La f¨¢brica callejera de campeonas de halterofilia de Egipto
El documental ¡®Lift Like a Girl¡¯ se adentra en el humilde gimnasio de Alejandr¨ªa en el que un entrenador form¨® a las mejores levantadoras de pesas del pa¨ªs de la mano de su ¨²ltima gran promesa
En una polvorienta esquina, pr¨¢cticamente vac¨ªa, de una ruidosa calle en la ciudad mediterr¨¢nea de Alejandr¨ªa, en Egipto, descansa inadvertido lo que anta?o lleg¨® a convertirse en una suerte de santuario para el entrenador Ramad¨¢n. Se trata de un humilde gimnasio de halterofilia, aunque a simple vista parece poco m¨¢s que un descampado abandonado.
Pocos imaginar¨ªan que de este solar ha florecido la ¨¦lite de las levantadoras de pesas del pa¨ªs. ?l mismo un antiguo atleta ol¨ªmpico, Ramad¨¢n entren¨® aqu¨ª durante m¨¢s de 20 a?os ...
En una polvorienta esquina, pr¨¢cticamente vac¨ªa, de una ruidosa calle en la ciudad mediterr¨¢nea de Alejandr¨ªa, en Egipto, descansa inadvertido lo que anta?o lleg¨® a convertirse en una suerte de santuario para el entrenador Ramad¨¢n. Se trata de un humilde gimnasio de halterofilia, aunque a simple vista parece poco m¨¢s que un descampado abandonado.
Pocos imaginar¨ªan que de este solar ha florecido la ¨¦lite de las levantadoras de pesas del pa¨ªs. ?l mismo un antiguo atleta ol¨ªmpico, Ramad¨¢n entren¨® aqu¨ª durante m¨¢s de 20 a?os a deportistas que han amasado m¨¢s de 400 medallas, como su hija Nahla, pionera en Egipto y oro mundial, y Abir Abdel Rahman, primera mujer ¨¢rabe dos veces medallista ol¨ªmpica en este deporte.
Fue el ¨¦xito inesperado de la primera de ellas, Nahla, el que atrajo inicialmente la atenci¨®n de Mayye Zayed, entonces a¨²n una adolescente y hoy una cineasta egipcia que ha hecho de aquel gimnasio el escenario de uno de los documentales m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos a?os en Egipto, Lift Like a Girl. En ¨¦l, Zayed acompa?a de forma ¨ªntima y durante cuatro a?os a una nueva aspirante a atleta, la joven Zebiba, que sue?a en convertirse en la pr¨®xima estrella de la halterofilia de la mano de Ramad¨¢n.
¡°En 2003 yo era una adolescente y recuerdo leer en las noticias que una joven acababa de ganar el oro en el campeonato del mundo, y esa chica era Nahla Ramad¨¢n, la hija del capit¨¢n Ramad¨¢n. Le¨ª que se entrenaba en la calle con su padre, sin recursos, sin nada. Y la historia me fascin¨®¡±, recuerda Zayed, que m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s se lanz¨® a grabar el documental. ¡°En 2014 me presentaron a Ramad¨¢n y supe que continuaba entrenando a otras mujeres en mitad de la calle¡±, explica.
Una vida poco convencional
El resultado es una emotiva obra de observaci¨®n que se sumerge en la vida deportiva y en las ambiciones de Zebiba. De su mano, retrata un deporte muy poco convencional para las mujeres en Egipto, a pesar del ¨¦xito que tienen. Y explora cuestiones como la especial relaci¨®n entre un entrenador y una atleta, el empoderamiento de una chica joven a trav¨¦s del deporte, el tejido de una comunidad gracias a una idea popular e inclusiva del mismo, y la determinaci¨®n de todo un grupo para conquistar un sue?o com¨²n.
Estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto a finales del 2020, el documental se convirti¨® en el primero egipcio en Netflix, aunque no disponible en su cat¨¢logo espa?ol. ¡°Queremos dar a m¨¢s gente la oportunidad de ver sus vidas representadas en la pantalla, y estamos orgullosos de amplificar esta pel¨ªcula egipcia a nivel mundial, invirtiendo en nuevas voces y en cineastas ¨¢rabes que tienen bellas, complejas y matizadas historias que compartir con el mundo¡±, asegura Nuha Eltayeb, directora de adquisiciones de contenido para la regi¨®n de Oriente Pr¨®ximo, el Norte de ?frica y Turqu¨ªa en Netflix.
