Afro y l¨ªder social en Colombia: la doble muerte de Nilson Vel¨¢squez y el subregistro de la poblaci¨®n negra
La llegada de Francia M¨¢rquez al poder abre una oportunidad para corregir los errores que han invisibilizado a la poblaci¨®n negra en el pa¨ªs
A inicios de este a?o, las comunidades negras del sur del Choc¨® denunciaron un etnocidio. La primera semana de enero, hubo un desplazamiento masivo (por lo menos 140 familias) y fue asesinado Nilson Vel¨¢squez Gil, un hombre de 51 a?os. Las bases de datos de las organizaciones sociales que se esfuerzan por llevar las estad¨ªsticas, en una tarea que deber¨ªa ser del Estado, lo contaron como otro l¨ªder social m¨¢s asesinado en el pa¨ªs m¨¢s letal para ser activi...
A inicios de este a?o, las comunidades negras del sur del Choc¨® denunciaron un etnocidio. La primera semana de enero, hubo un desplazamiento masivo (por lo menos 140 familias) y fue asesinado Nilson Vel¨¢squez Gil, un hombre de 51 a?os. Las bases de datos de las organizaciones sociales que se esfuerzan por llevar las estad¨ªsticas, en una tarea que deber¨ªa ser del Estado, lo contaron como otro l¨ªder social m¨¢s asesinado en el pa¨ªs m¨¢s letal para ser activista. Pero Nilson era mucho m¨¢s que un defensor de derechos humanos, era un l¨ªder negro, que hist¨®ricamente hab¨ªa trabajado por su comunidad. ¡°Podemos afirmar que las comunidades negras del r¨ªo San Juan est¨¢n cada vez m¨¢s en alto riesgo de extinci¨®n f¨ªsica y cultural: es decir, hay un etnocidio en curso¡±, denunci¨® en un comunicado Acadesan, una organizaci¨®n ¨¦tnico- territorial, que lleva a?os promoviendo, entre otras cosas, la titulaci¨®n colectiva de tierras a las comunidades afrodescendientes en esa regi¨®n de Colombia.
La noticia apenas fue registrada por medios locales y por el portal Verdad Abierta, pero en las cifras, el asesinato de Nilson y los que siguieron se contaron como otros l¨ªderes m¨¢s, y la variante ¨¦tnico-racial no apareci¨®. ¡°Estas comunidades tienen muchas carencias en relaci¨®n con los derechos econ¨®micos y sociales, que se ven agravadas por estos hechos¡±, afirm¨® entonces Acadesan.
Dayana Blanco, directora de ILEX Acci¨®n Jur¨ªdica, una organizaci¨®n que trabaja por los derechos de las comunidades afro en Colombia, reconoce que recoger datos sobre la violencia que sufren los l¨ªderes en el pa¨ªs no es nada f¨¢cil porque hay que hacerlo en medio de un conflicto que sigue vigente y el peso de esta labor ha quedado en manos de la sociedad civil que ha hecho un esfuerzo m¨¢s all¨¢ de sus capacidades para intentarlo ante el vac¨ªo del Estado.
¡°Gracias a las organizaciones civiles tenemos cifras, pero no todas incluyen la variante ¨¦tnico- racial. La pregunta que nos hacemos es por qu¨¦ si la mayor¨ªa de violaciones de derechos humanos en el pa¨ªs ocurre en Choc¨®, en el Valle del Cauca, en Nari?o, en zonas con poblaci¨®n sobre todo negra, esto no se ve reflejado en las cifras¡±, cuestiona Dayana, a prop¨®sito de la publicaci¨®n C¨®mo superar el amplio subregistro de las violencias contra l¨ªderes y lideresas afro en Colombia, una investigaci¨®n en la que tambi¨¦n particip¨® la Asociaci¨®n de Mujeres Afrodescendientes del Norte del Cauca (ASOM) y con la que buscan trazar l¨ªneas para empezar a sanar el subregistro de la poblaci¨®n negra en las estad¨ªsticas.
¡°Con la llegada de Francia M¨¢rquez hay una conversaci¨®n en torno a la raza, al color de la piel, que nunca se hab¨ªa dado. Nunca se hab¨ªa dado tanto micr¨®fono a este tema, pero la conversaci¨®n debe ir m¨¢s all¨¢. Este pa¨ªs no ha reconocido los aportes de la poblaci¨®n afro y cu¨¢les han sido las luchas para llegar, como lleg¨® Francia, a posiciones de poder¡±, reflexiona la abogada. Las luchas de las que habla empiezan, como empez¨® Francia, en los territorios.
