NRx: el movimiento (subterr¨¢neo) que quiere cargarse la democracia
Creen que la democracia es un error y que la igualdad no es un fin deseable. Consideran que hay que gobernar el Estado como una empresa, con un presidente imperial y tecnoautoritario. El movimiento neorreaccionario NRx ya ha conseguido filtrar sus ideas en la derecha populista de Trump y en Silicon Valley
El futuro podr¨ªa ser una neomonarqu¨ªa ultracapitalista e hipertecnol¨®gica. Es lo que propone, lejos de otros imaginarios futuristas m¨¢s extendidos, el movimiento de la neorreacci¨®n (NRx), tambi¨¦n conocido como la Ilustraci¨®n oscura. Considera que la democracia liberal es un error y que la igualdad no es un fin deseable. Todo es una farsa. Aboga por el tecnoautoritarismo: la sociedad debe regirse por un rey / consejero delegado (CEO), como una empresa muy jerarquizada de la que los ciudadanos ser¨ªan los accionistas. Son ideas, rodeadas de un halo underground, oscurantista y sombr¨ªo, que tienen conexi¨®n con la alt-right y podr¨ªan infiltrarse en el pr¨®ximo gobierno de Donald Trump a trav¨¦s de los magnates de Silicon Valley.
Las ideas ilustradas de racionalidad y progreso ya hab¨ªan sido criticadas con anterioridad por la Escuela de Fr¨¢ncfort o los posmodernos: aquellos (en apariencia) luminosos ideales hab¨ªan llevado al control y la dominaci¨®n, a la justificaci¨®n del colonialismo, a la sofisticaci¨®n tecnol¨®gica de la guerra o a la destrucci¨®n de la naturaleza. La NRx es una cr¨ªtica a la Ilustraci¨®n desde posiciones de ultraderecha: si la ilustraci¨®n en ingl¨¦s se dice iluminaci¨®n (enlightenment), la Ilustraci¨®n oscura (dark enlightenment) es un inquietante ox¨ªmoron que propone una mezcla del Antiguo R¨¦gimen con la ideolog¨ªa de Silicon Valley para llegar a una soluci¨®n pragm¨¢tica, pero elitista, que restaure el orden y la estabilidad en tiempos turbulentos. ¡°En su opini¨®n, si el mercado no es democr¨¢tico desde un punto de vista igualitario, si en el mercado Elon Musk y yo jam¨¢s seremos iguales¡ ?Qu¨¦ sentido tiene la democracia?¡±, explica Jaime Caro, doctor en Historia e investigador de la extrema derecha y tambi¨¦n parte del equipo de discurso de Sumar.
La NRx es subterr¨¢nea: no tiene l¨ªderes visibles, ni organizaciones s¨®lidas, ni el respaldo de think tanks. Sus ideas afloran en concentraciones conservadoras, podcasts o blogs marginales. ¡°Ser¨ªa dif¨ªcil encontrar a m¨¢s de un pu?ado de personas fuera del movimiento conservador que conozca estas ideas¡±, dice Mike Wendling, autor de Alt-right: La derecha alternativa. De 4chan a la Casa Blanca (Antonio Machado Libros, 2023), ¡°pero, en cierto modo, eso es una ventaja¡±. La verdadera influencia de la neorreaci¨®n no es su presencia como tal, sino la manera en la que, sibilinamente, se ha infiltrado en diferentes ¨¢mbitos, desde el citado Silicon Valley hasta el movimiento MAGA (Make America Great Again) de apoyo a Trump, pasando por el universo de las criptomonedas o el propio Partido Republicano. ¡°Elon Musk es el ejemplo m¨¢s notable, pero hay muchos otros. Estas personas tienden a creer que son los amos del universo y quieren menos regulaci¨®n al tiempo que desean aprovechar los contratos gubernamentales¡±, dice Wendling. La creciente visi¨®n de la poblaci¨®n migrante como mano de obra temporal y transitoria en vez de la idea tradicional de aquellos que llegan persiguiendo el sue?o americano tambi¨¦n tiene raigambre neorreacionaria.
