Diario de invierno
A veces hay suerte
Ayer por fin me robaron. El ※por fin§ no se refiere a que haya sido una experiencia agradable, sino a que ahora puedo empatizar con mis conciudadanos desde la experiencia
Nuevos pobres
Cada d赤a hay m芍s gente viviendo en la calle. Cerca de mi casa hay una autopista y debajo viven personas de manera rotativa: suelen ser familias
Mi barrio
El crep迆sculo que ti?e el barrio de colores desconocidos me recuerda por qu谷 me gusta el suroeste de Buenos Aires
Aguas rebeldes
La primera inundaci車n de mi casa fue en 2008, el agua sal赤a a borbotones de la rejilla como de la garganta de un monstruo mitol車gico
La ciudad que enfurece
Los profesores universitarios est芍n de huelga. Los trabajadores del subterr芍neo, tambi谷n. No es posible llegar a ninguna parte porque, para colmo, es v赤spera de festivo
Qu谷 lindo ser rica
Estoy en completo desacuerdo con mi yo juvenil y, en un giro hacia el argentinismo m芍s patente, quiero una casa propia
El final definitivo de la juventud
El deterioro de mi gata 'Emily' me golpea como un choque de trenes
El verde de la cofrad赤a
Las mujeres argentinas perdimos la votaci車n en el Senado para legalizar la ley de aborto, no hubo manera de atravesar la cortina de hierro de la supuesta fe religiosa
Aqu赤 hace fr赤o
No tengo el humor de nada parecido, no puedo fingir bienestar. El sol no alcanza a atravesar la humedad helada de agosto en Buenos Aires