Leo Harlem: ¡°Un aburrido y un tonto es lo mismo¡±
El c¨®mico, de 60 a?os, ¨²ltimo Premio Berlanga del Humor y actor de ¨¦xito en las taquilleras comedias de Santiago Segura, inicia una gira de actuaciones por Espa?a con Ana Morgade y Eva Hache como anfitrionas
Diluvia tras los cristales de la cafeter¨ªa pecera del C¨ªrculo de Bellas Artes en el primer d¨ªa de aut¨¦ntico oto?o tras el eterno verano madrile?o. Dentro, en medio de la bulliciosa multitud, Leo Harlem apura un caf¨¦ antes de pedir, y obtener, del encargado del local, encantado de reconocerlo, permiso para retirarnos a una zona m¨¢s tranquila donde poder hablar sin que la grabadora estalle. El entrevistado detesta el ruido, confiesa. Toda clase de ruido. Por eso, para evitar soniquetes e invasiones de su espacio lleva un Nokia antediluviano en el bolsillo y tiene otro en casa por si se le estropea. Es toda la conexi¨®n que necesita. Lo otro ¡°es spam para hoy y hambre para ma?ana¡±, bromea. O no tanto.
?Se cree muy gracioso?
No especialmente, me considero m¨¢s ocurrente que otra cosa. Pero lo cierto es que desde cr¨ªo he hecho gracia. Imitaba a los profesores, lo apostillaba todo, los amigos se re¨ªan y, como me gusta que la gente se lo pase bien, no escatimo. Pero en mi vida normal soy muy callado, puedo estar d¨ªas sin salir de casa ni hablar con nadie.
?Entonces, en qui¨¦n se inspira para recrear a los personajes de sus mon¨®logos?
A ver, no soy asocial. Paseo, voy al mercado, salgo a tomar vinos con los amigos, pero soy muy selectivo. No me gusta el postureo, ni los estrenos, ni estar permanentemente conectado, las redes sociales me la traen al pairo. Pero yo vivo de la observaci¨®n. Me fijo mucho en todo y en todos.
?Desde que era camarero?
Y antes, de panadero, donde trabajaba los veranos. Los a?os de camarero me convalidan Psicolog¨ªa. Desarrollas un instinto para calar al personal fij¨¢ndote en c¨®mo entra, c¨®mo se sienta, c¨®mo trata a quien sirve. Ahora que no hay mili, los j¨®venes deber¨ªan trabajar un a?o de cara al p¨²blico, donde te toque: una churrer¨ªa en Toledo, una zapater¨ªa en Guadalajara, una tintorer¨ªa en Sevilla. Eso educa m¨¢s que muchos cursos universitarios. Ahora entra alguien y te digo de qu¨¦ pie cojea.
?Y nunca se equivoca?
Puedo equivocarme, pero el porcentaje es m¨ªnimo. Con 12 a?os detr¨¢s de una barra tengo la carrera y el m¨¢ster.
?Cu¨¢l cree que es su sello c¨®mico?
La naturalidad. Que hablo de lo que conozco. Tengo 60 tacos, he vivido unos cambios espectaculares y mi humor se basa en mi estupefacci¨®n, en que ni me adapto ni quiero adaptarme a todo. Hay cosas fant¨¢sticas, pero tambi¨¦n mucha tonter¨ªa. Soy un anfibio que naci¨® en la tierra y solo me meto en el mar digital de vez en cu¨¢ndo, y cuando me interesa. Entonces, cuento lo que me pasa a m¨ª, y eso conecta con lo que le pasa a la gente de mi edad, y se r¨ªen. ?C¨®mo no se van a re¨ªr?
?Y los j¨®venes, se r¨ªen?
Pues algunos s¨ª y otros no, supongo. Pero seguro que en m¨ª ven a sus padres y se r¨ªen de eso. Yo tengo muchos problemas con lo digital. Pero no solo de manejo, sino de concepto. Te compras un cacharro y lo primero que te pide es que lo actualices. C¨®mo lo vas a actualizar, si acabas de comprarlo. ?Y las contrase?as? Para recordarlas y que no te las roben, tienes que tirar de cuaderno. Te tienes que poner t¨² la gasolina y no te descuentan ni un c¨¦ntimo. No puedes hablar con un humano en ninguna centralita. Mira, me pongo enfermo. Yo voy por la v¨ªa de servicio, que me adelante quien quiera.
El cr¨ªtico de cine Javier Oca?a le compar¨® como actor con el desaparecido Paco Mart¨ªnez Soria. ?Le ofende o le halaga?
Nunca me tomo nada de forma personal y, para m¨ª, eso es un piropo, porque Paco me hace much¨ªsima gracia. Abuelo made in Spain, por la tem¨¢tica, podr¨ªa ser una pel¨ªcula de Ingmar Bergman, luego todo est¨¢ en los detalles. Entiendo que mis pel¨ªculas no son El s¨¦ptimo sello, pero, para m¨ª, el cine deber¨ªa ir m¨¢s por el Ministerio de Industria que por el de Cultura, por la cantidad de empleo que genera. El cine es un organismo. El cerebro, digamos, es la ¨¦lite. Pero hay una parte nutricia: el est¨®mago, los pulmones, el h¨ªgado, que cumplen funciones vitales para mantenerlo vivo.