El ingeniero Curtis Yarvin, uno de sus promotores, presume de que su postura es siempre la opuesta a la de Chomsky
Fruto de la desafecci¨®n conservadora
Movimientos como la NRx surgen de la desafecci¨®n por la derecha tradicional estadounidense iniciada en los ¨²ltimos compases del mandato de George W. Bush, tras la guerra de Irak y al calor del colapso econ¨®mico. ¡°Estas circunstancias parec¨ªan indicar que la versi¨®n de Bush del conservadurismo estaba desacreditada y abr¨ªan una oportunidad para alternativas de derecha¡±, explica George Hawley, profesor de la Universidad de Alabama y autor de The Alt-right, what Everyone Needs to Know, de Oxford University Press (La alt-right, lo que todos necesitamos saber, sin traducci¨®n al espa?ol). De ese caldo de cultivo surgi¨® el movimiento Tea Party que luego enfrent¨® con virulencia a Barack Obama en una deriva libertariana y populista, pero no muy alejada del marco habitual. Paralelamente comenzaban a aparecer las ideas neorreaccionarias m¨¢s marginales, convencidas de que la derecha tradicional era incapaz de lograr cambios estructurales.
Es f¨¢cil imaginar a Curtis Yarvin por aquellos tiempos en una habitaci¨®n en penumbra, iluminado por la pantalla del ordenador, d¨¢ndole a la tecla con ansias de transgresi¨®n. Es un ingeniero inform¨¢tico neoyorquino, exprogresista (perdi¨® su ¡°confianza¡±), y hasta entonces desconocido, que comenz¨® a desarrollar el corpus ideol¨®gico bajo el seud¨®nimo de Mencius Moldbug, en su blog Unqualified Reservations (reservas sin matices), inaugurado en 2007. En ese espacio Moldbug promete ¡°curar tu cerebro¡±, ofreci¨¦ndole al lector una p¨ªldora roja (en referencia la pel¨ªcula Matrix) que le liberar¨¢ de las ideas del pensador de izquierdas Noam Chomsky (el autor presume de que su postura ante cualquier asunto es la opuesta a la de Chomsky).
Se declara, en cambio, seguidor de Thomas Carlyle, fil¨®sofo escoc¨¦s del siglo XIX, que desconfiaba de la igualdad y la democracia y propon¨ªa un ¡°gobierno de los h¨¦roes¡±, los individuos excepcionales que protagonizan la historia y deben guiar a la sociedad (como los hombres hist¨®ricos de Hegel, que encarnan el zeitgeist, es decir, el esp¨ªritu de su ¨¦poca). El influjo del anarcocapitalista alem¨¢n contempor¨¢neo Hans-Hermann Hoppe o del neofascista filonazi y ocultista Julius Evola tambi¨¦n hizo al ingeniero desconfiar de la democracia y explorar alternativas autoritarias y mon¨¢rquicas. En esa l¨ªnea escribe el propio Moldbug: ¡°Nuestro problema es la democracia. La democracia es una forma de gobierno peligrosa y maligna que tiende a degenerar, a veces lentamente y otras con una rapidez impactante y desgarradora, en tiran¨ªa y caos¡±.
Trump ser¨ªa un h¨¦roe mesi¨¢nico destinado a salvar al pa¨ªs de ese Estado Profundo, considerado pederasta y sat¨¢nico
La victoria de Trump en 2016, con sus maneras autoritarias, su alejamiento de los valores conservadores establecidos y su desaf¨ªo a los medios de comunicaci¨®n y a las normas pol¨ªticas, parec¨ªa estar en sinton¨ªa con los postulados de la NRx y probablemente colabor¨® a alentar esas ideas. La NRx cree que es preciso combatir un conglomerado que ejerce el control ideol¨®gico, bautizado como la Catedral (algo as¨ª como la hegemon¨ªa gramsciana), donde se re¨²nen los medios, las universidades, etc¨¦tera, para mantener el statu quo. La p¨ªldora roja que ofrece Yarvin, ya un icono de esta derecha disidente, es la que ayuda a escapar de esta matrix. Aunque la propuesta de la NRx, bien pensado, no se diferencia mucho del futuro dist¨®pico descrito en la ciencia ficci¨®n ciberpunk: grandes corporaciones que dominan una sociedad hipertecnologizada. Una tecnocracia tremendamente desigual, que tambi¨¦n recuerda al tecnofeudalismo, en el que el poder se concentra en grandes corporaciones de las que la ciudadan¨ªa depende para los aspectos m¨¢s fundamentales de su vida.
