Los d¨ªas oscuros de Andr¨¦s Calamaro
Disney+ estrena un documental sobre la carrera del m¨²sico argentino con parada en la epop¨¦yica construcci¨®n de ¡®El salm¨®n¡¯ y su posterior renacimiento
Habla Olga Castre?o, manager de Andr¨¦s Calamaro durante los ¨²ltimos 22 a?os: ¡°A m¨ª no me gustaba ver c¨®mo se destru¨ªa. Yo sufr¨ªa un mont¨®n. Era horroroso. Hab¨ªa veces que iba a despertarlo despu¨¦s de cinco d¨ªas en los que no hab¨ªa dormido; entraba en la habitaci¨®n y pensaba: ¡®?Y si no se me despierta un d¨ªa, qu¨¦?¡±. Los a?os oscuros del rockero: se encerr¨® con estupefacientes y un equipo de grabaci¨®n durante tres meses. Componer, consumir, grabar, consumir¡ Se habla de 700 canciones regi...
Habla Olga Castre?o, manager de Andr¨¦s Calamaro durante los ¨²ltimos 22 a?os: ¡°A m¨ª no me gustaba ver c¨®mo se destru¨ªa. Yo sufr¨ªa un mont¨®n. Era horroroso. Hab¨ªa veces que iba a despertarlo despu¨¦s de cinco d¨ªas en los que no hab¨ªa dormido; entraba en la habitaci¨®n y pensaba: ¡®?Y si no se me despierta un d¨ªa, qu¨¦?¡±. Los a?os oscuros del rockero: se encerr¨® con estupefacientes y un equipo de grabaci¨®n durante tres meses. Componer, consumir, grabar, consumir¡ Se habla de 700 canciones registradas, de las que finalmente seleccion¨® 103 para editar aquella egoman¨ªa llamada El salm¨®n, un ¨¢lbum qu¨ªntuple con mediocridades y tambi¨¦n con canciones de calidad. Sobre ese periodo que empieza con la edici¨®n de El salm¨®n, a?o 2000, y sigui¨® un silencio de casi un lustro se ha especulado mucho. Lo que ocurri¨® en esa nebulosa narcotizante en la que se movi¨® el m¨²sico se desarrolla en la ¨²ltima parte del documental Calamaro: Bios, vidas que marcaron la tuya, producido por National Geographic y que se puede ver en Disney+ desde el viernes 26 de noviembre.
Vestido con un jersey de lana verdoso poco glamuroso, sin parar de beber mate y fumando, Calamaro (Buenos Aires, 60 a?os) responde a las preguntas de una Nathy Peluso (Buenos Aires, 26 a?os) superada por el personaje. Todo el que entrevista al rockero lo est¨¢, con la imparable verborrea que derrocha y con una colecci¨®n de gestos que deben dejar exhaustos los m¨²sculos de su cara. No es el documental definitivo del m¨²sico (tiene un aire a los Imprescindibles de La 2) pero resume su carrera con esp¨ªritu did¨¢ctico y el espectador disfruta de una jornada (en la que se grab¨® la entrevista) especialmente locuaz y procaz por parte del artista. Aparecen colegas de profesi¨®n y amigos que van poniendo color y reflexi¨®n al relato: m¨²sicos como Ariel Rot, Daniel Melingo, Vicentico o Cachorro L¨®pez, y escritores y periodistas como Marcelo Fern¨¢ndez Bitar o Fabi¨¢n Casas. Se echan en falta, como casi siempre en estas hagiograf¨ªas, voces cr¨ªticas o que al menos pongan en aprietos al protagonista. Relevante el material de archivo expuesto, sobre todo las fotograf¨ªas antiguas y alg¨²n v¨ªdeo, como el primer concierto de Los Rodr¨ªguez en la min¨²scula sala madrile?a Siroco. Una cinta reveladora tambi¨¦n para los despistados: Calamaro es parte b¨¢sica del rock cantado en espa?ol, una figura inmensa desde su paso por Los Abuelos de la Nada, Los Rodr¨ªguez y en solitario. Un artista muchas veces genial, a pesar de alguna salida de tono en sus ¨²ltimos a?os.
