Propaganda Z: qu¨¦ significa el s¨ªmbolo que aparece en tantas im¨¢genes de la guerra en Ucrania
Ha saltado de los veh¨ªculos militares a las calles de Rusia y esta letra, que no forma parte del alfabeto cir¨ªlico, es ya el signo de apoyo a la invasi¨®n
La invasi¨®n rusa de Ucrania tiene un s¨ªmbolo que ha trascendido a la guerra sobre el terreno. Es la letra zeta y la exhiben los defensores de Putin y su agresi¨®n. En este v¨ªdeo, explicamos c¨®mo este signo, que no forma parte del alfabeto cir¨ªlico, ha saltado de los tanques a la calle y c¨®mo la propaganda del Kremlin ha apostado por una nueva bandera para apuntalar su nacionalismo. Jos¨¦ Mar¨ªa Faraldo, profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, cuyo doctorado trat¨® sobre el nacionalismo ruso, explica c¨®mo la zeta llena el vac¨ªo que hab¨ªan dejado otros s¨ªmbolos comunistas en el pasado. ¡°Ten¨ªan un gran problema porque no pod¨ªan usar la hoz y el martillo. Ahora Putin ha conseguido un s¨ªmbolo que le funciona¡±.
La ¡®Z¡¯ en la calle, en las redes y en la televisi¨®n
El v¨ªdeo tambi¨¦n hace un repaso por todos los escenarios donde se ha podido ver la zeta. En las calles de Mosc¨², en vallas publicitarias e, incluso, pintada en los coches. En redes sociales, se a?ade en forma de etiquetas para exhibir el apoyo a Rusia e incluso RT, la cadena internacional de televisi¨®n financiada con dinero ruso, vende camiseta con la letra convertida en merchandising. Fuera de las fronteras de Rusia ha llegado hasta una manifestaci¨®n prorrusa en Belgrado, y en Doha, Ivan Kuliak la llev¨® en su camiseta para subirse al podio de la copa del mundo de gimnasia art¨ªstica, donde tambi¨¦n estaba el ucranio Illia Kovtun, que hab¨ªa ganado el oro.
¡°La propaganda para Rusia ha sido esencial¡±, a?ade Faraldo. ¡°Primero en relaci¨®n con la guerra de Crimea y luego en Ucrania. La propaganda ha conseguido hacer creer a buena parte de la poblaci¨®n que en Ucrania gobiernan nazis¡±. Esto se puede ver en la televisi¨®n rusa, donde cualquier mensaje que se desv¨ªe del discurso oficial corre el riesgo de ser silenciado.