Fobia
Sigue haciendo carrera en el petrismo desprestigiar a los medios de comunicaci¨®n. Un impecable libreto, como para culebr¨®n de Gustavo Bol¨ªvar
La presencia de la guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢ encendi¨® otra de las inmarcesibles discusiones sobre las que descansa el d¨ªa a d¨ªa de los colombianos, acostumbrados a la artiller¨ªa verbal. Porque somos generosos en el plomo ?y m¨¢s en las babas!
Algunas de las inquietudes de quienes ven con recelo la presencia de los ind¨ªgenas: siendo v¨¢lido y constitucional el derecho a disentir (y exigir) p¨²blicamente, ?es conviene que sea el Gobie...
La presencia de la guardia ind¨ªgena en Bogot¨¢ encendi¨® otra de las inmarcesibles discusiones sobre las que descansa el d¨ªa a d¨ªa de los colombianos, acostumbrados a la artiller¨ªa verbal. Porque somos generosos en el plomo ?y m¨¢s en las babas!
Algunas de las inquietudes de quienes ven con recelo la presencia de los ind¨ªgenas: siendo v¨¢lido y constitucional el derecho a disentir (y exigir) p¨²blicamente, ?es conviene que sea el Gobierno el que anime estos desplazamientos? ?La presi¨®n que dicha comunidad ejerce sobre algunos funcionarios sobrepasa en ocasiones los l¨ªmites de lo razonable? ?Se incentiva la idea de que la ¨²nica manera de que se resuelvan los problemas es dejando las regiones y viniendo a la capital? Y, por supuesto, el cuestionamiento de ciertos sectores al uso de los bastones de mando fuera de su natural contexto regional.
A prop¨®sito de los malentendidos y temores por el porte de los bastones, Lilia Solano, viceministra del Interior, dijo que ¡°algunos medios han desinformado y han dicho que traen armas, cuando es su bast¨®n de mando¡±, y procedi¨® a explicar el uso ancestral del admin¨ªculo.
Lo que parece una declaraci¨®n meramente did¨¢ctica, no lo es tanto y encaja en el guion oficial de desprestigio a los medios de comunicaci¨®n. Se hace a veces con sutileza, como en el caso de la viceministra, o de manera m¨¢s evidente, como suele suceder en desarrollo de la obsesi¨®n tuitera del presidente. O en sus alocuciones, como cuando asegur¨® que en los medios de comunicaci¨®n se le ped¨ªa que cogiera a garrotazos a los campesinos. Vergonzosa declaraci¨®n de un mandatario al que los medios le producen arcadas. Y no se molesta en disimularlo.
Una cosa es emitir informaci¨®n err¨®nea y otra, muy diferente, desinformar, porque el concepto est¨¢ emparentado con las noticias falsas. Desinformar tiene que ver con dar informaciones que de manera intencional est¨¢n manipuladas para ponerlas al servicio de ciertos fines y agendas.
Para decirlo como es: la viceministra, al igual que otros funcionarios de Gobierno, sostiene que los medios est¨¢n ¡°haci¨¦ndole la vuelta a alguien¡±. Cuando el periodismo le incomoda al presidente, alega que se trata de ¡°narrativas¡± y ¡°relatos¡±, ayuntando el trabajo de los periodistas a la ficci¨®n. Es como si mintieran los periodistas que no siguen la partitura oficial, siempre inscrita en el campo de la m¨²sica coral.
No de otra manera se explica que Hollman Morris, uno de los periodistas afectos a Petro (adem¨¢s de actor pol¨ªtico), apuntala, por ejemplo, sus cr¨ªticas al metro elevado con frases como ¡°Todo para generar un relato period¨ªstico de que arrancaba la obra¡±. El mismo camino que toma Edwin Palma, viceministro de Trabajo, al prometer que liderar¨¢ el combate a la ¡°petrofobia medi¨¢tica¡±.
Br¨²jula que tambi¨¦n gu¨ªa en el Congreso a la senadora Piedad C¨®rdoba, quien impulsa un debate con aires de mordaza: ¡°A m¨ª me parece muy importante que el Senado de la Rep¨²blica (¡) haga un gran debate sobre el papel de los medios de comunicaci¨®n en la democracia colombiana. Es un debate que no tiene nada que ver con la libertad de expresi¨®n y la libertad de prensa, mas s¨ª con el derecho a la informaci¨®n¡±.
Recu¨¦rdese la iniciativa legal de los senadores Paulino Riascos y Robert Daza, en el sentido de aprobar una Ley de Medios tendiente a ¡°democratizarlos¡± y que busca, en ¨²ltimas, reasignar el espectro electromagn¨¦tico y determinar en qu¨¦ medios va (o no) la pauta oficial. Hace casi un lustro, cuando el entonces presidente Iv¨¢n Duque informaba sobre una subasta para beneficio regional, Petro le contestaba: ¡°Privatizaron por completo el espectro radioel¨¦ctrico, que es un bien nacional inajenable, seg¨²n la Constituci¨®n¡±.
En el mar de ejemplos de la incomodidad con los medios flota a sus anchas el sacerdote Javier Giraldo, quien aprovech¨® una entrevista con El Espectador para sugerir que se gesta un golpe de Estado militar y, a rengl¨®n seguido, dijo: ¡°La informaci¨®n y el manejo de las conciencias lo hacen grandes medios, todos pertenecen a grandes conglomerados econ¨®micos, y a eso se le llama libertad de prensa. (¡) Venimos haciendo unas propuestas de democratizar la informaci¨®n; lo ensayaron en Ecuador en tiempos del presidente Rafael Correa: asuntos como reorganizar el espectro electromagn¨¦tico. Hay que llegar a una democratizaci¨®n mucho m¨¢s radical¡±. Radical porque, seg¨²n ¨¦l, ¡°a Petro lo van a tumbar los medios¡±. ?Eh, Ave Mar¨ªa, padre! No se le olvide el viejo refr¨¢n espa?ol: ¡°Exagerar y mentir, por un mismo camino suelen ir¡±.
El libreto es evidente y ya se ha puesto en escena en otros pa¨ªses que han perdido su democracia en aras de entronizar a un caudillo: desprestigiar a los medios y al periodismo. Minarlos, molerlos a palo, amedrentarlos, deshojarlos, estrujarlos, calumniarlos. Y, luego, reemplazarlos por aquellos que ejerzan la verdadera libertad de prensa. Esto es, la que va encadenada al discurso oficial.
La pregunta sobre lo que nos espera es tan simple como triste: ?golpe de Estado de los medios al Gobierno o del Gobierno a la libertad de prensa y expresi¨®n? La fobia no es de los medios a Petro. Todo indica que el trastorno transita en el sentido contrario.
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