As¨ª eran las tertulias televisivas cuando no se gritaba (pero se pod¨ªa fumar)
El programa 'La Clave' de TVE cumple cuarenta a?os y, hoy m¨¢s que nunca, es digno de ser revisado. En pleno posfranquismo, trataba temas como el marxismo, el aborto o la homosexualidad
El otro d¨ªa tuve la suerte de estar presente en el justo momento en el que el hijo de unos amigos dijo sus primeras palabras. Fueron estas.
- Oye perdona d¨¦jame terminar que yo a ti en tu turno te he dejado hablar.?
Esto es un chiste, claro, pero lo que relata bien podr¨ªa haber ocurrido dado el guirigay medi¨¢tico (tanto televisivo como intern¨¦tico) al que asistimos en los ¨²ltimos tiempos. Por eso sorprende tanto regresar a los a?ejos v¨ªdeos del programa de tertulias La clave, que cumple este a?o cuatro decenios. Algunos se pueden encontrar en esa cueva del tesoro, en ese gabinete de curiosidades, que es la web de RTVE. Tal vez lo que m¨¢s sorprenda al espectador actual es el ritmo pausado y respetuoso del debate, incluso cuando lo que se trataba era peliagudo; tambi¨¦n esa prosodia engolada que de ser utilizada hoy se?alar¨ªa a un pedante cultureta, pero que era com¨²n en aquellos a?os a la hora de hablar de las cosas serias.
Comenzaban con unos r¨®tulos pixelados que hoy resultar¨ªan muy modernos dado el regreso a la est¨¦tica de la Game Boy
All¨ª no se encontraban los continuos mohines de Paco Marhuenda o la c¨ªnica sonrisa de Eduardo Inda (que, como la de los ni?os, no tiene precio). Tampoco el "y t¨² m¨¢s", el falaz argumento ad hominem o las alineaciones sesgadas y partidistas que a veces tenemos que soportar en algunos programas de debate, sobre todo en canales como Intereconom¨ªa o 13 Tv, donde las diferentes tendencias no son justamente representadas. Por supuesto, nada que ver con los coloridos sainetes de S¨¢lvame. Si ahora la tele es superficie y espect¨¢culo, no hab¨ªa entonces nada de espectacular en la pantalla. Aunque s¨ª la determinaci¨®n de escuchar y profundizar.?
Los viejos programas de La clave, que dirigi¨® y present¨® en dos etapas el periodista Jos¨¦ Luis Balb¨ªn (una entre 1976 y 1985 y otra entre 1990 y 1993, esta vez en Antena 3), comenzaban con unos r¨®tulos pixelados (que hoy resultar¨ªan muy modernos dado el regreso a la est¨¦tica de la Game Boy) y una sinton¨ªa como de terror (compuesta por Santiago Bernaola, autor tambi¨¦n de la de Verano Azul) no se entiende muy bien por qu¨¦, pues aunque a veces los temas que se trataban en esta tertulia, como veremos, daban un poco de miedo, por lo general se hablaba de las pol¨¦micas m¨¢s candentes en aquellos a?os de la Transici¨®n (y hab¨ªa muchas). Al comienzo se pasaba una pel¨ªcula relacionada con el tema, elegida por el cr¨ªtico cinematogr¨¢fico Carlos Pumares, que m¨¢s tarde obtendr¨ªa vociferante fama televisiva en Cr¨®nicas marcianas.?
"El programa fue retirado varias veces de la parrilla y se prohibieron algunos", reza en la web de RTVE
Son notorios, por ejemplo, los programas dedicados al marxismo (en el que estaba presente Tierno Galv¨¢n y en el que se enzarzaron en una intensa discusi¨®n un jovenc¨ªsimo y soberbio Bernard-Henri L¨¦vy?y un maduro Santiago Carrillo) o al anarquismo (con la presencia de la m¨ªtica militante y exministra Federica Montseny). Otros temas impensables antes de la muerte del dictador ser¨ªan las drogas, el aborto, la pena de muerte o la homosexualidad.
La clave era una muestra de que una puerta se abr¨ªa en Espa?a y que por ese hueco entraba la luz. Caus¨® cierto revuelo un programa dedicado a un asunto del que se prefer¨ªa no hablar demasiado como el Opus Dei, y otro relacionado con la OTAN. Y aquel legendario debate dedicado a 'las folcl¨®ricas' cuando una incombustible Lola Flores dijo que tanto significaba para ella la bata de cola que deseaba que se la metieran en el ata¨²d (que le metieran en el ata¨²d la bata de cola, tuvo que explicitar). "El programa fue retirado varias veces de la parrilla y se prohibieron algunos", reza en la web de RTVE.
Sorprende que se dedicase un espacio tan serio a temas esot¨¦ricos como la brujer¨ªa o los platillos volantes
En tiempos un poquito m¨¢s esc¨¦pticos como los que vivimos tambi¨¦n sorprende que se dedicase un espacio tan serio a temas tan esot¨¦ricos como la brujer¨ªa o los platillos volantes. Pero en m¨¢s de 400 programas hubo de todo. Por all¨ª pasaron personajes de todos los colores y disciplinas como Gustavo Bueno, Julio Anguita, Fernando S¨¢nchez-Drag¨®, Alfonso Guerra, Antonio Escohotado, Blas Pi?ar, Ian Gibson, Olof Palme o Severo Ochoa. En una tertulia en torno a la figura de Lucifer participaba una se?ora que aseguraba haber sido v¨ªctima de una posesi¨®n diab¨®lica.
Lo que definitivamente diferencia este programa (y otros de la ¨¦poca) de los actuales es que entonces se pod¨ªa fumar en el plat¨® y en La clave el manejo del cigarrillo y del humo formaban parte, como un florete, de la coreograf¨ªa con la que el intelectual trataba de apuntalar sus argumentos. ?Postureo ochentero? Probablemente s¨ª. Hasta el propio director, Balb¨ªn, que gan¨® el premio nacional de Televisi¨®n el a?o pasado, fumaba en pipa, una pipa que formaba parte de su personalidad y de la del programa: aquel ambiente neblinoso acab¨® por identificarse con la l¨ªnea reflexiva del programa.
Tal vez lo que humeaba eran los engranajes de las cabezas pensantes. Podemos mirar con condescendencia los programas de La clave, poner la media sonrisa ante la ingenuidad de aquellas noches o la exacerbada curiosidad de una sociedad que se desperezaba, decir que era denso y lento, pero probablemente era una tele mejor que la que ahora se nos ofrece.
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