?Si entendi¨®, mi lanza?
La pol¨ªtica de seguridad, a pesar de las buenas intenciones, parece ser un saludo a la bandera que dif¨ªcilmente podr¨¢ superar la tinta
Con la palabra ¡°humana¡± est¨¢ generosamente minado el texto de la nueva pol¨ªtica de seguridad, la de un Gobierno al que se le hace el gran reclamo del aumento en los niveles de inseguridad. Muchas palabras de molde; pocas acciones efectivas.
La Pol¨ªtica de Seguridad, Defensa y Convivencia Ciudadana/Garant¨ªas para la Vida y la Paz, a la que en adelante llamaremos PSDCCGVP, ejerce la simpleza desde el momento mismo de enunciar su objetivo general: ¡°Proteger la vida de todas y todos los habitantes del pa¨ªs, mediante la generaci¨®n de condiciones de seguridad en los entornos urbanos y particularmente rurales, y la recuperaci¨®n del control del territorio para liberar a la sociedad de las violencias¡±. Perogrullo en su m¨¢s pura expresi¨®n.
Si bien la seguridad depende de numerosos factores (diferentes a solo regar el pa¨ªs con plomo o glifosato), se preferir¨ªa que en la urgencia de someter a la delincuencia no estuvieran tan arriba en la lista de prioridades acciones como contener la deforestaci¨®n o preservar la biodiversidad y el recurso h¨ªdrico. De la misma manera en que uno no esperar¨ªa encontrar en la carta de navegaci¨®n del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible cosas como reorganizaciones de la inteligencia o redistribuci¨®n de las unidades del Ej¨¦rcito en el territorio.
La PSDCCGVP se orienta a reconocer que la vida es sagrada. Y lo es, por supuesto. Por esa raz¨®n se requiere de una acci¨®n efectiva de los uniformados en la contenci¨®n y sometimiento de los miles de colombianos dedicados a irrespetar esa vida.
Un viejo proverbio ucranio dice: ¡°Nada confunde m¨¢s a un militar que un gobernante confundido¡±. Y ya se sabe que a los militares hay que darles ¨®rdenes claras y contundentes. De no hacerlo, el militar no sabr¨¢ cu¨¢ndo combatir y el polic¨ªa se perder¨¢ entre art¨ªculos y par¨¢grafos. Este documento, pre?ado de obviedades, y en el que la ideolog¨ªa parece m¨¢s importante que la estrategia, har¨¢ las delicias de quienes aprovechan la incertidumbre de los uniformados para delinquir a sus anchas.
La humanamente redactada PSDCCGVP es prol¨ªfica en conceptos sublimes: integridad, liderazgo civil, diversidad, reducci¨®n de brechas, legitimaci¨®n¡ Todo digno de aplauso. En caso, claro, de que se tratara de un manual de comportamiento ¨¦tico de las fuerzas. Y no lo es. De hecho, por momentos uno cree estar leyendo un documento de la Fundaci¨®n Paz y Reconciliaci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de las cr¨ªticas que se hagan a la PSDCCGVP, confiemos en que sean los militares y polic¨ªas quienes puedan entenderla y aplicarla. Ello, por supuesto, requerir¨¢ de una constante verificaci¨®n. Cerrando el documento se provee tal necesidad: ¡°El seguimiento a estas acciones se realizar¨¢ a trav¨¦s del Plan Estrat¨¦gico Sectorial (PES), que es formulado por el Viceministerio para la Estrategia y la Planeaci¨®n (VEP), el cual, desde la formulaci¨®n de indicadores de gesti¨®n, impacto y de producto para las iniciativas estrat¨¦gicas, permitir¨¢ evidenciar los avances y acciones de mejora que deben desplegarse con el fin de alcanzar las metas propuestas¡±. ?Si entendi¨®, mi lanza?
El general William Westmoreland, tan cuestionado por sus decisiones en Vietnam, no siempre se equivoc¨®. Alguna vez dijo: ¡°Los militares no comienzan las guerras; los pol¨ªticos comienzan las guerras¡±. Y nadie gana una guerra transformando a la milicia en una nueva Defensa Civil.
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