Conspiraci¨®n y victimismo en ¡®El hormiguero¡¯ y chistes en ¡®La revuelta¡¯: la tele radiograf¨ªa
Mientras en ¡®El hormiguero¡¯ han decidido dictar sentencia sobre de qu¨¦ se puede y c¨®mo se puede hablar (la actualidad solo prevalece si los chistes los hacen otros), en ¡®La revuelta¡¯ han hecho lo que mejor saben hacer: re¨ªrse de todo y de todos
Cuando Pedro Piqueras salt¨® de la radio a la televisi¨®n, su jefa, Pilar Mir¨®, entonces directora general de RTVE, le dio un consejo: ¡°Mira, Pedrito, muy atento a la c¨¢mara. La c¨¢mara es algo maravilloso, pero tienes que tener en cuenta que una c¨¢mara no te hace una fotograf¨ªa. Una c¨¢mara te hace una radiograf¨ªa. Puedes enga?ar a la c¨¢mara unos d¨ªas, unas semanas, un mes, pero no mucho m¨¢s¡¯¡±.
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Cuando Pedro Piqueras salt¨® de la radio a la televisi¨®n, su jefa, Pilar Mir¨®, entonces directora general de RTVE, le dio un consejo: ¡°Mira, Pedrito, muy atento a la c¨¢mara. La c¨¢mara es algo maravilloso, pero tienes que tener en cuenta que una c¨¢mara no te hace una fotograf¨ªa. Una c¨¢mara te hace una radiograf¨ªa. Puedes enga?ar a la c¨¢mara unos d¨ªas, unas semanas, un mes, pero no mucho m¨¢s¡¯¡±.
En La revuelta no s¨¦ si conocen el consejo que le dio al periodista ya jubilado la primera directora general de su casa, pero han triunfado gracias a ¨¦l. La berrea, el jueves pasado, fue la m¨¢xima expresi¨®n de su naturalidad, de su transparencia. ?Por qu¨¦ no contar lo que hay detr¨¢s de bambalinas y que se esconde deliberadamente? Y la reacci¨®n, en el programa de este lunes, a toda la polvareda levantada estos d¨ªas, no es m¨¢s que una prolongaci¨®n de ese mismo esp¨ªritu.
Ese mismo esp¨ªritu, guas¨®n y de fair play, trasciende la grabaci¨®n y ha hecho que el equipo de La revuelta haya quedado esta noche para ver El hormiguero mientras alrededor de dos millones de personas ¡ªimagino, que no soy yo Kantar Media¡ª est¨¢bamos viendo su programa. Y no es que quieran darle audiencia a sus rivales despu¨¦s de la exposici¨®n que les hicieron la semana pasada.
La mejor manera de comprobar que no hay trampa ni cart¨®n en ese esp¨ªritu ha ocurrido en un momento aparentemente anodino en el programa. Cuando han presentado a Rigoberta Bandini, la primera invitada de la noche, la cantante ha tratado de reproducir el bramido de un ciervo durante la berrea. Y acto seguido, de forma genuinamente espont¨¢nea ¡ªes imposible preparar algo tan descompensado¡ª, desde el p¨²blico se han empezado a escuchar distintos sonidos de animales. No es la rebeli¨®n en la granja que Orwell imagin¨®, pero es la prueba del algod¨®n: en la era en la que las mentiras vuelan, no sobra recordar que la naturalidad y el humor tambi¨¦n son contagiosos.
Y con esa misma fidelidad a su identidad, han cerrado el programa con Ra¨²l Cimas, el autor del segmento c¨®mico que tanto se ha reproducido estos d¨ªas en los que se montaba una f¨¢bula violenta contra El hormiguero cuya gracia radicaba en su absurdo. Mientras tanto, en El hormiguero, Pablo Motos, el 25-N, ceba que va a hablar de una agresi¨®n que ha sufrido su equipo. Y, muy digno, ha explicado que ¨¦l ha tolerado todas las mofas y befas que se han hecho sobre ¨¦l sin decir nunca nada, algo contrario a la versi¨®n de tantos humoristas que han declarado haber recibido llamadas por parte del entorno de El hormiguero despu¨¦s de haber hecho chistes sobre Pablo Motos y a la suya propia, puesto que claro que ha utilizado su propio programa para defenderse en m¨¢s de una ocasi¨®n. Y, acto seguido, procede a alimentar la teor¨ªa conspiranoica de la cortina de humo y a acusar a La revuelta de haber deformado la realidad, como si lo importante de todo este asunto fuera si en La revuelta pudieron o no grabar una entrevista a Jorge Mart¨ªn, sino que haya quedado al descubierto una pr¨¢ctica cuestionable y lejos de ser puntual por parte de El hormiguero.
Mientras en El hormiguero han decidido dictar sentencia sobre de qu¨¦ se puede y c¨®mo se puede hablar (la actualidad solo prevalece si los chistes los hacen otros), en La revuelta han hecho lo que mejor saben hacer: re¨ªrse de todo y de todos. Ten¨ªa raz¨®n Pilar Mir¨®: la tele radiograf¨ªa.