Todo dios quiere a ¡®Querer¡¯
En mi televisor solo tengo acceso al primer cap¨ªtulo de la serie: seguir¨¦ vi¨¦ndola. A ver si descubro el sublime arte del que hablan
Recurro al consuelo en un mundo que solo admite bobamente que unos son los buen¨ªsimos y los otros los mal¨ªsimos (anda que no hay falsarios en los dos lados). Solo me adscribo al grito de mi amado Leo Ferr¨¦: ¡°Soy de otro pa¨ªs que el vuestro, de otro barrio, de otra soledad¡±. Tambi¨¦n me ayuda aquella confesi¨®n de Leonard Cohen: ¡±Como un p¨¢jaro en el alambre, como un borracho en un coro de medianoche, he intentado a mi manera ser libre¡±. Y no me olvido de l...
Recurro al consuelo en un mundo que solo admite bobamente que unos son los buen¨ªsimos y los otros los mal¨ªsimos (anda que no hay falsarios en los dos lados). Solo me adscribo al grito de mi amado Leo Ferr¨¦: ¡°Soy de otro pa¨ªs que el vuestro, de otro barrio, de otra soledad¡±. Tambi¨¦n me ayuda aquella confesi¨®n de Leonard Cohen: ¡±Como un p¨¢jaro en el alambre, como un borracho en un coro de medianoche, he intentado a mi manera ser libre¡±. Y no me olvido de la creencia de mi nada c¨ªnica madre de que el que no se consuela es porque no quiere. A lo peor que no saben c¨®mo hacerlo.
Se me ocurren estas pretenciosas tonter¨ªas cuando veo en los paneles de Movistar Plus+ la divinizaci¨®n por parte de todo Cristo, imagino que ante el gozo del marketing y de la publicidad, dos profesiones que siempre me han parecido poco de fiar, de que han estrenado una serie titulada Querer, que al parecer es lo m¨¢ximo, la cumbre del g¨¦nero. Si tienen que definir su argumento, va de la violencia de g¨¦nero y del acoso sexual. En mi televisor solo tengo acceso al primer cap¨ªtulo. Los que la glorifican imagino que la han visto entera. Detesto esa pr¨¢ctica de ofrecer las series troceadas por semanas.
Y en el arranque de ella creo que me van a ofrecer una porno. Una pareja joven se lame, se estruja y folla ardorosamente. A continuaci¨®n, una sumisa esposa denuncia a su marido por haberla violado durante 20 a?os. Se lo cuenta a la polic¨ªa y a sus at¨®nitos hijos. Aunque ella no protestara, el marido lo hac¨ªa. Y eso son cosas que se sienten, que no se pueden verbalizar. Sigo con cierto inter¨¦s el comienzo de lo que se convertir¨¢ en un proceso judicial. Percibo en ella un punto inquietante, pero nada m¨¢s. Continuar¨¦ con Querer. A ver si descubro el sublime arte del que hablan.
Tambi¨¦n finalizo la serie documental sobre Luis Enrique, individuo excesivo al que jam¨¢s le he pillado la gracia. La titulan No ten¨¦is ni *** idea, sin t¨¦rminos ominosos como puta. Movistar siempre est¨¢ pendiente de la moral y el buen gusto de sus receptores. Admito que el personaje es deslenguado, desafiante, sincero, tirando a surrealista. Pero jam¨¢s he soportado a su personaje, ni como jugador, ni como entrenador. Al parecer la productora lo encuentra irresistible. Aunque al final las tr¨¢gicas circunstancias que sufri¨® le otorgan una faceta conmovedora. Muri¨® por leucemia su ni?a de ocho a?os. Dice sentirse muy afortunado en este mundo. Su hija solo conoci¨® la felicidad y toda la familia goz¨® de ese para¨ªso junto a ella. Y cay¨¦ndome fatal el padre, percibo que se me van a saltar las l¨¢grimas.