¡®?Qui¨¦n es Anna?¡¯: Enga?os, lujo neoyorquino y una Shonda Rhimes en estado de gracia
La creadora de ¡®Anatom¨ªa de Grey¡¯ vuelve por todo lo alto con la adaptaci¨®n de la historia real de Anna Delvey, una joven que cautiv¨® a la alta sociedad antes de terminar en prisi¨®n por desfalco y estafa
¡°?Placer culpable? Siempre me ha parecido que esa definici¨®n es ligeramente insultante. No hay nada culpable en el placer¡±, comentaba Shonda Rhimes en una reciente entrevista en este diario. La creadora de Anatom¨ªa de Grey sabe de lo que habla y lo ha vuelto a demostrar en ...
¡°?Placer culpable? Siempre me ha parecido que esa definici¨®n es ligeramente insultante. No hay nada culpable en el placer¡±, comentaba Shonda Rhimes en una reciente entrevista en este diario. La creadora de Anatom¨ªa de Grey sabe de lo que habla y lo ha vuelto a demostrar en ?Qui¨¦n es Anna? (Netflix). La historia es irresistible: el auge y ca¨ªda de Anna Delvey, una joven surgida de la nada que cautiva a la alta sociedad neoyorquina y vive a lo grande mientras finge ser una rica heredera alemana. Despu¨¦s de la gloria vino la c¨¢rcel y desde ah¨ª recorremos el laberinto de una vida nada convencional.
Consciente de que la historia real es de sobra conocida por el espectador o que la tiene en su tel¨¦fono con una sencilla b¨²squeda, Rhimes idea una trama en la que eleva el misterio: en realidad se trata de saber qui¨¦n era esta mujer tan bien interpretada en la ficci¨®n por Julia Garner (Ozark). Y la respuesta es sencilla: depende a qui¨¦n se pregunte, pero nadie tiene el perfil completo. ?C¨®mo acomete la productora de Los Bridgerton esta tarea? Pues con estos ingredientes: un ritmo espectacular, una m¨²sica que empuja de fondo la narraci¨®n, una trama que camina perfecta, dosis justas de dramatismo y una producci¨®n de lujo. Shonda Rhimes en esencia. Y un aviso para incautos que lanzan de vez en cuando: esta es una historia real, menos toda la parte que es absolutamente inventada. Es decir, ?Qui¨¦n es Anna? vampiriza la realidad y la convierte en ficci¨®n de alta costura.
Hay aciertos en el transcurso de los nueve episodios. El m¨¢s significativo es organizar la trama a trav¨¦s de las peripecias, tambi¨¦n reales, de la periodista que descubri¨® el asunto y lo convirti¨® en una de las historias de 2018 gracias a su reportaje en New York Magazine. Interpretada por una m¨¢s que solvente Anna Chlumsky, se trata de una mujer ca¨ªda en desgracia por publicar en el pasado una historia que no era cierta y que busca su redenci¨®n en el misterio de esta estafadora.
Anna Delvey o, en realidad, Anna Sorokin genera admiraci¨®n entre quienes tratan de desentra?ar su personalidad y el espectador tambi¨¦n se ve envuelto por su desparpajo y su red de mentiras, atra¨ªdo por su empuje y su iniciativa. Presentar a la reina de la historia a trav¨¦s de m¨²ltiples testimonios da ritmo a cada episodio de la temporada, que solo decae algo hacia la mitad, cuando hay un exceso de porno de ricos y la narraci¨®n languidece, pero el lujo es parte del show y marca de la casa. En ciertos momentos da la impresi¨®n de que la historia se podr¨ªa haber contado muy bien en menos de 9 horas. Hay, tambi¨¦n, grandes secundarios aqu¨ª y all¨¢, sobre todo en ese grupo de viejas glorias del periodismo que ayudan a desentra?ar la historia. Y hay humor, o algo parecido, un tono alejado del tremendismo tan propio de Rhimes que el espectador fiel ya no distingue, un matiz que de alg¨²n modo siempre ha estado ah¨ª.
La Anna Delvey real sali¨® de prisi¨®n en febrero de 2021 y ahora est¨¢ en un centro de retenci¨®n por una infracci¨®n migratoria. No tiene nada que ver con la serie (aunque cobr¨® m¨¢s de 300.000 d¨®lares en derechos) y dice que no le interesa el retrato que de ella hayan hecho. Despu¨¦s de ver los nueve cap¨ªtulos, ni el espectador ni el m¨¢s avezado analista puede saber si dice la verdad o si la vio de un atrac¨®n a la primera oportunidad. Todo en la historia de Anna Delvey depende de qui¨¦n lo cuente. Rhimes lo sab¨ªa y ha decidido volver por todo lo alto con su propia versi¨®n, espectacular y ¨¢gil. ?Placer culpable? No, o no solo eso.
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