?ltima oportunidad para el padre que busc¨® al asesino de su hija durante 26 a?os
Mart¨ªn Mestre encontr¨® al pr¨®fugo en Brasil, pero la justicia desestim¨® la extradici¨®n a Colombia por la prescripci¨®n del caso. Ahora podr¨ªa revertirse el fallo
Mart¨ªn Mestre tiene 80 a?os y ha llorado tanto que tiene miedo a hacerse ilusiones. Desde el 1 de enero de 1994 solo ha respirado para un ¨²nico prop¨®sito. Ver al asesino de su hija entre rejas. Durante 26 a?os la b¨²squeda fue en vano, pero a finales de 2019, convertido ya casi en detective profesional, lo localiz¨® en Brasil. A la mayor de las alegr¨ªas le sigui¨® la mayor de las decepciones. Un fallo de la Corte Suprema, resuelto por empate, deneg¨® la extradici¨®n a Colombia porque el crimen ya hab¨ªa prescrito en Brasil. El caso estaba muerto, igual que se qued¨® Mestre en su casa de Barranquilla. Un equipo de abogados desde Washington decidi¨® no rendirse y dar una ¨²ltima oportunidad a este padre sin hija. Presentaron una demanda para revocar la sentencia y, para sorpresa de todos, la Corte brasile?a acept¨® el caso.
El tiempo sigue corriendo en su contra. En 1996, un juez colombiano conden¨® a Jaime Saade por el homicidio y la violaci¨®n de Nancy Mariana a 27 a?os de c¨¢rcel. ?l ya estaba desaparecido, se lo hab¨ªa tragado la tierra desde la noche en la que todo pas¨®. El pr¨®ximo junio se acaba la condena que nunca ha cumplido y, con ella, cualquier opci¨®n de encerrarlo. La decisi¨®n de la Corte brasile?a de convocar una audiencia virtual la pr¨®xima semana para decidir si le retiran a Saade el pasaporte e impedir as¨ª su salida de Brasil es una bocanada de aire. Despu¨¦s, deber¨¢n decidir si el fallo sobre la extradici¨®n fue justo o deber¨ªa revocarse. ¡°La Corte ha podido desechar el caso desde el principio y no lo ha hecho. Los argumentos presentados son bastantes contundentes¡±, explica Margarita R. S¨¢nchez, socia de Miller & Chevalier (Washington DC).
La demanda sostiene que la sentencia aplic¨® mal la ley brasile?a. Primero, al haber considerado que los delitos por los que Jaime Saade hab¨ªa sido condenado en Colombia hab¨ªan prescrito en Brasil. Y, segundo, al haber decidido el caso por medio de la figura del empate, que solo es v¨¢lido para acciones de tipo penal. ¡°Es un caso concerniente a la aplicaci¨®n de un tratado de extradici¨®n entre dos naciones soberanas, y como tal es un asunto de cooperaci¨®n jur¨ªdica internacional¡±, subraya S¨¢nchez.
Los hechos
Para entender la lucha eterna de este padre hay que viajar hasta Barranquilla, a la nochevieja de 1993. Los Mestre cenaron en familia. Nancy Mariana, con los 18 a?os que se qued¨® para siempre, llevaba un tiempo saliendo con Jaime y pidi¨® permiso para celebrar el a?o nuevo con ¨¦l. Mart¨ªn ha repetido mil veces cada paso que dio aquella noche. Al despedir a la pareja, se dirigi¨® al joven. ¡°Cu¨ªdamela¡±, le dijo.
De madrugada se despert¨® sobresaltado. Su hija no hab¨ªa vuelto y se lanz¨® a las calles a buscarla. Jur¨® a Dios que si la encontraba, no la rega?ar¨ªa. Condujo hasta la casa de los Saade y all¨ª se encontr¨® a su madre limpiando el suelo. Eran las seis de la ma?ana del primer d¨ªa de 1994. ¡°Su hija ha tenido un accidente, est¨¢ en la Cl¨ªnica del Caribe¡±, dijo la mujer. Ya en el hospital, el padre de Jaime le dijo que Nancy Mariana hab¨ªa intentado quitarse la vida. A Jaime nadie lo volvi¨® a ver.
La joven agoniz¨® durante ocho d¨ªas en los que nunca recuper¨® la consciencia. En el juicio, que se celebr¨® en ausencia del acusado, se descart¨® el suicidio. Jaime hab¨ªa abusado sexualmente de ella y la mat¨® de un tiro en la cabeza.
Los a?os que siguieron fueron como ir detr¨¢s de un fantasma. La Interpol emiti¨® una orden de b¨²squeda y Mart¨ªn, como miembro de la reserva de la Armada, hizo un curso de inteligencia. Busc¨® en todos los rincones y se convirti¨® en un experto en Internet. A trav¨¦s de varios perfiles falsos en redes sociales, logr¨® acercarse a la familia Saade. En alguna conversaci¨®n salt¨® el nombre de un complejo tur¨ªstico que se llama Belo Horizonte, en Santa Marta (Colombia). Mestre le dio la vuelta. ?Y si estaba en esa ciudad de Brasil? Advirti¨® a la Interpol, que encontr¨® all¨ª a un hombre que se hac¨ªa llamar Henrique Dos Santos Abdala y guardaba parecido con el joven Jaime de 1993. La saliva de un vaso que dej¨® un d¨ªa en un bar sirvi¨® para comprobar que era ¨¦l. 26 a?os despu¨¦s.
Mestre estaba plet¨®rico. Por fin ver¨ªa al asesino entre rejas. Dos Santos Abdala viv¨ªa en Belo Horizonte con su mujer y dos hijos, y llevaba una vida en apariencia normal. La extradici¨®n parec¨ªa hecha. Colombia la solicit¨® y la discusi¨®n lleg¨® a la Corte Suprema de Justicia. En Brasil los casos prescriben a los 20 a?os, por lo que los jueces consideraron que la sentencia condenatoria ya no era v¨¢lida, punto que ahora rebate la demanda. Dos magistrados votaron a favor y dos en contra. El quinto estaba de licencia. El empate favoreci¨® al condenado, que volvi¨® a su vida cotidiana, m¨¢s tranquilo que nunca. Mestre se hundi¨®.
Desde Washington, el equipo de abogados presion¨® al Gobierno colombiano para avivar el caso. La opci¨®n de solicitar por segunda vez la extradici¨®n era inviable, pero desde el Ejecutivo anterior se enviaron tres cartas, dos de parte de la exvicepresidenta Martha Luc¨ªa Ram¨ªrez, para que Brasil reconsiderara el caso. No dio resultado. La demanda fue el ¨²ltimo intento, cuando ya todo parec¨ªa perdido. Ahora solo quedan ocho meses por delante para lograr que Saade cumpla, pero hay una ventana abierta. Es a la que ahora se asoma Mart¨ªn: ¡°Ha sido como una lucecita verde que se prende, esperemos que quede brillante¡±.
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