El ¨²ltimo miedo del padre que persigui¨® tres d¨¦cadas al asesino de su hija: ¡°Temo que huya¡±
Brasil rectifica y falla a favor de la extradici¨®n a Colombia del asesino de Nancy Mestre, que se encuentra en libertad.
Esta es la historia de dos hombres que han dedicado las ¨²ltimas tres d¨¦cadas de su vida a prop¨®sitos encontrados. Mart¨ªn Mestre a buscar al asesino de su hija para verlo en prisi¨®n. Y Jaime Saade a esconderse del padre de la joven que mat¨® en 1994 para no pisar la c¨¢rcel. Durante a?os, fue como perseguir a un fantasma, el segundo siempre la gan¨® la batalla al primero. Era como si la tierra se lo hubiera tragado la misma noche del crimen. Hasta 2020. Ese a...
Esta es la historia de dos hombres que han dedicado las ¨²ltimas tres d¨¦cadas de su vida a prop¨®sitos encontrados. Mart¨ªn Mestre a buscar al asesino de su hija para verlo en prisi¨®n. Y Jaime Saade a esconderse del padre de la joven que mat¨® en 1994 para no pisar la c¨¢rcel. Durante a?os, fue como perseguir a un fantasma, el segundo siempre la gan¨® la batalla al primero. Era como si la tierra se lo hubiera tragado la misma noche del crimen. Hasta 2020. Ese a?o Mestre localiz¨® a Saade en Brasil despu¨¦s de una b¨²squeda que parece sacada del guion de una pel¨ªcula.
- He sido como Forrest Gump, que se sentaba en la parada del autob¨²s y le contaba su cuento al que llegaba. Yo he procurado mantener viva la historia de Nancy Mariana todo este tiempo. Se la he contado a todos los polic¨ªas, a todos los comisarios que han ido pasando.
Mart¨ªn cae desfondado en el sof¨¢ de su casa en Barranquilla y mira su tel¨¦fono vibrando sobre la mesa. Hace 24 horas, la Corte Suprema de Brasil rectific¨® un fallo anterior y orden¨® la extradici¨®n de Saade a Colombia. Nunca hasta ahora el caso hab¨ªa estado tan cerca de resolverse. Todo el mundo quiere hablar con este protagonista involuntario de una pelea contra el tiempo de la justicia, para evitar la prescripci¨®n de la condena, y contra el suyo propio, pues acaba de cumplir 81 a?os. El tel¨¦fono no dejar¨¢ de zumbar en todo el d¨ªa. ¡°Estoy muy cansado¡±, confiesa. Siente que lleva 29 a?os hablando todo lo que ten¨ªa que hablar.
Para Mart¨ªn ayer siempre es el 1 de enero de 1994. Un d¨ªa que se le ha quedado grabado en la memoria como si acabara de suceder, del que recuerda hasta el olor a gasolina de su coche cuando sali¨® de madrugada a buscar a su hija. Una historia que empieza con la b¨²squeda desesperada de un padre por las discotecas de Barranquilla en el amanecer del primer d¨ªa del a?o y acaba con la b¨²squeda de un asesino. A Nancy Mariana la encontr¨® a las pocas horas en una cl¨ªnica, inconsciente por un tiro que le hab¨ªa atravesado la cabeza. A Saade lo localiz¨® 26 a?os despu¨¦s, convertido en Henrique dos Santos Abdala, casado y con dos hijos, en Belo Horizonte (Brasil), como si nada hubiera pasado.
Encontrarlo parec¨ªa la meta, pero la realidad es que a Mart¨ªn nunca le ha salido nada a la primera. Cuando la Interpol detuvo a Saade, el tr¨¢mite parec¨ªa sencillo. Colombia solicitar¨ªa la extradici¨®n y Brasil lo entregar¨ªa. La Corte Suprema de Brasil, contra todo pron¨®stico, fall¨® en contra. Dos jueces votaron a favor y dos consideraron que el delito ya hab¨ªa prescrito. Un quinto magistrado se encontraba ausente ese d¨ªa y se decidi¨® que el empate beneficiaba al condenado. Saade volvi¨® a ser libre, Mart¨ªn pens¨® que hasta ah¨ª hab¨ªa llegado.
La casa que Mart¨ªn comparte con su esposa Lina y desde la que se ve el r¨ªo Magdalena est¨¢ llena de im¨¢genes religiosas. Una virgen, una estampita con un Cristo o un rosario rojo sobre la mesilla explican esa fe que le da a Mart¨ªn una aparente paz a pesar de todo lo vivido. ?l cree que, gracias a su papel de Forrest Gump, a lo largo de todo este tiempo se le han ido apareciendo ¡°¨¢ngeles¡± que le han ayudado a no dar nunca el caso por perdido. La ¨²ltima de esos ¨¢ngeles es la abogada barranquillera Margarita R. S¨¢nchez, socia de Miller & Chevalier (Washington), que se enter¨® del caso a trav¨¦s de una amiga.