Curar al Estado de la democracia
La Catedral es una idea que conecta con la noci¨®n de Deep State (Estado Profundo) que manejan teor¨ªas de la conspiraci¨®n como QAnon. En este marco, Trump ser¨ªa un h¨¦roe mesi¨¢nico que vendr¨ªa a salvar a Estados Unidos de ese Estado Profundo (considerado pederasta y sat¨¢nico) y de la ¡°ci¨¦naga¡± de Washington. ¡°La NRx tambi¨¦n est¨¢ conectada con la alt-right en cuanto a las ideas de supremacismo blanco y antifeminismo¡±, apunta Caro, ¡°aunque la NRx tiene un car¨¢cter m¨¢s elitista y menos popular que la derecha alternativa¡±. Yarvin ha ca¨ªdo en opiniones supremacistas blancas, le ha quitado hierro al nazismo o ha sugerido que algunas razas son m¨¢s propicias a la esclavitud que otras, aunque por lo general el foco de la NRx est¨¢ m¨¢s puesto en lo tecnol¨®gico y lo libertariano. Y aun procediendo de esas ideas libertarianas y de la escuela austriaca de econom¨ªa (como seguidor de Friedrich Hayek), reconoce que el Estado no puede ser eliminado, pero ¡°por lo menos puede ser curado de la democracia¡±, seg¨²n escribe Nick Land.
Este exc¨¦ntrico y oscuro fil¨®sofo brit¨¢nico, creador de textos alucinados de teor¨ªa-ficci¨®n y considerado origen del aceleracionismo (un caldo de cultivo del que tambi¨¦n surgi¨® otro c¨¦lebre pensador: Mark Fisher), fue quien, en una segunda fase de su pensamiento, tom¨® las ideas de Yarvin y las desarroll¨® bajo el nombre de Ilustraci¨®n oscura, a?adi¨¦ndole toques de futurismo transhumano. La Ilustraci¨®n oscura coincide en ese neocameralismo en el que se gobierna un Estado como una empresa, en busca de la m¨¢xima eficiencia y rentabilidad y sin tener que constre?irse al cortoplacismo democr¨¢tico. Cada Estado luchar¨ªa por retener a sus clientes y tratar de que no se fueran, descontentos, a otro Estado. ¡°Land insiste en que la democracia es un mal y expone un darwinismo social muy fuerte¡±, explica Caro, ¡°la gente no es fuerte, es dependiente de los dem¨¢s. El mejor sistema de gobierno es un Estado controlado por corporaciones tecnol¨®gicas, en el que deber¨ªas comprar m¨¢s acciones para tener m¨¢s voz¡±.
Peter Thiel, cofundador de PayPal, es otro de los pilares del movimiento, como ferviente financiador de Yarvin y la neorreacci¨®n desde sus inicios. El magnate de Silicon Valley tambi¨¦n ha financiado al Seastanding Institute, fundado por Patri Friedman (nieto del pope neoliberal Milton Friedman), que pretende crear utop¨ªas anarcocapitalistas en islas y plataformas mar¨ªtimas situadas en aguas internacionales, donde, como en el neocameralismo de Yarvin, los modos de gobernanza evolucionen en competencia seg¨²n una l¨®gica de mercado. ¡°No creo que democracia y libertad sean compatibles¡±, escribi¨® el multimillonario, en 2009, en un texto para el think tank libertariano Instituto Cato.
