Negros
Qu¨¦ regocijo para cualquier espectador con dos dedos de frente y un poco de decencia al constatar el cabreo de Jean-Marie Le Pen cuando denunciaba que en la selecci¨®n hab¨ªa pocos franceses de pura raza
Supongo que aquellos que no pueden vivir sin banderas estar¨¢n de luto por el desastre de la selecci¨®n espa?ola. A m¨ª me da igual. Soy un ventajista que solo disfruta con la excelencia y es muy raro encontrarse con ella en este aburrido Mundial, en ese inmenso y hediondo negocio que inflama de gozo a la clientela, que otorga pasi¨®n a tantas existencias prosaicas. De cualquier forma, me supone un alivio no contemplar durante una temporada ...
Supongo que aquellos que no pueden vivir sin banderas estar¨¢n de luto por el desastre de la selecci¨®n espa?ola. A m¨ª me da igual. Soy un ventajista que solo disfruta con la excelencia y es muy raro encontrarse con ella en este aburrido Mundial, en ese inmenso y hediondo negocio que inflama de gozo a la clientela, que otorga pasi¨®n a tantas existencias prosaicas. De cualquier forma, me supone un alivio no contemplar durante una temporada el careto de Luis Enrique, ese se?or tan injustificadamente arrogante como carente de la m¨ªnima gracia.
Y contin¨²as escuchando el pat¨¦tico mantra de tantos jugadores, concentrado en: ¡°Voy a salir al campo a darlo todo¡±. O ¡°lo hemos dado todo, nos hemos dejado la piel, pero no pudo ser¡±. Deduzco en la afirmaci¨®n de estos profesionales millonarios que tambi¨¦n podr¨ªan dar solo un cuarto, o la mitad, o nada. Igualmente me sorprende, pero esto resulta grato, que en la mayor¨ªa de las selecciones europeas haya abundancia de jugadores negros o con ra¨ªces ¨¢rabes. Y te imaginas a los cr¨ªos de los inmigrantes que habitan en la periferia de las ciudades europeas, o en la depauperada ?frica, d¨¢ndole patadas a una pelota desde que nacen, sabiendo que si sobresalen podr¨¢n aspirar a encontrar un lugar en el sol, abrirse del gueto. Y qu¨¦ regocijo para cualquier espectador con dos dedos de frente y un poco de decencia al constatar el cabreo y la desolaci¨®n de Jean-Marie Le Pen cuando denunciaba que en la selecci¨®n hab¨ªa pocos franceses de pura raza, que la mayor¨ªa pertenec¨ªan a familias de inmigrantes. Pero tambi¨¦n existen se?ores de piel oscura y enriquecidos por el futbol, tipos como Neymar, Alves y Rivaldo, que muestran su incondicional apoyo a canallas sin complejos como Bolsonaro. Elemental, admirado Quevedo, poderoso es don dinero.
Samuel Eto¡¯o, aquel irreverente bocazas camerun¨¦s, solt¨® una frase antol¨®gica al ser fichado por un gran equipo: ¡°Voy a trabajar como un negro para poder vivir como un blanco¡±. Como un blanco forrado. Pues eso.
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