?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite para atrapar a un asesino?
La miniserie policial ¡®Deceit¡¯ (HBO Max) recrea con acierto y estilo uno de los casos m¨¢s controvertidos de la cr¨®nica negra de Reino Unido
En julio de 1992, la muerte en Londres de la joven Rachel Nickell tras recibir 49 pu?aladas asestadas por un desconocido, en la calle, delante de su hijo de dos a?os, sublev¨® a la sociedad brit¨¢nica. Ante la presi¨®n popular y el miedo a que no fuera ni el primer ni el ¨²ltimo crimen del asesino, la polic¨ªa metropolitana dio un paso m¨¢s: decidi¨® dise?ar una operaci¨®n encubierta para que una de sus agentes conquistara al principal sospechoso y lo hiciera confesar. Esta historia real es el n¨²cleo central de ...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
En julio de 1992, la muerte en Londres de la joven Rachel Nickell tras recibir 49 pu?aladas asestadas por un desconocido, en la calle, delante de su hijo de dos a?os, sublev¨® a la sociedad brit¨¢nica. Ante la presi¨®n popular y el miedo a que no fuera ni el primer ni el ¨²ltimo crimen del asesino, la polic¨ªa metropolitana dio un paso m¨¢s: decidi¨® dise?ar una operaci¨®n encubierta para que una de sus agentes conquistara al principal sospechoso y lo hiciera confesar. Esta historia real es el n¨²cleo central de Deceit, miniserie brit¨¢nica de cuatro cap¨ªtulos estrenada en verano en Channel 4 y que, dentro de esta acertada pol¨ªtica de las plataformas de traer una selecci¨®n de la ingente producci¨®n brit¨¢nica, se puede ver ahora en HBO Max.
Deceit es un policial cl¨¢sico, un procedimental que no se deja superar por una historia brutal en ocasiones, una ficci¨®n anclada en lo real y que crea esa visi¨®n completa que a veces solo un relato puede ofrecer. Una extraordinaria Niamh Algar interpreta a la joven polic¨ªa usada como cebo, metida de lleno en un infierno del que no ser¨¢ f¨¢cil salir, obsesionada con el presunto asesino, cautivada por el proceso de seducci¨®n, destruida por el enga?o. No es un contenido amable, hay alto voltaje aqu¨ª, la agente Lizzie James va al l¨ªmite y con ella la serie. Excelente tambi¨¦n la interpretaci¨®n de Eddie Marsan como el psic¨®logo que ayuda a la polic¨ªa. Los primeros planos de su rostro imperturbable, sobreexpuestos, casi excesivos, son una marca est¨¦tica de la serie.
En la comisar¨ªa, el humo, las hormonas de un ambiente ultra masculinizado, se palpan. All¨ª, el detective Keith Pedder, obsesionado con el caso, empuja la investigaci¨®n hacia su principal sospechoso, quiere creer en todo momento que tiene al culpable. El ritmo de la narraci¨®n no deja un minuto libre, cada cap¨ªtulo exprime la trama, condensa el drama. Cu¨¢ntos hubieran hecho varias temporadas con lo que la directora y guionista Emilia di Girolamo ha construido una narraci¨®n cerrada de menos de cuatro horas.
El conflicto, qu¨¦ ser¨ªa del drama policial sin conflicto, surge en cuanto aparecen preguntas como ?y si estamos apretando demasiado?, ?y si no es? En el cap¨ªtulo que cierra todo confluyen la rabia, las dudas, un desenlace que arrastra a los implicados al fango. Como en otras ficciones del estilo, el juicio es solo una herramienta, pasa r¨¢pido. Sus consecuencias, no, y ah¨ª es donde esta serie vuelve a triunfar. Como con cualquier caso real, pueden destripar su contenido en un minuto en Google, pero mejor acompa?en a la agente James en su descenso al infierno para neutralizar el mal.
Puedes seguir EL PA?S TELEVISI?N en Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.