Franco no se lo merece
Cientos de hijos de exiliados espa?oles se movilizan para que Francia retire al dictador la Legi¨®n de Honor
Jean Oca?a sali¨® clandestinamente de Espa?a en agosto de 1947 para reunirse con su padre, un exiliado espa?ol afincado en Francia tras haber sufrido a?os de detenci¨®n en Argel¨¦s (Francia) y Mauthausen (Austria). Hoy es un franc¨¦s de 76 a?os que ha emprendido (y ganado) m¨¢s de una guerra para que se rinda honor a los republicanos espa?oles. Hace unos d¨ªas peg¨® un brinco en su asiento mientras le¨ªa el libro de un periodista, Gilbert Grellet, Un verano imperdonable, sobre la guerra civil. Por ¨¦l supo que Francia otorg¨® a Francisco Franco la Legi¨®n de Honor y que nunca se la retir¨®. A su batalla para privarle de esa distinci¨®n se ha unido una quincena de asociaciones que representan a 1.500 hijos de exiliados.
Un verano imperdonable relata la negativa del Reino Unido y Francia a ayudar a la Rep¨²blica Espa?ola contra los militares golpistas en 1936. Ah¨ª cuenta Grellet que Franco fue condecorado en 1928 con la Legi¨®n de Honor, primero como oficial y m¨¢s adelante, en 1930, como comendador. La propuesta fue de Philippe P¨¦tain, presidente la Francia colaboracionista entre 1940 y 1944. ¡°Franco es indigno de tal condecoraci¨®n¡±, dicen las asociaciones. ¡°Los cr¨ªmenes contra la humanidad no prescriben¡±, argumenta Jean Oca?a para intentar convencer a las autoridades galas de que la Gran Canciller¨ªa de la Legi¨®n de Honor retire la medalla a t¨ªtulo p¨®stumo. ¡°Va en contra de nuestro reglamento¡±, aducen en esta instituci¨®n. ¡°El que es privado de la condecoraci¨®n debe tener la oportunidad de defenderse¡±.
El expediente con la petici¨®n espa?ola est¨¢ en manos de la Gran Canciller¨ªa, pero tambi¨¦n en la oficina del Primer Ministro y la Secretar¨ªa de Estado de los Antiguos Combatientes y de la Memoria. ¡°Lo estamos analizando¡±, explican en este ¨²ltimo departamento. ¡°Nos encontramos con dos problemas. El primero, el reglamento interno de la instituci¨®n. El segundo, el hecho de que el Gobierno espa?ol nunca nos lo haya pedido ni tampoco haya retirado condecoraci¨®n alguna al general Franco. Hacerlo nosotros ser¨ªa enmendarle la plana a otro pa¨ªs, lo que es inc¨®modo¡±.
Oca?a esgrime en su petici¨®n la resoluci¨®n de la ONU de 1946 que tachaba al franquismo de r¨¦gimen fascista y la condena por parte del Consejo de Europa en 2006 por sus violaciones de los derechos humanos. Los reparos de las autoridades galas no desaniman a Oca?a. En 2010 se public¨® un decreto que permite a la Gran Canciller¨ªa condecorar a t¨ªtulo p¨®stumo. ¡°No tiene sentido que se aleguen normas de la ¨¦poca de Napole¨®n. Se puede aplicar la regla de 2010¡±, explica. ¡°Nunca es demasiado tarde para reconsiderar una decisi¨®n como esta¡±.
Los hijos de los exiliados espa?oles no van a rendirse f¨¢cilmente. Oca?a logr¨® al cabo de los a?os que en su ciudad natal, Albacete, levantaran un monumento a los 94 albacete?os muertos en Mauthausen. Tambi¨¦n, que su peque?o hermano muerto en 1940 dispusiese de una placa en el cementerio de la ciudad, donde est¨¢ enterrado en una fosa com¨²n por ser ¡°hijo de rojo¡±. Los que viven en Francia est¨¢n logrando multitud de reconocimientos por sus servicios a este pa¨ªs en los ¨²ltimos tiempos. Los supervivientes de La Nueve, por ejemplo, tienen desde el a?o pasado un jard¨ªn en el Ayuntamiento de Par¨ªs en su memoria. La Nueve es la compa?¨ªa formada casi en su totalidad por republicanos espa?oles, la primera en llegar a Par¨ªs para liberar la ciudad en agosto de 1944. Hace cuatro a?os tambi¨¦n recibieron la Legi¨®n de Honor.? ¡°Quitarle la medalla a Franco es rendir honor a los principios de la Rep¨²blica Francesa¡±, concluye Oca?a.
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