En 1999 Calamaro public¨® Honestidad brutal, donde se desangraba durante dos horas y 21 minutos (37 canciones) despu¨¦s de su ruptura sentimental con M¨®nica Garc¨ªa. ¡°Honestidad brutal fue el Apocalipsis Now de las grabaciones de rock. Estuve dos meses como Martin Sheen al comienzo de la pel¨ªcula¡±, afirma el cantante en el documental. Solo los entrantes comparado con el plato graso que vendr¨ªa despu¨¦s: El salm¨®n. ¡°Solo viv¨ªa para hacer m¨²sica todo el d¨ªa. Dej¨® las necesidades b¨¢sicas, como ba?arse o comer¡±, cuenta la manager en el documental. ¡°Es el diario personal de alguien que est¨¢ pasando un gran momento creativo, pero est¨¢ desquiciado emocionalmente¡±, remacha el escritor Fabi¨¢n Casas.
Calamaro habla de un trabajo pol¨ªtico, cuando la crisis argentina (estamos en 2000) despoja de su bienestar sobre todo a la clase media. ¡°Es un disco de la izquierda revolucionaria. Sent¨ªa que nos est¨¢bamos reivindicando con bestialismo, que es lo que nos gustaba¡±, se?ala el creador de Flaca. Pero inevitablemente llega la descompresi¨®n. Tras la salida del qu¨ªntuple disco, el cantante se retira a desintoxicarse. Elige la sierra y asegura que se mimetiz¨® con el entorno. ¡°Me convert¨ª en un campesino m¨¢s, las mismas botas de agua, la camisa a cuadros, iba a desayunar al bar con el carnicero¡¡±. Pero regresa el Calamaro c¨ªnico y gamberro: ¡°La verdadera rehabilitaci¨®n lleva tiempo, hay que hacerlo con un psiquiatra y con nuevas drogas, hay que cambiar unas drogas por otras¡±.
Casi cinco a?os estuvo ausente del directo. ?Se habr¨ªa olvidado el mundo de Andr¨¦s Calamaro? Junto con sus compatriotas de la Bersuit vence su bloqueo art¨ªstico y su miedo esc¨¦nico y triunfa. Lo demuestra con el ¨¢lbum en directo El regreso (2005).
Es en la parte final del documental cuando surge uno de esos momentos insuperables del cantante. Acarici¨¢ndose la barbilla, con las cejas alzadas, expres¨¢ndose con pausas y mirando al vac¨ªo, reflexiona ante una Nathy Peluso que no puede pesta?ear: ¡°Podemos pensar en regresos, pero no es f¨¢cil. Muhammad Ali¡ ¨¦l estuvo suspendido del boxeo durante tres a?os y despu¨¦s volvi¨®. Y consigui¨® ganar. Pero ya no era tan ¨¢gil y le pegaron bastante. Ning¨²n astronauta volvi¨® a la Luna, Gardel nunca volvi¨® de Medell¨ªn, Atahualpa Yupanqui nunca volvi¨® de Francia¡¡±. Pero ¨¦l s¨ª.
Seguramente Calamaro no llegar¨¢ a los niveles creativos que alcanz¨® con Los Rodr¨ªguez y en sus discos en solitario como Alta suciedad y Honestidad brutal, pero en cada ¨¢lbum que edita se encuentran perlas y la t¨®nica general est¨¢ por encima de muchos de los grupos vendedores del pop y rock actual en espa?ol. Para el crep¨²sculo del documental deja su manera de vivir: ¡°Creemos que la gloria est¨¢ despu¨¦s de morirnos. Mejor vivir en el picado, exigi¨¦ndole al mundo que se quite la m¨¢scara y se muestre c¨ªnico, como realmente es¡±. Y se r¨ªe.