Su bufete en Estados Unidos, sin cobrarle ni un peso a la familia, decidi¨® iniciar una batalla legal contra la Corte brasile?a para que rectificara y aceptara la extradici¨®n, algo que nunca hab¨ªa sucedido hasta ahora. Alegaron que el empate no era v¨¢lido para un caso como este y que el delito no hab¨ªa prescrito. La Corte no solo acept¨® la demanda, sino que invalid¨® su primer fallo y este martes aprob¨® la entrega del condenado a Colombia en medio de un poderoso alegato en contra de la violencia machista.
Mestre sigui¨® la audiencia online, con su hijo al tel¨¦fono desde Miami y con Margarita desde Washington. En Brasil estaba el abogado Bruno Barreto. Ni Mart¨ªn ni Lina entendieron ni una palabra del portugu¨¦s, as¨ª que trataron de guiarse por las caras de los magistrados. Creyeron que hab¨ªan perdido hasta que Margarita los sac¨® de su error. La emoci¨®n fue desbordante, pero Mestre ha aprendido a contenerse.
Est¨¢ contento, pero preocupado. Saade est¨¢ libre desde el primer fallo de la Corte y el miedo a que huya otra vez est¨¢ en la cabeza de todos. Solo hay que imaginarse a un hombre que durante tantos a?os lleg¨® a creer que se hab¨ªa librado de lo que hizo la ¨²ltima noche de 1993, despu¨¦s de recoger a una joven de 18 a?os en la puerta de su casa para ir a celebrar el a?o. Ese d¨ªa, tras brindar en familia, Mart¨ªn sali¨® a despedir a la joven pareja, hac¨ªa poco que se conoc¨ªan. ¡°Cu¨ªdamela¡±, le dijo a ¨¦l.
Los padres se acostaron tranquilos. Dejaron la luz del pasillo encendida para guiar a Nancy cuando regresara a casa. Poco antes del amanecer, Mart¨ªn se despert¨® sobresaltado, la luz segu¨ªa prendida. Lo que pas¨® en el medio de esas horas lo sabe Saade, al que no se le volvi¨® a ver por Barranquilla.
El padre recorri¨® las discotecas y fue a casa de Saade, donde se encontr¨® a la madre fregando el suelo al amanecer. Le dijo que su hija hab¨ªa tenido un accidente. En la cl¨ªnica se encontr¨® al padre de Jaime, que le cont¨® que Nancy Mariana hab¨ªa intentado suicidarse. La joven muri¨® nueve d¨ªas despu¨¦s. Jaime fue condenado en ausencia a 27 a?os por el homicidio y la violaci¨®n de la joven.
Mart¨ªn quer¨ªa una familia grande, con muchos hijos y muchos nietos. Tuvo cuatro hijos, pero le toc¨® enterrar a tres. La primera, Maria Paulina, naci¨® muerta. El segundo, Mart¨ªn, vive hoy en Miami y tiene una hija, su ¨²nica nieta. La tercera fue Nancy Mariana y el cuarto, Juan Rafael, que muri¨® con 15 d¨ªas por un problema en el h¨ªgado. Mart¨ªn piensa que si Saade no hubiera huido, ¨¦l podr¨ªa haber hecho el duelo que a¨²n no ha podido hacer por Nancy. ¡°Y no es obsesi¨®n, no soy obsesivo, solo quiero que cumpla, que pague la pena y no se burle de la familia ni de mi hija¡±.
La b¨²squeda del que un d¨ªa hab¨ªa sido su vecino se convirti¨® en el motor de su vida. Como militar retirado, hizo un curso de inteligencia y se volvi¨® un experto en internet. Con ayuda un oficial creo varios perfiles falsos en las redes sociales y as¨ª pudo infiltrar el entorno de los Saade. Eso le hizo poner la mirada en Brasil, donde viv¨ªa uno de los hermanos de Jaime.
En este caso todo ha sucedido siempre contra el reloj. La condena de 27 a?os prescribe este mes de julio. El abogado de Saade sostiene ahora que ya ha prescrito por un cambio en la legislaci¨®n, que rebaja la condena a 24 a?os. Los abogados de Mart¨ªn, y la Corte Suprema de Brasil, sostienen que sigue en vigor porque la prescripci¨®n qued¨® en suspenso con su detenci¨®n en 2020.
A Mart¨ªn todos estos datos le abruman. As¨ª que se encoge de hombros y dice que habr¨¢ que esperar a que lo traigan a Colombia.
- Y si huye, pues me tocar¨¢ volver a buscarlo, estoy acostumbrado.
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