?El diablo?
El documental que exhibe Netflix sobre la vida p¨²blica y las atrocidades privadas de un individuo llamado Jimmy Savile lleva un subt¨ªtulo l¨²cido y aclaratorio: ¡®Una historia de terror brit¨¢nica¡¯
Es reconfortante para la imaginaci¨®n identificar a los ped¨®filos como seres an¨®nimos y de apariencia s¨®rdida, ejerciendo sus atrocidades desde las tinieblas, dotados de cuernos y rabo. Imaginarlos como personas normales resulta demasiado inquietante. Da mucho miedo. El documental que exhibe Netflix sobre la vida p¨²blica y las atrocidades privadas de un individuo ...
Es reconfortante para la imaginaci¨®n identificar a los ped¨®filos como seres an¨®nimos y de apariencia s¨®rdida, ejerciendo sus atrocidades desde las tinieblas, dotados de cuernos y rabo. Imaginarlos como personas normales resulta demasiado inquietante. Da mucho miedo. El documental que exhibe Netflix sobre la vida p¨²blica y las atrocidades privadas de un individuo llamado Jimmy Savile lleva un subt¨ªtulo l¨²cido y aclaratorio: ¡±Una historia de terror brit¨¢nica¡±.
Nos cuentan que durante m¨¢s de 50 a?os fue el personaje m¨¢s famoso, querido y admirado de Inglaterra. Incombustible rey de la BBC, de la radio, del show permanente. Hac¨ªa re¨ªr y babear a todo cristo. Le amaban el pueblo llano, las celebridades, los currantes, el pr¨ªncipe Carlos, su esposa Diana y Margaret Thatcher. Tambi¨¦n los ni?os. En su programa Jim lo consigue lograba que se hicieran realidad los sue?os de algunas criaturas que le escrib¨ªan cartas. Tambi¨¦n organizaba maratones para ayudar a la financiaci¨®n de reformatorios, hospitales para la infancia discapacitada y residencias para la infancia desprotegida. La reina lo nombr¨® Caballero del Imperio. Exist¨ªa la convicci¨®n por parte de todos de que era algo m¨¢s que una personalidad deslumbrante. Era, simplemente, un tesoro nacional.
Savile muere en su camita y en olor de santidad laica dos d¨ªas antes de cumplir 85. Recibe funerales de Estado. Todo cristo le llora y le a?ora. Excepto cientos de mujeres adultas a las que este viol¨® cuando eran ni?as. No abrieron su temblorosa boca entonces por comprensibles y humanas circunstancias. Pero exist¨ªan m¨²ltiples y fundadas pistas sobre las aficiones sexuales del encantador monstruo. Ninguna investigaci¨®n lleg¨® al final. Era millonario, era famoso. Pero adem¨¢s estaba protegido por el aut¨¦ntico poder. Y el lo ejerci¨® siempre. La polic¨ªa, los jueces y los medios de comunicaci¨®n desviaron la mirada. Pobres ni?as.
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