Busc¨® durante 26 a?os al asesino de su hija y lo encontr¨®; ahora teme que se le escape
Brasil frena la extradici¨®n a Colombia de un homicida pr¨®fugo, cuando faltan dos a?os para que se cumpla la condena y quede sin cargos
Mart¨ªn Mestre, de 79 a?os, tiene grabada en la memoria la madrugada del 1 de enero de 1994: ¡°Tengo todo fresco en la cabeza, marco un bot¨®n y reprogramo el chip¡±.
¡ª?Puede marcar ese bot¨®n?
¡ªS¨ª.
La ¨²ltima vez que Mestre vio a Jaime Saade fue en la puerta de su casa despu¨¦s de brindar con su mujer y sus dos hijos. Nancy Mariana, de 18 a?os, le hab¨ªa pedido permiso para celebrar el a?o nuevo con Jaime, con el que sal¨ªa desde hac¨ªa un tiempo. Mestre sali¨® a despedirlos.
¡ªVuelve a las tres, le record¨® a ella.
¡ªCu¨ªdamela, le pidi¨® a ¨¦l.
A las seis se despert¨® sobresaltado. Le extra?¨® que la luz de la escalera siguiera encendida y corri¨® al cuarto de su hija. No estaba.
Se lanz¨® a la calle en la noche m¨¢s festiva del a?o. Recorri¨® varias discotecas de la ciudad de Barranquilla (Colombia) y le prometi¨® a Dios que si la encontraba en alguna, no la rega?ar¨ªa. No la vio. Condujo hasta la casa de la familia Saade.
La madre de Jaime estaba limpiando el departamento de su hijo, anexo a su casa. En el amanecer del primer d¨ªa del a?o. Estaba todo el suelo mojado. La mujer lo mir¨® y le dijo:
¡ªSu hija ha tenido un accidente, est¨¢ en la Cl¨ªnica del Caribe.
Mestre se fue al hospital. En la entrada se encontr¨® al padre de Jaime, al que conoc¨ªa de vista.
¡ªMart¨ªn, su hija ha intentado suicidarse.
Los siguientes ocho d¨ªas los pasaron en la cl¨ªnica. Una bala hab¨ªa atravesado la cabeza de Nancy, que nunca volvi¨® a recuperar la consciencia. El 9 de enero les avisaron de que iba a morir. ¡°Entramos y le cantamos canciones de cuando chiquita: Nena linda de pap¨¢¡±, tararea hoy Mart¨ªn. Hasta que el coraz¨®n ¡°dej¨® de dibujar rayas en la m¨¢quina y son¨® el pitado¡±.
Ese sonido marc¨® el inicio de la b¨²squeda de casi tres d¨¦cadas de un padre roto. Mestre detr¨¢s de las huellas de Saade, al que se hab¨ªa tragado la tierra desde la misma noche de los hechos. ¡°Desde ese d¨ªa vivo en funci¨®n de si lo capturan. No es una obsesi¨®n, es un deber como padre¡±.
En 1996, un juez colombiano conden¨® a Saade por el homicidio y la violaci¨®n de Nancy Mariana a 27 a?os de c¨¢rcel, a pesar de estar desaparecido. El suicidio fue descartado. Jaime abus¨® sexualmente de ella y la mat¨® de un tiro en su casa. Mestre sostiene que hab¨ªa alguien m¨¢s en la escena del crimen. Los investigadores hallaron un tipo de sangre en la habitaci¨®n de Jaime que no corresponde con la suya ni con la de Nancy, pero si hubo m¨¢s personas involucradas, solo Saade lo sabe. La Interpol emiti¨® una orden internacional de captura contra ¨¦l.
La b¨²squeda
Mestre sab¨ªa que las posibilidades de que apareciera eran remotas y decidi¨® no dejar nunca que el caso se durmiera. Como miembro de la armada en la reserva, hizo un curso de inteligencia. Su ¨²nica opci¨®n pasaba por acercarse a la familia, cosa que nunca hizo como Mart¨ªn Mestre, a pesar de seguir viviendo en la misma ciudad. Lleg¨® a ellos a trav¨¦s de las redes sociales con cuatro perfiles ficticios que cre¨®. Dos hombres y dos mujeres con apellidos ¨¢rabes y de la regi¨®n de Aracataca, lugar de origen de los Saade, con los que se gan¨® su confianza. Durante 26 a?os la operaci¨®n no arroj¨® ning¨²n resultado.
¡°En el juzgado fueron muy celosos de que la orden de captura se mantuviera vigente. Yo iba muy a menudo. Siempre pensaba que ellos dir¨ªan ¡®ya vienen el viejo cans¨®n este¡¯, pero no, me colaboraban mucho, se condol¨ªan de un padre que sufr¨ªa la muerte de su hija y quer¨ªan que se hiciera justicia¡±, cuenta en una conversaci¨®n virtual desde Barranquilla. El tiempo corr¨ªa en su contra. En julio de 2023 se cumplir¨¢ la pena contra Saade y, en caso de no localizarlo, quedar¨¢ en libertad y sin cargos.
