Disparo en el pie de ¡®El hormiguero¡¯, la desesperaci¨®n no es un malentendido
Hay que tener muy poca confianza en uno mismo para montar un esc¨¢ndalo nacional porque un medio rival entreviste a un motorista antes que t¨²
Najwa Nimri confes¨® en La revuelta estar vetada por El hormiguero; Mario Casas reconoci¨® que, si iba antes a La revuelta, en El hormiguero se enfadaban; Ana Mena agend¨® un d¨ªa con La revuelta y El hormiguero, con el que ya hab¨ªa acordado una entrevista, le ofreci¨® un ¨²nico d¨ªa a la artista: el que hab¨ªa comprometido con La revuelta (la artista hizo El hormiguero, pero al d¨ªa siguiente por clamor popular se salt¨® su agenda, que la llevaba a Valencia, y acudi¨® a La revuelta). Aunque nadie se esperaba las audiencias de David Broncano en TVE, las cl¨¢usulas y exigencias del sistema montado durante a?os por El hormiguero en el circuito de colaboradores y entrevistados no son nuevas, ni desconocidas, ni escandalosas, ni exclusivas de ellos (sobran ejemplos en radio o televisi¨®n en la historia), solo que ahora se le ven m¨¢s las costuras sobre el celo al que obedecen: a las inseguridades propias de quien prefiere pinchar las ruedas de su competidor antes que correr contra ¨¦l, se une la desesperaci¨®n. Y eso es nuevo.
Esto va de la tr¨¢gica desesperaci¨®n de tenerlo todo y querer cambiarlo por un poco m¨¢s: con eso se ha hecho buena literatura y malos programas de entretenimiento; generalmente la cosa se acaba pudriendo porque no se puede hacer gracia si sabemos que est¨¢s enfadado con el mundo. La misma desesperaci¨®n que lleva a Motos a cometer errores de c¨¢lculo como los de este jueves, consecuencia de a?os de comportamientos impunes: levantar, literalmente, a un invitado que ya estaba sentado en el camerino de La revuelta para ser entrevistado. Hay que tener muy poca confianza en uno mismo para que te d¨¦ un ataque de p¨¢nico e impedir a toda costa, provocando un esc¨¢ndalo morrocotudo, que el programa rival entreviste a un motorista, que ha salido ya en todas partes, antes que t¨². Las motos van a seguir teniendo dos ruedas la pr¨®xima semana, Jorge Mart¨ªn no iba a resolver en directo delante de Broncano la conjetura de Hodge. Pero de lo que se trata es de exhibir poder y ejercerlo, por placer a ratos y por c¨¢lculo otros.
Aqu¨ª explicaci¨®n de lo que ha pasado hoy. pic.twitter.com/tQc2S2iAhL
— La Revuelta (@LaRevuelta_TVE) November 21, 2024
No, no es lo mismo manejar un trasatl¨¢ntico y dedicarse con ¨¦l a monitorizar tuits y mon¨®logos por Madrid para re?ir y amedrentar a quienes hacen chistes sobre Pablo Motos, ni levantarle invitados durante a?os a competencia de audiencia marginal, que enfrentarte a un programa que emite 20 minutos de una berrea de ciervos y se queda a unas d¨¦cimas de tu entrevista a Hugh Grant. Lo que hizo Broncano el jueves fue no callar. Callar es importante y muchas veces necesario en un mundo ¨Cel del dinero, al fin y al cabo¨C de intereses y contrapesos tan delicados. Te puede sostener la gente un tiempo, pero no todo el tiempo no toda la gente, por eso cuesta hablar y no molestar no ya a Motos, que no durar¨¢ toda la vida, sino a un grupo que ma?ana te puede dar un premio literario, un programa o un papel en una pel¨ªcula. Quiz¨¢ Motos no calcul¨® que Broncano se hartar¨ªa si lo dejaba sin show una noche. Quiz¨¢ lo calcul¨® y le dio igual. Espa?a est¨¢ muy en esas ¨²ltimamente (lean Malismo, de Mauro Entrialgo). Y en t¨ªos gritando ¡°mam¨¢, ?la cima del mundo!¡±, subidos a una gasolinera en llamas y rodeados por el FBI: un malentendido sin importancia. Hay que sentirse bien, claro que s¨ª.
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