¡°Los liderazgos afro suelen ser territoriales, por lo general asociados a consejos comunitarios. En el caso de un l¨ªder ambiental negro, no solamente se trata de alguien que defend¨ªa un pedazo de tierra, sino toda una forma de vida, asociada a lo que significa ser negro en Colombia. Alrededor de ¨¦l exist¨ªa un tejido social¡±, dice la directora de ILEX, que reconoce que la invisibilidad estad¨ªstica, as¨ª como la violencia policial, es un problema compartido por la poblaci¨®n afrodescendiente en todo el mundo, pero en el caso particular de Colombia se agrava por la intensidad de la violencia atravesada por el conflicto armado.
El subregistro en las cifras de l¨ªderes sociales es evidente. En el documento de ILEX y ASOM se?alan, por ejemplo, que el 37% de los 128 asesinatos a defensores de derechos humanos de enero a agosto, seg¨²n las bases de datos de organizaciones de la sociedad civil, ocurrieron en territorios de la regi¨®n Pac¨ªfico, pero las bases de datos solo dan cuenta de seis v¨ªctimas pertenecientes a la poblaci¨®n afrodescendiente. La situaci¨®n se repite en los informes de violaciones al derecho a la vida de las personas defensoras, l¨ªderes y lideresas publicados por algunas entidades estatales.
¡°Aunque no todos los sistemas de monitoreo presentan esta falla, lo cierto es que varios siguen juntando las categor¨ªas causa e identidad ¨¦tnico-racial, lo que arroja como resultado una invisibilidad de las identidades ¨¦tnico-raciales. Con frecuencia, defensores/as afrodescendientes quedan incluidos en otras categor¨ªas como l¨ªderes ambientales. Creemos que, as¨ª como el universo de v¨ªctimas se discrimina con la categor¨ªa sexo/g¨¦nero, del mismo modo deben poder ser identificadas las personas afrodescendientes, ind¨ªgenas y poblaci¨®n mayoritaria o mestizos¡±, explica el documento.
¡°?Si no tengo la caracterizaci¨®n del problema, c¨®mo lo soluciono?¡±, se pregunta Blanco, que se?ala que la categor¨ªa identitaria no solo impacta un n¨²mero sino la respuesta a un problema. ¡°El Estado tiene la obligaci¨®n legal de recoger datos que incluyan lo ¨¦tnico- racial y ha fallado¡±, lamenta. La prensa tambi¨¦n ha fallado. ¡°Los medios, que se convierten muchas veces en una fuente para las organizaciones que llevan las cifras, deber¨ªan tener en cuenta la identidad de las personas que han sido violentadas y no solo la causa de su liderazgo¡±.
Alejandro Taba, encargado del ¨¢rea de monitoreo de riesgos y violencias a comunidades negras de ASOM, dice por tel¨¦fono desde el norte del Cauca que ignorar el componente racial en las cifras no solo afecta a la v¨ªctima, sino a quienes se sienten representados en esos liderazgos que desaparecen, primero con sus asesinatos y luego en las estad¨ªsticas. ¡°La mayor problem¨¢tica es la falta de una pol¨ªtica social y p¨²blica que busque transformar la realidad de las comunidades negras, que son las que m¨¢s sufren la violencia. Este pa¨ªs es muy racista y aunque se han logrado avances, las instituciones no han reconocido que hay afectaciones particulares que se concentran solo en las poblaciones negras¡±. Taba pone como ejemplo el asesinato de Edgar Quintero en mayo pasado. ¡°Su muerte fue presentada como la de un campesino, pero era un l¨ªder afro. De nuevo, se volvi¨® a invisibilizar la lucha de las comunidades negras y el peligro que representa para esas comunidades ejercer cualquier liderazgo¡±.
El riesgo a un etnocidio que a inicios de a?o denunciaban las comunidades del Choc¨® no se ha visto reflejado en las cifras, pero s¨ª en la realidad que se vive en estas poblaciones. La primera semana de este mes, la v¨ªctima fue el l¨ªder afro Fredy Mena Oreg¨®n. Era vicepresidente del consejo comunitario y representante legal de la comunidad de La Playa, en Llor¨®, tambi¨¦n en Choc¨®. All¨ª fue secuestrado la noche del 8 de octubre por hombres armados y encapuchados, que asaltaron el lugar en el que estaba y se lo llevaron. Un d¨ªa despu¨¦s fue encontrado muerto. M¨¢s de 200 habitantes de ese peque?o pueblo en el Pac¨ªfico tuvieron que huir, acorralados por el miedo. Si hab¨ªan matado a uno de sus l¨ªderes, sus vidas tambi¨¦n estaban peligro.
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