A finales de 2019, en los chats con personas del entorno de los Saade empezaron a surgir palabras clave. ¡°Samaria¡± fue la llave. Mestre y dos coroneles que trabajaban en la investigaci¨®n lo relacionaron con Santa Marta (una ciudad costera colombiana) y tirando de varios hilos y conversaciones salt¨® el nombre de un complejo tur¨ªstico que se llama Belo Horizonte. ?Y si se hab¨ªa escondido en esa ciudad de Brasil?
La Interpol encontr¨® all¨ª a un hombre que respond¨ªa al perfil. Se hac¨ªa llamar Henrique Dos Santos Abdala. Estaba casado y ten¨ªa dos hijos. La polic¨ªa brasile?a le sigui¨® la pista. Un vaso del que bebi¨® en alg¨²n bar sirvi¨® para cotejar las huellas. Era Saade. 26 a?os despu¨¦s. ¡°Estaba en mi oficina y de la emoci¨®n comenc¨¦ a llorar. Me arrodill¨¦ y le di gracias a Dios¡±, recuerda Mestre sobre el momento en el que conoci¨® la noticia de su detenci¨®n, a finales de enero del a?o 2020. La extradici¨®n a Colombia parec¨ªa solo cuesti¨®n de tiempo.
El ¨²ltimo golpe
El caso lleg¨® a la Corte Suprema de Justicia de Brasil. Mestre estaba euf¨®rico, convencido de que nada podr¨ªa fallar y que en cuesti¨®n de meses el reo estar¨ªa cumpliendo condena en una c¨¢rcel colombiana. En todos estos a?os compagin¨® su trabajo como arquitecto con la b¨²squeda incesante. Se separ¨® de la madre de Nancy, que vive en Espa?a, y se volvi¨® a casar. Jam¨¢s se movi¨® de Barranquilla. Su otro hijo, cuatro a?os mayor que la que siempre ser¨¢ su ni?a, vive ahora en Estados Unidos y le ha dado una nieta. A menudo se hablan los tres, madre, padre e hijo, para contarse las novedades del caso. Lo hicieron para llorar, como tantas otras veces, cuando conocieron la decisi¨®n de la Corte: empate.
Dos jueces votaron a favor de la extradici¨®n y dos en contra. El quinto estaba de licencia y la justicia dicta que los empates siempre favorecen al condenado. ¡°Buscaron la suerte del asesino de mi hija como si fuera un partido de f¨²tbol. Llor¨¦ mucho, yo he llorado mucho por este caso, pero no he tenido tiempo de hacer el duelo, siempre investigando, pero no me canso, jam¨¢s desfallecer¨¦¡±. Mestre no se rindi¨® y desde entonces solo busca la forma de revertir la decisi¨®n. La opci¨®n de que Saade nunca regrese a Colombia no est¨¢ en su cabeza: ¡°Lo vamos a traer y va a comenzar a pagar¡±.
¡°No es f¨¢cil¡±, explica el abogado Bruno Barreto, quien asesora la familia en Brasil y busca los instrumentos jur¨ªdicos para poder repetir la votaci¨®n. Barreto defiende que el Supremo se equivoc¨® en al menos dos puntos. El primero se trata de una cuesti¨®n procesal: ¡°Decidi¨® con el empate, pero un proceso de extradici¨®n no es un juicio penal, es una medida de cooperaci¨®n jur¨ªdica internacional. Deber¨ªan haber esperado el retorno de Celso de Mello [el quinto juez] para finalizar el juicio¡±, argumenta.
El segundo punto est¨¢ relacionado con los dos votos en contra. La ley brasile?a establece que una extradici¨®n solo es posible cuando el crimen no ha prescrito en Brasil ni en el pa¨ªs donde se dict¨® la sentencia. En Colombia la prescripci¨®n del caso est¨¢ prevista para mediados de 2023, con la extinci¨®n de la condena, pero en Brasil, donde el plazo de prescripci¨®n es de 20 a?os, la sentencia ya no era v¨¢lida en 2020. Sin embargo, la ley brasile?a tambi¨¦n contempla que si el acusado comete otro delito, se considera que hubo reincidencia y el tiempo para la prescripci¨®n se reinicia. Jaime Saade tambi¨¦n est¨¢ acusado de falsificaci¨®n y utilizaci¨®n de documentos ilegales para su entrada en el pa¨ªs con una identidad falsa, aunque el caso a¨²n no ha sido juzgado.
