Pobre ¡®True Detective¡¯: el inicio de su cuarta temporada es una nader¨ªa
Su creador, Nick Pizziolato, ha desertado. Y la responsable de la nueva tonter¨ªa se llama Issa L¨®pez. Se nota que el argumento ante todo es fiel a las cuotas
El ¨²ltimo recuerdo deslumbrante que tengo de una serie, g¨¦nero que durante una ¨¦poca de HBO se mantuvo en frecuente estado de gracia, es la primera temporada de True Detective. Qu¨¦ miedo y tensi¨®n provocaba en aquel paisaje h¨²medo y maligno, observar a aquel polic¨ªa atormentado, obsesivo, suicida, irremediablemente honesto a su pesar, que interpretaba el hipn¨®tico Matthew McConaughey, hurgando por las marismas y los pantanos de Florida para luchar contra el mal, contra ese diablo que viola y asesina a ni?os y a perdedores. El problema fue que su creador, Nic Pizzolato, no asumi¨® que hab¨ªa tocado el cielo con esa inquietante obra maestra e intent¨® prolongarla. La segunda y la tercera temporada eran tan cansinas como pretenciosas. Y el inicio de la cuarta (True Detective: Noche Polar) es una nader¨ªa.
Solo he sido testigo del primer cap¨ªtulo. Suficiente. A lo peor, empeora. Gracias a la mezquina pol¨ªtica de Movistar Plus+, plataforma de pago en la que te insertan publicidad hasta en la sopa y a la que le ha dado por programar algunas series ofreci¨¦ndote ¨²nicamente un cap¨ªtulo por semana. Tratan a su p¨²blico con imposiciones absurdas. Imagino que en nombre del mercantilismo. Deben de pensar que son los mismos y abotargados espectadores de las grimosas televisiones generalistas. A mi me hacen un favor con esa t¨¢ctica en el caso True Detective: Noche Polar. Veo con infinita desgana el arranque y renuncio definitivamente a continuar con su desarrollo.
Pizzolato ha desertado, la creadora de la nueva tonter¨ªa se llama Issa L¨®pez. Y se nota que el argumento ante todo es fiel a las cuotas. Hay asesinatos en Alaska. De mujeres, con las lenguas arrancadas. La protagonista es esa actriz extraordinaria desde que era una ni?a llamada Jodie Foster, que aqu¨ª aparece con un rostro y una imagen devastadas por el tiempo. Y el guion tiene que buscarle una hija, india y lesbiana, una compa?era negra, reivindicaciones militantes. Es transparente y leg¨ªtima la inclusi¨®n y el poder¨ªo feminista. El problema es que ese planteamiento tan de moda est¨¦ al servicio de un guion y una realizaci¨®n que no poseen el menor inter¨¦s, en los que no logras creerte nada.
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