Thiel es, adem¨¢s, el gran padrino de J. D. Vance, pr¨®ximo vicepresidente de los Estados Unidos (que adem¨¢s es seguidor de Yarvin). Steve Bannon, que fuera gur¨² de Trump, tambi¨¦n ha tenido contactos con el fundador de la NRx. Estas conexiones dan una idea de lo cerca que la neorreacci¨®n puede estar del pr¨®ximo Gobierno en la Casa Blanca, mientras el conservadurismo tradicional sigue tratando de encontrar su sitio. ¡°Es cierto que Vance muestra familiaridad con las ideas de la NRx¡±, explica Hawley. ¡°Es menos evidente que estas ideas impulsen su filosof¨ªa de gobierno, aunque est¨¢ claro que est¨¢ menos enamorado del conservadurismo tradicional que muchos otros l¨ªderes republicanos. No tengo informaci¨®n privilegiada para confirmar esto, pero sospecho firmemente que Trump no tiene ning¨²n conocimiento sobre la NRx¡±.
Influencia neorreaccionaria
Est¨¢ por ver la influencia que tendr¨¢ el vicepresidente en el nuevo Gobierno, aunque el mayor impacto de la NRx se podr¨ªa dar en el ¨¢mbito de la regulaci¨®n tecnol¨®gica y de las criptomonedas, que podr¨ªan ser m¨¢s flexibles. ¡°M¨¢s generalmente, los neorreaccionarios est¨¢n entusiasmados con la perspectiva de una presidencia imperial, donde el poder se concentra en manos de un solo hombre, con pocos controles y equilibrios sobre ese poder¡±, se?ala Wendling. Un poder que seguramente ser¨¢ puesto en solfa por los gobiernos progresistas locales y estatales, y tambi¨¦n por los sectores republicanos moderados.
No son muchas personas las que conocen a estos autores y estas ideas, que mantienen cierta p¨¢tina transgresora. ¡°Sin embargo, algunas de ellas, a menudo de forma parcial y sin citar el autor, circulan en redes cada vez m¨¢s. Su influencia es creciente: baste pensar que empresarios tan poderosos e influyentes como Thiel o Musk las promueven¡±, dice el historiador Steven Forti, autor de Extrema derecha 2.0 (Siglo XXI, 2021). El caldo de cultivo es favorable porque los algoritmos favorecen la difusi¨®n de contenido extremista. Las teor¨ªas de la conspiraci¨®n, con sus soluciones simples a la complejidad, suelen encontrar adeptos. Y la simpat¨ªa por los l¨ªderes autoritarios crece al tiempo que la desafecci¨®n por la democracia. ¡°?Resulta tan extra?o, por consiguiente, que haya gente que empiece a creerse estas teor¨ªas?¡±, se pregunta Forti.
La Ilustraci¨®n sigue siendo enemiga de la extrema derecha en el siglo XXI, como se ve en el caso de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, o el fil¨®sofo nacionalista ruso Alexander Dugin, y como lo fue en el siglo XX para el fil¨®sofo de extrema derecha Julius Evola o para el fundador del movimiento ultra franc¨¦s Nouvelle Droite, Alain de Benoist. Aunque el neoliberalismo, con su fomento del individualismo y la competitividad y su deterioro de lo com¨²n, tambi¨¦n ha hecho mella en los valores de bienestar social y fraternidad ilustrados. Al aumentar la desigualdad, ha desvirtuado los valores democr¨¢ticos.
¡°La NRx dice abrazar el colapso de Occidente y las fuerzas del caos; pero, como ha escrito Claudio Kulesko, esas fuerzas del caos son algo que ni ellos mismos podr¨ªan controlar¡±, concluye Federico Fern¨¢ndez Giordiano, editor de algunas obras de Nick Land en el sello Holobionte. ¡°Su error es pretender extraer un orden premoderno y cameralista del futuro; pero el caos siempre produce novedad, y por tanto su trayectoria no puede fijarse en ninguna configuraci¨®n del pasado¡±. Y a?ade: ¡°Sea lo que sea lo que surja del caos (o del colapso del orden mundial), no ser¨¢ lo que ellos esperan¡±.
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