Cuando los esbirros de Pablo Motos te encuentran
Un subalterno llam¨® en festivo y me tuvo tres horas debatiendo sobre si procede o no que yo tenga una opini¨®n negativa sobre el Prince pelirrojo de Requena
Odio ese momento tierno y lamentable en el que un famoso del showbiz siente la llamada de la trascendencia. Cu¨¢nto bochorno innecesario. Pasas de tener a Iker Jim¨¦nez (el Scrappy Doo patrio) hablando de las caras de Belmez a encontrarle glosando alguna extravagante pesquisa geopol¨ªtica. Pero yo a Iker Jim¨¦nez le respeto porque siempre me han dicho que es buen jefe. Y una persona que se porta bien con subalternos y compa?eros es una persona que se viste por los pies. Iker se gusta. De...
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Odio ese momento tierno y lamentable en el que un famoso del showbiz siente la llamada de la trascendencia. Cu¨¢nto bochorno innecesario. Pasas de tener a Iker Jim¨¦nez (el Scrappy Doo patrio) hablando de las caras de Belmez a encontrarle glosando alguna extravagante pesquisa geopol¨ªtica. Pero yo a Iker Jim¨¦nez le respeto porque siempre me han dicho que es buen jefe. Y una persona que se porta bien con subalternos y compa?eros es una persona que se viste por los pies. Iker se gusta. De lo contrario no podr¨ªa hacer algo como Horizonte.
Otros se aman mucho m¨¢s a¨²n careciendo del buen nombre que a Iker le dan sus colaboradores. A prop¨®sito de esto, el streamer Facu D¨ªaz ha glosado el modus operandi de Pablo Motos al hilo de sus palabras sobre el humor que no le dejan hacer. Hay mucha gente ofendida por no poder re¨ªrse de enanos, gangosos y mariquitas. Lo que pasa es que Motos, si haces un chiste sobre ¨¦l o si criticas su programa, abre las ventanas de El Hormiguero y lanza a los monos voladores en tu busca. Da igual que te r¨ªas de su pinta, de sus comentarios machistas, o sus asanas en Bikram. Los esbirros de Motos te encontrar¨¢n. Te zarandear¨¢n hasta que admitas amar, aunque sea un poquit¨ªn, a su l¨ªder.
Una romer¨ªa de afectados (algunos, al parecer, amenazados) ha alzado la voz, y yo me uno a ellos. Un subalterno llam¨® en festivo y me tuvo tres horas debatiendo sobre si procede o no que yo tenga una opini¨®n negativa sobre el Prince pelirrojo de Requena. Funcion¨®. No volv¨ª a hablar de ¨¦l hasta hoy. Antes que una soterrada agresividad telef¨®nica prefiero una amenaza directa, b¨¢sicamente porque lo segundo se despacha en unos segundos. Ay, Motos¡ qu¨¦ poco te cunde el yoga.
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