La apuesta de la reforma laboral por formalizar el trabajo dom¨¦stico
El proyecto, de ser aprobado, obligar¨¢ a los empleadores a tener contratos escritos para contrarrestar la precariedad en la que trabajan miles de mujeres
Claribed y Berta cuentan que desde antes de ser mayores de edad se vieron forzadas a trabajar en el servicio dom¨¦stico en diferentes ciudades del pa¨ªs. A los 14 a?os, Claribed fue obligada a emplearse con una familia ajena, y Berta comenz¨® a hacerlo a los 16 a?os, cuando no encontr¨® otra opci¨®n para subsistir. Sus historias son las de miles de mujeres en Colombia que han dedicado la mayor parte de su vida a ser empleadas dom¨¦sticas y a hacerlo en condiciones de informalidad. Un art¨ªculo de la reci¨¦n radicada reforma laboral abre una esperanza para erradicarla. Exige que los contratos de estas trabajadoras sean escritos, no orales, y obliga a los empleadores a depositarlos en el Ministerio de Trabajo para que este pueda conocerlos y hacerles seguimiento.
El ajuste busca ayudar a una poblaci¨®n mayor a la de todos los habitantes del Quind¨ªo. De acuerdo con la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Departamento Nacional de Estad¨ªstica (DANE), en 2019 aproximadamente 687.000 personas trabajaban en servicios remunerados del hogar, de las cuales el 95% eran mujeres. La misma encuesta en 2017 arroj¨® que el 61% de las trabajadoras dom¨¦sticas ganaba menos de un salario m¨ªnimo, algo que es ilegal, y que el 77 % recib¨ªa alimentos como forma de pago. Muchas de esas mujeres eran j¨®venes y ni?as. As¨ª lo denunci¨® hace una d¨¦cada el entonces ministro del Trabajo, Rafael Pardo: ¡°Sorprende que alrededor de 1.000 ni?as entre 10 y 14 a?os se desempe?an en estos oficios en condici¨®n de internado¡±.
Ante ese panorama tan complejo, la presidenta de la Uni¨®n Afrocolombiana de Trabajadoras del Servicio Dom¨¦stico, que agrupa a m¨¢s de 1.200 trabajadoras de servicios del hogar, cree que aprobar ese art¨ªculo ser¨ªa clave para su gremio: ¡°Nos esperanza mucho que haya quedado en la reforma, pues la tasa de informalidad en el sector del trabajo dom¨¦stico es alt¨ªsima. Somos conscientes de que la formalizaci¨®n no mejora porque no hay contratos escritos¡±, explica Claribed Palacios Garc¨ªa.
Como en el caso de Claribed, varios estudios han demostrado que ese trabajo lo realizan mujeres, usualmente pobres o vulnerables. En todo el mundo, las mujeres, ni?as y j¨®venes que son empleadas dom¨¦sticas suelen tener un origen migrante o provenir de contextos violentos. Mayoritariamente realizan labores remuneradas de cuidado en los lugares a los que se ven forzadas a desplazarse.
Sus garant¨ªas laborales han ido incrementando lentamente en Colombia. En los a?os setenta se aplicaba un art¨ªculo del C¨®digo Sustantivo del Trabajo que no exim¨ªa a las ni?as y j¨®venes de prestar servicios dom¨¦sticos nocturnos. En 2016 se aprob¨® la ley que les otorga el derecho a la misma prima de servicios que tienen todos los trabajadores. A¨²n as¨ª, para muchas de estas mujeres esa norma no pas¨® del papel, e incluso para las que s¨ª, siguen haciendo falta otros derechos.
Para Berta Villamizar, quien lleva 42 a?os en este oficio y pertenece a la Intersindical de Trabajadoras Dom¨¦sticas, lograr la aplicaci¨®n eficaz ser¨¢ otro de los retos, pero resalta que ya es un progreso que haya leyes expl¨ªcitas que regulen su oficio: ¡°Nuestra lucha va ser para leer a profundidad y divulgar esta reforma de una manera pedag¨®gica¡±. Villamizar espera que se genere conciencia entre los empleadores: ¡°Esperamos que cumplan. El trabajo dom¨¦stico para los empleadores ha sido ¡®una colaboraci¨®n¡¯ o ¡®una ayuda¡¯, cuando lo que hacemos es extenuante y el pago es m¨ªnimo¡±.
La reforma sostiene la aplicaci¨®n del Convenio 189 de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), que Colombia ratific¨® en 2012 y en el que se comprometi¨® a implementar ¡°medidas con el fin de lograr que el trabajo decente sea una realidad para trabajadoras y trabajadores dom¨¦sticos¡±.
En esa misma l¨ªnea de protecci¨®n a las empleadas dom¨¦sticas, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) establece otro avance. Se trata de incluir, en un programa nacional de gesti¨®n de la salud y la seguridad en el trabajo, ¡°una estrategia de inspecci¨®n, vigilancia y control a los hogares que contraten servicios de cuidado¡±. En otras palabras, que el trabajo dom¨¦stico pueda tener las mismas visitas o revisiones que tienen los trabajos en comercios, oficinas o f¨¢bricas.
Para Palacios, esos dos avances se deben articular. ¡°La exigencia de contratos escritos deber¨ªa funcionar como un engranaje con lo que se establece en el PND. Esperamos que en el Congreso se mantenga, solo as¨ª ser¨¢ posible garantizar los derechos laborales de las trabajadoras dom¨¦sticas en Colombia¡±, dice. Y sugiere que ser¨ªa un buen precedente. En Am¨¦rica Latina, para 2013 y seg¨²n la OIT, una de cada siete mujeres se dedicaba a este oficio.
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