Videoan¨¢lisis | ¡°Paco Gento era el jugador que levantaba al p¨²blico de sus asientos¡±
El presidente de Honor de AS repasa la trayectoria del ¨²nico ganador de seis Copas de Europa
¡°Gento y Di Stefano sub¨ªan el ¨¢nimo del locutor cuando entraba en juego¡±, recuerda Alfredo Rela?o. El periodista mantuvo una cercana relaci¨®n con Paco Gento como director del diario AS, y antes lo pudo ver jugar en el estadio Santiago Bernab¨¦u, cuando empezaba en la profesi¨®n. El c¨¢ntabro ten¨ªa una punta de velocidad endiablada, llegando a ser apodado ¡°la galerna del Cant¨¢brico¡±. Pese a un arranque en el Real Madrid algo dubitativo tras su traspaso del Racing de Santander, que Rela?o compara con el actual jugador de la plantilla Vinicius Jr, pronto se consolid¨® en el equipo en el que jug¨® durante 17 a?os, en los que conquist¨® 12 Ligas y seis Copas de Europa, siendo el ¨²nico jugador de la historia en ostentar este ¨²ltimo galard¨®n.
En el v¨ªdeo que acompa?a a esta noticia, Rela?o repasa su trayectoria en el club blanco y su valor para la instituci¨®n. Adem¨¢s de un jugador de ¨¦poca, prob¨® suerte en los banquillos donde lo fue demasiado bien. Pero el Real Madrid supo hacer honor a sus esfuerzos sobre el campo ofreci¨¦ndole la posici¨®n de Presidente de Honor, sucediendo a Alfredo Di Stefano tras su muerte. El argentino fue su compa?ero en el campo junto a otros mitos como el h¨²ngaro Ferenc Puskas, marcando una ¨¦poca que pas¨® a la historia, con Santiago Bernab¨¦u como presidente.
Rela?o se muestra seguro en su videoan¨¢lisis de que el actual dirigente del club, Florentino P¨¦rez, encontrar¨¢ la forma de honrar su memoria. ¡°Despu¨¦s de Di Stefano y de Bernab¨¦u es la figura m¨¢s importante de la historia del Real Madrid¡±, asegura. Cuando se le pregunta por sus los ¨²ltimos d¨ªas del jugador, fallecido a los 88 a?os, el periodista lo define como afable y feliz con muy poco: ¡°Lleg¨® a desarrollar una especie de ataraxia. Con cuatro amigos, la partida del domin¨® y pasear al perro le bastaba. ?l pensaba que no necesitaba nada m¨¢s¡±.