Aprovechar el momento Ver¨®nica Forqu¨¦
Que no le metan p¨¢jaros en la cabeza: la depresi¨®n que tuvo usted es importante comentarla en este instante, no en otro
Estimado famoso, periodista, personaje de la cultura. Estimado tertuliano: no deje usted esta oportunidad. ?No la ve? Es el momento perfecto para hablar de usted mismo. Que no le metan p¨¢jaros en la cabeza: la depresi¨®n que tuvo usted es importante comentarla en este momento, no en otro. Tambi¨¦n es buen momento para hacer proselitismo de su propia causa, sea esta cual sea. El cad¨¢ver a¨²n est¨¢ caliente, pero dentro de unos d¨ªas quiz¨¢s se hable de otra cosa. ?Qu¨¦...
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Estimado famoso, periodista, personaje de la cultura. Estimado tertuliano: no deje usted esta oportunidad. ?No la ve? Es el momento perfecto para hablar de usted mismo. Que no le metan p¨¢jaros en la cabeza: la depresi¨®n que tuvo usted es importante comentarla en este momento, no en otro. Tambi¨¦n es buen momento para hacer proselitismo de su propia causa, sea esta cual sea. El cad¨¢ver a¨²n est¨¢ caliente, pero dentro de unos d¨ªas quiz¨¢s se hable de otra cosa. ?Qu¨¦ m¨¢s se?ales quiere? Yo le presto todo, si hace falta. Le presto la pluma y le presto la piedra. Si no la tira usted, otro la arrojar¨¢.
?Qu¨¦ declaraciones m¨¢s bonitas le han quedado! Parece hasta que lo siente. H¨¢blele de t¨² a t¨² a la fallecida: eso es lo que hacen los amigos ¨ªntimos. Rememore aquel momento fugaz, aunque inolvidable, pero no olvide ni subir la foto ni mencionar lo que la difunta le dijo a usted sobre usted, sobre lo maravilloso que es usted. El momento es ahora. Quiz¨¢s es la ocasi¨®n de quitar hierro a sus propios pecados y hablar de los de otros. No escuche esa voz interior que le dicen que sea discreto. Comparta usted lo mal que le parecen la hipocres¨ªa, la sociedad (lo enferma que est¨¢), y las se?ales de auxilio que ¡°no supimos ver¡±. Lo sola que estaba la pobre mujer. Porque usted lo vio en sus ojos, aunque sea a toro pasado. Yo le ayudo¡
¡°Sent¨ª impotencia y llor¨¦ de rabia¡±; eso al enterarse de la muerte. Met¨¢foras, figuras, paralelismos, todos los recursos po¨¦ticos que se le ocurran. O diga lo mismo siete veces, pero en frases distintas, que funciona igual. Cierre: llamada a las instituciones. Haga ver que usted, y nadie m¨¢s que usted, es el protagonista de todo este circo. La ocasi¨®n y los muertos tienen en com¨²n que son calvos. La familia y los amigos¡ esos que carguen con el f¨¦retro. Y, sobre todo, disfrute: el muerto en el entierro es y ser¨¢ siempre usted.
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