No darle al ¡®me gusta¡¯ es revolucionario
Quiero animar a otros a derribar el capitalismo algor¨ªtmico por la v¨ªa de la indiferencia
Ser revolucionario nunca fue tan c¨®modo ni tan barato como en estos tiempos. Hay filosof¨ªas que consideran que dar un paseo, no tener coche, no contestar correos fuera del horario laboral o vivir en una casa con vistas a la monta?a son acciones insurrectas. Hasta la verg¨¹enza es revolucionaria, seg¨²n un libro de Fr¨¦d¨¦ric Gros publicado este a?o. Antes hab¨ªa que echarse al monte, aprender a manejar armas y arriesgar l...
Ser revolucionario nunca fue tan c¨®modo ni tan barato como en estos tiempos. Hay filosof¨ªas que consideran que dar un paseo, no tener coche, no contestar correos fuera del horario laboral o vivir en una casa con vistas a la monta?a son acciones insurrectas. Hasta la verg¨¹enza es revolucionaria, seg¨²n un libro de Fr¨¦d¨¦ric Gros publicado este a?o. Antes hab¨ªa que echarse al monte, aprender a manejar armas y arriesgar la piel literalmente (no como dicen los pol¨ªticos que se la dejan). Hoy el capitalismo se ha vuelto tan fr¨¢gil, que un se?or paseando ensimismado sin prisa puede ponerlo en jaque.
Siguiendo el esp¨ªritu de los tiempos, yo pongo mi parte boicoteando uno de los pilares del capitalismo de consumo. Les confieso que nunca respondo una encuesta de satisfacci¨®n. No pongo ni un pulgar arriba, salgo de los ba?os del aeropuerto sin valorar su limpieza y no dejo ni un comentario en los hoteles. Por supuesto, no eval¨²o nada de lo que veo en ninguna plataforma. S¨¦ que muchos se ofender¨¢n por mi radicalismo silente, pero quiero animar a otros a derribar el capitalismo algor¨ªtmico por la v¨ªa revolucionaria de la indiferencia.
Me rechifla la opci¨®n de Netflix que dice ¡°no es para m¨ª¡±. Parece un eufemismo, como si el espectador tuviera miedo de ofender al algoritmo: no me ha gustado, pero soy yo, no eres t¨². Hay matrimonios que se comunican m¨¢s con los cuestionarios de las plataformas que entre ellos. Son m¨¢s locuaces opinando en las encuestas que conversando.
Hay que acabar con ese interrogatorio. Que se esfuercen por adivinar nuestros gustos sin ayuda y que se atrevan a ense?arnos cosas que quiz¨¢ nos desagradan. Y un aviso para los tuiteros que han llegado hasta el final de esta columna: todo lo anterior se llama iron¨ªa. T¨¦nganlo en cuenta antes de ponerle un pulgar abajo en su valoraci¨®n.
Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.