Los dos jueces que emitieron los votos a favor argumentaron que se debe considerar la nueva acusaci¨®n para calcular el tiempo de prescripci¨®n, los otros lo rechazaron por no existir todav¨ªa una condena. El C¨®digo Penal Brasile?o abre espacio para distintas interpretaciones porque prev¨¦ las dos posibilidades. ¡°Sin embargo, la interpretaci¨®n de los ministros Edson Fachin y Ricardo Lewandowski [que votaron en contra] ignora la jurisprudencia del propio Supremo y de los expertos en derecho penal en Brasil¡±, argumenta Barreto.
EL PA?S ha intentado sin ¨¦xito contactar con Saade, a qui¨¦n ¡°no le interesa¡± hablar sobre su caso, explica su abogado, Fernando Gomes Oliveira. Sus padres murieron y sus hermanos publicaron una carta al poco de su detenci¨®n defendiendo al condenado. El letrado s¨ª acept¨® hablar. Asegura que su cliente ¡°est¨¢ bien¡±, viviendo en Belo Horizonte (Minas Gerais), donde es empresario, ¡°siguiendo adelante con su vida¡±. Est¨¢ a la espera del juicio por haber entrado con documentaci¨®n ilegal en Brasil, pero no teme una condena dura en la c¨¢rcel. ¡°Como mucho el pago de una multa¡±, explica Oliveira. Casado y con dos hijos brasile?os, cuenta con el respaldo de todos sus familiares, tanto en Brasil como en Colombia. Oliveira se refiere a lo ocurrido en Colombia como ¡°una tragedia¡± en la vida de su cliente.
Su versi¨®n de los hechos es muy diferente a lo que dicen las investigaciones. En una carta escrita cuando estaba en una c¨¢rcel brasile?a el a?o pasado, mientras el Supremo decid¨ªa sobre la extradici¨®n, el colombiano insisti¨® en que Mestre se suicid¨®. ¡°Fui al ba?o y, despu¨¦s de algunos minutos, o¨ª un disparo. Sal¨ª inmediatamente y la vi en el suelo, con mucha sangre y un rev¨®lver a su lado¡±, narra en la carta. Pese a que encontraron p¨®lvora en la mano izquierda de Nancy, a lo que se agarra Saade, la hip¨®tesis de suicidio fue descartada. ¡°La investigaci¨®n tiene imprecisiones grotescas¡±, refuta Oliveira. Si la intenci¨®n era asesinarla, contin¨²a, ¡°no hubiera llevado a su compa?era al hospital¡±. El abogado lamenta que su cliente no tuviera la oportunidad de defenderse. No la tuvo porque se esfum¨® aquella noche.
La sentencia rebate su versi¨®n. Nancy no se suicid¨®. La p¨®lvora fue hallada en la mano contraria a la sien por donde entr¨® la bala, lo que la habr¨ªa obligado a un movimiento improbable para quitarse la vida. Sin embargo fue violada, ten¨ªa golpes en los brazos, en los muslos, en la zona vaginal y restos de piel en las u?as, se?al de haber intentado defenderse. Desde la casa de Saade fue trasladada a la cl¨ªnica en una furgoneta de la familia, desnuda y envuelta en una s¨¢bana. Despu¨¦s Jaime se dio a la fuga.
El abogado del condenado asegura que ¡°ya no hay posibilidades de que sea extraditado, ni siquiera expulsado o deportado por las autoridades¡±. Que Jaime podr¨¢ seguir viviendo tranquilo, a sus 58 a?os, como Henrique en Belo Horizonte. El propio Gobierno colombiano lo ve dif¨ªcil. ¡°El tratado de extradici¨®n vigente entre Colombia y Brasil prev¨¦ que una vez negada la extradici¨®n de un individuo no podr¨¢ ser solicitada de nuevo la entrega de este por el mismo hecho que se le haya imputado¡±, dijo la Canciller¨ªa al peri¨®dico de Barranquilla El Heraldo en marzo de este a?o.
Mestre no lo concibe. Ni lo piensa. El despacho de abogados internacionales Quinn Emanuel Sullivan & Urquhart LLP, desde su oficina Washington, lidera los esfuerzos junto a los abogados brasile?os de la familia para seguir buscando instrumentos y lograr que la justicia llegue antes que el final de la condena. Al conocerse el fallo, el padre escribi¨® una carta a los miembros del Supremo que difundi¨® entre los medios locales con el t¨ªtulo Un asesino colombiano anda suelto el Brasil, pero no ha recibido respuesta
¡ªY si al final lo consigue, ?qu¨¦ har¨ªa?
¡ªBuscar la forma de hacerle hablar. Yo solo quiero saber por qu¨¦. Yo sal¨ª a la puerta y le dije cu¨ªdamela. Mira c¨®mo me la cuid¨®.
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