El esp¨ªritu de Balb¨ªn est¨¢ por todas partes
Si hoy todo es tertulia se debe al triunfo del esp¨ªritu del creador de ¡®La clave¡¯
De Jos¨¦ Luis Balb¨ªn se ha escrito y dicho todo. Por suerte, en vida del aludido, lo que ha dejado muy poco margen a la originalidad en los obituarios. Todos se han recreado en el humo de la pipa y en el arte de la conversaci¨®n, casi siempre para suspirar por cualquier tiempo pasado, que fue mejor, y comparar a...
De Jos¨¦ Luis Balb¨ªn se ha escrito y dicho todo. Por suerte, en vida del aludido, lo que ha dejado muy poco margen a la originalidad en los obituarios. Todos se han recreado en el humo de la pipa y en el arte de la conversaci¨®n, casi siempre para suspirar por cualquier tiempo pasado, que fue mejor, y comparar aquella Clave con los gallineros de hoy. Muy pocos han acariciado la paradoja ¡ªyo solo le he escuchado algo parecido a Carlos Alsina, el gran artista contempor¨¢neo de la conversaci¨®n tranquila¡ª de que no pueden oponerse los gritos de hoy a las parrafadas de ayer. Si hoy todo es tertulia se debe al triunfo del esp¨ªritu de Jos¨¦ Luis Balb¨ªn.
Cuando abandon¨® TVE, se acogi¨® al exilio radiof¨®nico que le ofreci¨® Mart¨ªn Ferrand en Antena 3 Radio y traslad¨® la tertulia de La clave a un medio donde apenas exist¨ªa ese g¨¦nero. Que hoy casi nadie conciba otra forma de abordar la actualidad ni en la radio ni en la tele (?ni en los podcasts!) es una victoria, tal vez p¨ªrrica, de Balb¨ªn. Lejos de traicionar su esp¨ªritu, los tertulianos de hoy lo encarnan y lo perpet¨²an. Balb¨ªn est¨¢ por todas partes, no hay un solo medio que no venere su legado cada d¨ªa.
Que las tertulias de ahora no son La clave es un clich¨¦ tan discutible como que los tomates ya no saben a tomate. No debatimos como en 1980 porque no estamos en la Espa?a de 1980, y eso no quiere decir que seamos un pa¨ªs peor. Al contrario: la pluralidad obliga a competir, y la competencia obliga a ser ¨¢giles. Quiz¨¢ hemos sacrificado el rigor y la calma en los altares del ingenio y la r¨¦plica vivaz, pero la discusi¨®n sigue vigente como herramienta fundamental de la democracia. Preocup¨¦monos cuando deje de haber tertulias.