando esto sucede, la producci¨®n les ofrece leche, arroz, cerveza, o lo que haga falta. Nada parece funcionar realmente.
Hot Ones ha llegado a tal punto que tiene una versi¨®n en televisi¨®n, se transform¨® en un programa de concursos, y se asoci¨® con Reebok para crear una l¨ªnea especial de zapatillas. Es algo como el sue?o americano de los youtubers, aunque estos han continuado su senda independiente en la plataforma. Comenz¨® como un espacio de cinco minutos y ahora hay invitados, como Justin Timberlake, que est¨¢n media hora en directo. Sus dos mayores logros han sido demostrar que es posible competir de igual a igual con los gigantes de la industria cuando tienes un producto de calidad y que Charlize Theron es de otro planeta. Ni una l¨¢grima derram¨® la galardonada actriz.
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