?Era muy empoll¨®n de ni?o?
Empec¨¦ Arquitectura y luego hice un par de a?os de Derecho, pero me puse a trabajar porque era buen estudiante, pero el horario me pillaba mal. Que era vago, vamos. Ahora, siempre he le¨ªdo y leo much¨ªsimo. Leer te da vocabulario, y eso te permite ser mas preciso. Las palabras importan, y mucho, en la comedia. Y el ritmo. En el humor, el ritmo lo es casi todo. El p¨²blico es inteligente y soberano y no pasa una. La risa ni se compra ni se vende.
?Es peor ser aburrido o tonto?
Un tonto y un aburrido es lo mismo. El tonto aburre y se aburre porque, por no tener, no tiene ni inter¨¦s por las cosas. Humor e inteligencia suelen ir unidos.
?Con qui¨¦n prueba sus textos antes de representarlos?
Con nadie. A veces, he grabado directamente lo que he escrito la noche antes sin ni siquiera ensayarlo.
Eso es confianza en s¨ª mismo.
Bueno, aparte de que lo dejo todo para el final, tengo una especie de radar. Me viene de no s¨¦ d¨®nde, y funciona. Cuando act¨²o estoy muy concentrado, pero, a la vez, estoy pensando en otra cosa. Tengo en la cabeza varias opciones, y, seg¨²n el p¨²blico y, si no cuela una, cuela otra. Me disocio en dos. Uno me dice frena, otro, acelera.
Hay quien le tacha de cu?ao en escena.
S¨ª, y no pasa nada. El cu?ao tiene que existir. No todo son familias monoparentales. Soy un poco cu?ado en el sentido de ayudar, de enterao, t¨² me dices que necesitas uno y yo te mando un fontanero que es un fen¨®meno. Y luego, soy muy mand¨®n. En una cena, por ejemplo, alguien tiene que pedir las raciones. Yo te organizo una mesa de 12 personas para que ni sobre ni falte de nada y todos se queden contentos. Si eso es ser cu?ao, lo soy.
Tambi¨¦n le llaman se?oro.
En absoluto. Cada vez me gusta m¨¢s trabajar con mujeres. Mis compa?eras humoristas son espectaculares en directo. Igual que hay hombres que no me hacen ninguna gracia. Mi papel en algunos mon¨®logos es hacerme el machito y hay quien no distingue a la persona del personaje. La exageraci¨®n tambi¨¦n es humor.
?Se autocensura mucho?
S¨ª, claro. Hay cosas que se hac¨ªan hace 20 a?os y ahora no puedes, porque no tienen gracia. A m¨ª no me importa renunciar a seg¨²n qu¨¦ cosas. Si alguien se pone tenso, para m¨ª no es humor, y no me merece la pena. Pero luego est¨¢ el extremo contrario, como no poder hacer un chiste de un accidente porque a alguien se le muri¨® alguien en la carretera.
?Qu¨¦ no le hace gracia?
El humor cruel, cuando se ceba con personas que no se pueden defender. Y tampoco soporto la mala educaci¨®n ni el ruido.
?El humorista nace o se hace?
Hacer re¨ªr es muy dif¨ªcil y, sinceramente, creo que es un don natural. De hecho, hay escuelas de actores, pero no de c¨®micos. No hace falta ser gracioso todo el rato, ni estar todo el d¨ªa de cachondeo. Es tener la palabra y el gesto justos en el momento y el tono justo. Eso se tiene o no se tiene. El t¨ªo m¨¢s gracioso que conozco es un carnicero que act¨²a en su carnicer¨ªa y, si se lanzara al escenario, nos retiraba a todos.
Bueno, usted ya es el mayor del elenco de Mentes peligrosas.
Est¨¢ todo calculado. En un par de a?os me jubilo.
?No le toca esperar a los 67?
Llevo 42 cotizados, perdona. Y ya te digo yo que no me voy a aburrir. Tengo miles de cosas que hacer. Pero sin madrugar. Ya he pasado todo el sue?o que ten¨ªa que pasar en mi vida.
MENTES PELIGROSAS
Es el título de la gira que Leonardo González Feliz (Matarrosa del Sil, León, 60 años), Leo Harlem para la escena, inicia por grandes auditorios españoles junto a otros grandes humoristas de varias generaciones, como Carolina Iglesias y Luis Piedrahita, con Eva Hache y Ana Morgade como anfitrionas. González Feliz -"me encanta mi apellido, ahí hay algo del destino- empezó Arquitectura y Derecho, antes de que la "vagancia" le llevara a dejar las clases para ganarse la vida como camarero y, tras años de barra, decidiera hacer su profesión de su don natural para provocar la risa ajena. Dueño de un estilo costumbrista, donde mandan la hipérbole y la caricatura en la construcción de arquetipos anónimos, pero reconocibles, Harlem compagina desde hace tiempo su carrera como monologuista con su faceta de actor en la saga de comedias familiares de Santiago Segura. Le comparan con Paco Martínez Soria. No le disgusta.
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