El acuario que naci¨® de una fuga de agua, s¨ªmbolo de resiliencia de una calle de Brooklyn

A veces uno se topa con sucesos m¨¢gicos como este que lleva en su sello la fuerza creativa y fascinante de la comunidad. Todo comenz¨® a principios de agosto a partir de que los vecinos de Bed-Stuy, en Brooklyn, tuvieran que presenciar a diario un hecho enervante; como es pasar todos los d¨ªas junto a una boca de incendios con fugas que estaba inundando la calle, en la intersecci¨®n de Hancock y la avenida Tompkins. A pesar de la gentrificaci¨®n que afecta a toda la ciudad de Nueva York y tambi¨¦n impacta el barrio, a¨²n se necesita una inversi¨®n p¨²blica significativa para reparar y mejorar ciertas ¨¢reas del vecindario. No obstante, la respuesta de un grupo de amigos liderado por Hajj Malik-Lovick, de 47 a?os y residente de toda la vida en Bed-Stuy, fue extraordinaria. Decidieron convertir el problema en una oportunidad para alegrar a la comunidad, transformando un signo de abandono en un estanque con peces y utilizando su creatividad para tornar el infortunio a su favor.

Debido a la cantidad de agua que ya hab¨ªa ca¨ªdo de la boca de incendios en el alcorque, pod¨ªa decirse que era propiamente un estanque, solo necesitaban peces. Como cuenta The New York Times, el grupo se encamin¨® a una tienda de animales local y compraron cincuenta carpines dorados, que vertieron en el alcorque que pas¨® a convertirse en un estanque urbano. A partir de ah¨ª todo fue surgiendo org¨¢nicamente gracias a las diferentes aportaciones de los vecinos: conchas, caracolas, figuras, animales, piedras de colores.

La inaudita iniciativa vecinal caus¨® furor en internet, donde gan¨® popularidad r¨¢pidamente y se hizo viral en redes sociales. El estanque es ahora protagonista de numerosos comentarios que combinan locuacidad y diversi¨®n, celebrando con humor su existencia, como por ejemplo incluy¨¦ndolo entre las ocho maravillas de Nueva York.

No obstante, el universo online tambi¨¦n atrajo muchos detractores, mayoritariamente activistas que criticaron a los fundadores por promover la crueldad hacia los animales. A los pocos d¨ªas de que el estanque se diera a conocer, dos j¨®venes se llevaron treinta de los peces en lo que denominaron ¡°un rescate¡±, considerando que viv¨ªan en condiciones de hacinamiento y no podr¨ªan sobrevivir.

Desde entonces el estanque cuenta con luces y c¨¢maras de seguridad. Tambi¨¦n se dispuso un cartel donde puede leerse ¡°Por favor, no toques ni te lleves nuestros peces. Son solo para ver. Est¨¢s siendo vigilado¡±. Cuando una semana despu¨¦s otra mujer se present¨® con un tupperware, con la misma intenci¨®n de llevarse a los peces, tanto los voluntarios como los visitantes presentes en el estanque en ese momento se lo impidieron.

Tambi¨¦n el Departamento de Protecci¨®n Ambiental de Nueva York ha intentado acabar con el proyecto y seg¨²n informa el peri¨®dico local Brooklyn Paper, ha cerrado en varias ocasiones en las ¨²ltimas semanas la fuga que se produjo en la boca de incendios. No obstante la determinaci¨®n de la comunidad es fuerte y los creadores del estanque la vuelven a abrir reiteradamente.

Los vecinos del barrio defienden con fervor lo que se ha convertido en su peque?o santuario, y cada vez hay m¨¢s voluntarios que se han ofrecido tanto para cuidar a los peces como para vigilar el estanque. La noche del 26 de agosto tuvo lugar un acto de vandalismo que, con un sorprendente grado de inquina, destruy¨® el estanque por completo. Vaciaron el agua, murieron y desaparecieron peces, y hasta destrozaron los objetos decorativos, como las conchas. Como muestra de resiliencia, los defensores del estanque lo reconstruyeron.

Un mes despu¨¦s de que la aventura diera comienzo, el estanque urbano sigue en pie. La zona est¨¢ constantemente rodeada de un c¨ªrculo de admiradores. En la pared que hay junto al estanque hay un cartel en el que puede leerse ¡°Bed-Stuy Aquarium¡± (el acuario de Bed-Stuy) y una hoja con un c¨®digo QR para que todo aquel interesado en contribuir al mantenimiento de la atracci¨®n, pueda hacer donaciones.

El pasado domingo, ante los rumores de que el estanque no pudiera mantenerse por mucho m¨¢s tiempo debido a que requiere una vigilancia constante para que no sea vandalizado y la inminente llegada del oto?o, se aglutinaba quiz¨¢ m¨¢s gente de lo habitual. Una mezcla de razas, familias, parejas, ciclistas, locales y turistas. Los ni?os hac¨ªan fila para que un globoflexista les regalara una figura de l¨¢tex de una ca?a de pescar. En el estanque no solo nadaban pececillos sino que se hab¨ªa creado un universo de fantas¨ªa desbordante donde conviv¨ªa Hello Kitty con submarinistas, tortugas de pl¨¢stico, caracolas, flores y plantas acu¨¢ticas artificiales, una carabela, un drag¨®n y un cofre con un tesoro. Era dif¨ªcil encontrar a alguien que no pasara por all¨ª y sonriera ante la genialidad.

Puede que no dure mucho. Los peces est¨¢n a merced de gatos callejeros, p¨¢jaros, roedores y de las inclemencias del tiempo. Pero el estanque urbano ha evolucionado hasta convertirse en un s¨ªmbolo significativo para la comunidad local. Ya no es un mero espacio de recreo; ahora representa una se?a de identidad y un emblema de unidad y resistencia.

La comunidad cuenta con apoyos y ha lanzado una campa?a de recaudaci¨®n de fondos en GoFundMe, logrando recaudar ya 3,075 de los 5,000 d¨®lares que se han propuesto como objetivo. Con los fondos conseguidos conf¨ªan en poder instalar un sistema de plexigl¨¢s y filtraci¨®n para proteger a los peces del fr¨ªo. Adem¨¢s cuentan con merchandising, desde que dos creativos fascinados con la invenci¨®n decidieran apoyar la causa creando miniaturas del estanque, camisetas e incluso colgantes con la boca de incendios rota para destinar a la causa los fondos obtenidos. En la p¨¢gina web creada en honor al estanque se explica que la intenci¨®n de los vecinos es expandir el movimiento que se ha creado hasta conseguir un espacio para ni?os sin ¨¢nimo de lucro. ¡°Tu donaci¨®n ayudar¨¢ a los ni?os de nuestra comunidad con magia, ciencia y amor¡±.