Lift Like a Girl arranca cuando Zebiba, cuyo nombre real es Asmaa Ramad¨¢n (que no tiene relaci¨®n familiar con su entrenador, aunque coincide en el apellido), tiene solo 14 a?os, y la sigue a lo largo de cuatro en un camino de sacrificios, f¨ªsicos y mentales, durante el que la joven se transforma desde una chica peque?a e introvertida hasta una brava competidora. Zebiba ten¨ªa que estar en los Juegos Ol¨ªmpicos de Tokio, pero el equipo egipcio de halterofilia fue suspendido por un caso de dopaje ajeno a ella.
¡°Era una ni?a [cuando empec¨¦ a entrenar], ten¨ªa 13 a?os. Mi prima, la capitana Esmat Mansour, era la campeona del mundo, y ella fue quien me introdujo en el campo de la halterofilia¡±, cuenta Zebiba, que contin¨²a: ¡°Ahora todav¨ªa sigo entrenando en el mismo sitio porque lo considero mi segunda casa, ya que toda mi vida est¨¢ en este lugar¡±.
La otra gran figura es la de Ramad¨¢n, que falleci¨® en 2017, durante el rodaje del documental, y al que los m¨¢s j¨®venes se refieren como capit¨¢n. ?l es un tipo humilde, con un fuerte car¨¢cter y todo pasi¨®n: enfados, gritos, insultos y repudios cuando no salen las cosas; halagos, abrazos, bailes y cantos de j¨²bilo cuando lo hacen. De alg¨²n modo, Ramad¨¢n encarna la dureza del solar de su gimnasio, que convierte en su templo, y es opuesto a Zebiba, con quien, quiz¨¢ por eso, forja una relaci¨®n especial.
¡°El capit¨¢n Ramad¨¢n no era solo un entrenador, sino mi padre y toda mi vida. Aprend¨ª de ¨¦l muchas cosas, como c¨®mo respetar a los peque?os antes que a los mayores, o c¨®mo aprender a tratar con la gente con buenas formas¡±, apunta Zebiba. ¡°Era importante para m¨ª porque vio en m¨ª algo bueno, el proyecto de un buen campe¨®n que puede alcanzar sus sue?os¡±, a?ade.
Prejuicios
Uno de los aspectos m¨¢s llamativos de la figura de Ramad¨¢n es su filosof¨ªa en cuestiones de g¨¦nero en un pa¨ªs ultraconservador y patriarcal. M¨¢s all¨¢ de su apuesta por formar a levantadoras de pesas y de su duro trato, se le puede ver dici¨¦ndole a un hombre religioso del barrio que ¡°dar prioridad a los chicos est¨¢ anticuado¡± y que ¡°las chicas tienen que ser tan fuertes como un toro¡±. Y al mismo tiempo llama a las atletas a que ¡°sean hombres¡±.
¡°Era inteligente, progresista, carism¨¢tico y convincente. No es f¨¢cil convencer a un padre o a una madre de ese barrio de que dejen a sus hijas hacer deporte¡±, se?ala Zayed, que nota, aun as¨ª, sus contradicciones, y espera que el documental abra un di¨¢logo sobre normas de g¨¦nero, en especial en el deporte, y sobre prejuicios de g¨¦nero enredados en el lenguaje.
En esta l¨ªnea, tambi¨¦n destaca la apuesta de Ramad¨¢n y del resto del grupo por un deporte popular, inclusivo y arraigado a su comunidad, incluso despu¨¦s de todos los hitos logrados. En este sentido, casi todo el documental se centra en el modesto solar donde se entrena, que para el grupo supone mucho m¨¢s que un gimnasio: se trata, en palabras de ¨¦l, de una f¨¢brica de campeones, en la que una comunidad local muy diversa se junta para apoyar y empujar a las suyas.
¡°Un d¨ªa me dijo que, despu¨¦s de que Nahla ganara el campeonato mundial, recibieron ofertas de grandes clubes deportivos de Alejandr¨ªa para que las chicas fueran a entrenar all¨ª. Pero eran para egipcios de clase media-alta, en cierto modo elitistas, y Ramad¨¢n no quer¨ªa eso. Si alguien quer¨ªa apoyar el deporte, ten¨ªa que apoyar el lugar¡±, cuenta Zayed.
¡°Y las j¨®venes que antes entrenaban all¨ª cuando eran ni?as, ahora entrenan gratis a otras chicas y chicos. En cierto modo, est¨¢n devolviendo al lugar que las form¨®, y ese es el modelo que han encontrado. Por eso sigue adelante: porque no es solo un hombre que cree en ¨¦l¡±, desliza, ¡°sino todo un grupo que cree en esto y en la importancia que tiene para ellos, para la comunidad, para el barrio, para Alejandr¨ªa y para Egipto¡±.
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